Madrid se toma con calma la primera noche que las discotecas abren hasta la madrugada

La ciudad recibe la flexibilización horaria de Ayuso a medio gas y muchas salas no llenan

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Cua para entrar en  la discoteca Boite de Madrid

MadridLas terrazas de la plaza de Lavapiés estaban más vacías de lo que es normal. No había el bullicio de cada anochecer cuando faltaba menos de una hora para la medianoche. Sintomático. Era evidente que el tardeo madrileño no se había alargado como las últimas noches. Las habitualmente concurridas calles de Malasaña eran también un pequeño goteo de jóvenes. Algunos que hacían cola (corta) para entrar en un bar musical, mientras que otros hacían camino hacia casa. Una noche de domingo que no se salía del guion. La primera noche en la que las discotecas ya podían abrir hasta las 6 de la madrugada. Y los madrileños se lo han tomado con calma.

"No nos habíamos enterado de que las discotecas ya podían abrir hasta las 6", admiten Patricia y Lídia desde la cola de la discoteca Boite, en la zona de Sol, donde los domingos hacen sesión de electrónica. Ellas tienen decidido que no se quedarán hasta la madrugada. En la cola se esperan como mucho una veintena de personas, que reciben las instrucciones de los porteros: es necesario que lleven la mascarilla puesta y no se pueden levantar de la silla para bailar. "ees una trampa", valora José Díaz, el encargado de esta sala, en una conversación con el ARA, cuando se le pregunta por las nuevas medidas. Que no se pueda bailar pero se flexibilice el horario lo ve una trampa, porque en muchas ocasiones los clientes se acaban levantando y la situación se acaba descontrolando. Por eso pide que esta flexibilización horaria vaya de la mano de otras medidas, como la de poder bailar en las salas.

Varias discotecas de la zona no han ni levantado la persiana esta primera noche con horarios como los de antes de la pandemia –algunas históricas, como la Joy Eslava, están en obras–. "Hoy será flojo", admite Jorge, el relaciones públicas del Colores, que intenta captar a las pocas personas que pasean por la calle. Ellos tienen licencia para abrir hasta las 4 de la madrugada. El fin de semana fue "fuerte", pero esta noche el local está medio vacío. Es domingo, recuerda.

Como el de la Wurlitzer Ballroom, una sala de conciertos junto a la Gran Vía, donde aquí sí es la primera noche que abren hasta las cinco y media de la madrugada. "Nos va bien la flexibilización horaria, pero hasta que no nos dejen quitar las mascarillas y la distancia física no bastará", dice Daniel Fernández, el encargado de la sala, que considera que alargar el horario tampoco era una medida tan urgente. Ahí un grupo de amigos han acabado cayendo de casualidad e improvisando. Tampoco sabían que podían quedarse hasta la madrugada.

Excepción en la parte alta de Madrid

Donde sí se han tomado seriamente la flexibilización horaria que Ayuso anunció la semana pasada desde Milán es en la parte alta de Madrid, donde el ayusismo caló el 4-M. En la calle Orense son jóvenes, la mayoría menores y también universitarios, los que celebran la entrada en vigor de las nuevas medidas con dos fiestas. Primera noche que se puede salir casi como se hacía en la era precovid, primera noche que lo ponen en práctica y, ellos sí, aprovechan para quedarse hasta la madrugada.

Imagen de una de las discotecas donde se hacía una fiesta de estudiantes en Madrid.

También se llenan tímidamente discotecas míticas de la ciudad como Chapandaz. "Esperábamos más afluencia, la verdad", admite Manuel, encargado de la sala, que añade que ha influido el hecho de que el lunes sea laborable para mucha gente. Él celebra la flexibilización horaria porque cree que el ocio nocturno ha sido uno de los sectores más castigados de la pandemia y apuesta por más medidas para avanzar hacia la normalidad que pasen, si hace falta, por el pasaporte covid.

Imagen del interior de la discoteca Chapandaz en Madrid.

Madrid ha saludado a medio gas la ampliación de horarios de la presidenta madrileña. Como un domingo cualquiera, de hecho. El paso para avanzar hacia la tan proclamada "libertad" de Ayuso, de momento, Madrid lo ha recibido con una cierta indiferencia. El fin de semana que viene, la prueba de fuego.

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