Abusos sexuales

Inyectar droga a una chica en la discoteca, la nueva modalidad de abuso que llega a Ibiza

Una joven de 18 años denuncia haber sido víctima de un fenómeno extendido en otros países de Europa

Alba Tarragó
3 min
Una discoqueta en una imagen de archivo

PalmaEl Reino Unido, Suiza, Francia y ahora Ibiza. La oleada de abusos sexuales a chicas a quienes han drogado pinchándoles con una inyección en una discoteca ha aterrizado en Baleares, apenas al inicio de la temporada turística. Una joven de nacionalidad española de 18 años que estaba de viaje de fin de curso en el municipio de Sant Antoni denunció a la Guardia Civil que la madrugada del 22 de junio, mientras estaba de fiesta en una discoteca, la habían drogado en contra de su voluntad. Por la tarde empezó a actuar de manera extraña, según los amigos que la acompañaban, y al día siguiente se despertó con un moratón en el brazo y sin recuerdos de la noche anterior. La joven acudió a un centro sanitario, donde el médico confirmó que la habían pinchado al brazo, pero no pudieron demostrar si le habían inyectado alguna sustancia, dado que "había pasado demasiado tiempo para hacerle un análisis correcto", según fuentes de la Guardia Civil.

El fenómeno de los pinchazos misteriosas –de hecho, inyecciones– hace tiempos que se ha vuelto un problema en Francia. La cifra de quejas interpuestas por clientes de discotecas ascendió a cerca de 300 entre finales de marzo y el mes de junio, pero el dato no ha dejado de subir. Según medios locales, solo durante la Fête de la Musique –evento que se celebra en Francia cada 21 de junio– la policía identificó a nueve personas sospechosas de haber pinchado a otras. Las víctimas relacionan estos hechos con unos síntomas concretos, vértigo, náuseas y malestar, pero el contenido de las jeringuillas todavía se desconoce. Solo en algunos casos se ha podido detectar presencia de GHB, un psicotrópico.

Esta práctica tiene su precedente en el Reino Unido, a pesar de que también se han dado casos aislados en Suiza, Bélgica y Alemania. La policía británica informó a finales de enero que habían recibido más de 1.300 denuncias desde septiembre de 2021 por needle spiking o injection spiking, un concepto nacido precisamente a raíz de este alud y que hace referencia al fenómeno denunciado en el Reino Unido e Irlanda por numerosas chicas jóvenes que habían sido sometidas a inyecciones de drogas sedativas. Entre las consecuencias destaca la amnesia, común entre las sustancias que se usan en los casos de sumisión química, es decir, violaciones facilitadas por drogas. Ahora bien, en pocas ocasiones se han llegado a encontrar casos de agresiones sexuales o robos vinculados al needle spiking.

Primer caso

En el caso de la joven que ha denunciado haber sido pinchada en Ibiza, la Guardia Civil también niega que sufriera ningún abuso sexual, aunque lo atribuye al hecho de que "estuvo toda la noche acompañada". Fuentes del cuerpo policial afirman que esta es la primera vez que ven un caso así en Baleares y que, por eso, se mantienen "atentos por si surge una nueva denuncia o vuelve a ocurrir". En cualquier caso, reconocen que "es complicado encontrar al autor de los hechos" en casos como este, dado que es muy difícil que la víctima sepa quién es y pueda identificarlo.

Ante esto, el médico forense del Institut de Medicina Legal de las Baleares, Borja Moreno, insiste que en estas situaciones hay que pedir al centro médico un análisis de orina o de sangre dentro de las primeras 48 horas para conocer la sustancia inyectada. Pero Moreno puntualiza que la inyección intramuscular es "poco efectiva", dado que tarda más tiempo en hacer efecto y que las "vías más rápidas –y comunes– para drogar a alguien son a través de la bebida, esnifando o intravenosa". Sea como fuere, el forense admite que "todos estos nuevos métodos suelen salir de Ibiza" y no descarta que estemos ante un nuevo tipo de sumisión química.

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