El Hospital Clínic hace el primer trasplante de útero en España
La intervención ha sido posible gracias a la donación en vivo del útero de una hermana a otra
BarcelonaEl Hospital Clínic ha sido el primer centro del Estado en realizar un trasplante de útero. La intervención se hizo el 5 de octubre gracias a la donación en vivo del útero de una hermana a otra. La receptora nació con el síndrome de Rokitansky, un trastorno congénito del aparato reproductor femenino que afecta a 1 de cada 5.000 mujeres en el mundo. Estas mujeres nacen sin útero y sin trompas de Falopio. En este caso la receptora fue la única candidata compatible de las 30 que se presentaron. El requisito principal para ser candidata a este tipo de intervención es tener el síndrome de Rokitansky, pero también se tienen en cuenta otros criterios, como por ejemplo tener una donante adecuada. "Tenían que ser familias emparentadas, y una condición para ser donante es haber tenido hijos previamente y que hayan nacido a término y que el útero no haya sufrido ningún problema o cirugía, y tampoco una cesárea", ha explicado Francesc Carmona, jefe del servicio de ginecología del Clínic.
En el caso de las dos hermanas, la donante tiene casi 40 años, ya ha cumplido su deseo de ser madre y no quiere tener más hijos, y la receptora está en la treintena y está sana. "Son dos hermanas muy unidas que lo han vivido como una cuestión que las afectaba a las dos", ha asegurado Carmona.
Ahora hay en estudio dos pacientes más que podrían ser intervenidas, y en estos dos casos las donantes serán las madres. La edad límite para ser donante se ha fijado en 65 años. "El útero no envejece tanto, lo que envejece más son los ovarios", aclara Carmona.
La intervención ha sido liderada por el propio Carmona y por el jefe del servicio de urología y trasplante renal, Antonio Alcaraz. Este proceso, que se inició hace cinco años, se enmarca en un proyecto de investigación con el objetivo de validar la viabilidad de esta cirugía.
El equipo del Hospital Clínic ha recibido la autorización del departamento de Salud para hacer cinco operaciones de este tipo y Carmona confía en que habrá más: "Creo que se convertirá en una técnica que podremos usar y estará al alcance de las personas que no tengan útero". Actualmente el requisito para entrar en programa de trasplante es haber nacido sin útero, pero una vez la técnica esté validada no se descarta que también se puedan beneficiar de ella mujeres a quienes se les ha tenido que extirpar el útero y que quieren ser madres de este modo. Así mismo, en otros países del mundo también se aceptan donantes de útero que hayan pasado por una cesárea o donantes que no hayan tenido hijos. "Pero para empezar, nosotros hemos puesto estos criterios restrictivos para demostrar que la técnica es útil. Cuando llevemos 15 o 20 años, podremos serlo menos", señala Francesc Carmona.
Una intervención de 16 horas
El trasplante de útero se divide en dos fases: la extracción del útero, realizada mediante cirugía robótica, para ser lo menos invasiva posible, y la implantación mediante cirugía abierta. La operación duró doce horas para la extracción del útero, y se requirieron cuatro más para implantarlo. En la operación participaron, solo en quirófano, más de veinte profesionales entre ginecólogos, cirujanos de trasplante, enfermeras de ginecología y de trasplante, anestesistas y auxiliares de enfermería. Según Carmona, esta intervención, "de gran dificultad técnica", supone "un paso de gigante en la cirugía de este país". El jefe del servicio de ginecología también ha destacado "el entrenamiento mental del equipo" para mantener la concentración durante tantas horas. El día de la intervención entró por la puerta del hospital a las siete de la mañana y llegó a casa a las dos y media de la madrugada.
La extracción es la parte más difícil, puesto que, según Antonio Alcaraz, el útero "es un órgano complejo con pobre vascularización de las arterias y un gran entramado de venas, de las cuales hay que buscar las más gordas para drenar la sangre que llega al útero". El éxito de la operación dependerá de "la viabilidad del órgano". Es decir, "que el órgano funcione y que la mujer se quede embarazada", dice Carmona.
Dos meses después del postoperatorio la evolución ha sido buena, puesto que ha demostrado su funcionalidad cuando la receptora ha tenido su primer ciclo menstrual. Seis meses después de la operación se le implantará un embrión de los 11 fecundados in vitro previamente con sus óvulos, puesto que "no tiene útero ni trompas pero tiene ovarios y hormonas".
En el supuesto de que se quede embarazada se le administrarán fármacos inmunosupresores hasta un segundo embarazo. Una vez haya completado su deseo de ser madre se le retirará el útero por laparoscopia después del segundo parto, siempre que sea este su deseo gestacional.
Casos de éxito en el mundo
Hasta hoy ha habido 70 trasplantes de útero en todo el mundo, de los cuales hay más de 20 bebés vivos. El primer nacimiento después de trasplante de útero de una donante viva tuvo lugar en 2014 en Suecia en el Hospital Universitario de Sahlgrenska de la Universidad de Göteborg.