Medio ambiente

La primera playa de la Costa Brava en la que está prohibido bañarse para preservar la biodiversidad

Este verano ya no se podrá pisar la arena de la playa de Can Comas, frente a los Aiguamolls de l'Empordà

La playa de Can Comas, frente a los Aiguamolls del Empordà, cerrada al público.
09/06/2025
3 min

GeronaEn Cataluña existen varias playas a lo largo del litoral donde, durante todo el año, está prohibido extender la toalla y bañarse. Son puntos muy concretos, con especial protección de reserva natural, como el delta del Ebro o el del Llobregat. Allí, por mucho que haga buen tiempo, la presencia humana está restringida para favorecer la conservación de la biodiversidad. Este verano, por primera vez se suma a este nivel de protección la playa de Can Comas, entre Sant Pere Pescador y Empuriabrava, justo enfrente de los Humedales del Empordà.

En este tramo de 2,1 km de playa de dunas, entre la desembocadura del río Fluvià y el río Muga, este verano y de forma permanente, el paso de personas estará prohibido. Con este cambio de normativa, Can Comas se convierte en la primera playa restringida de toda la Costa Brava.

El objetivo principal de la medida es favorecer la nidificación y el hábitat de especies protegidas, como el sendero camanegro, un pequeño pajarito de pecho blanco. También se beneficiarán otras especies de alto valor ecológico como la gaviota de Audouin, la gaviota cabecera, el charrán pequeño, la urraca de mar e incluso la tortuga careta, que pone los huevos en la arena.

El director del parque natural de los Aiguamolls de l'Empordà, Ponç Feliu, argumenta los beneficios de la decisión: "En las comarcas gerundenses no había ninguna playa con esta categoría de protección. Ahora este espacio, que hace de fachada natural de las lagunas de los humedales, será dejado realmente en la evolución natural, ya dejará a la evolución natural en la evolución natural la Costa Brava", defiende.

Los ecologistas ampurdaneses valoran muy positivamente la iniciativa. "Todo el litoral ampurdanés cuenta con un ecosistema de playas muy minimizado, y la poca frecuentación humana en este espacio incentivará la cría de especies como el sendero camanegro, en peligro de extinción, y evitará el deterioro del ecosistema dunar de vegetación psamófila", afirma David Ibáñez junta rectora del parque de los Aiguamolls.

Integración en la reserva natural

La dirección del parque natural ha tomado esta decisión porque todo el ecosistema de la playa forma parte de la reserva integral de los Aiguamolls del Empordà, en la frontera entre el mar y los estanques o arrozales de agua dulce. Las aportaciones de sedimentos de los ríos Muga y Fluvià crean fondos arenosos y limosos que albergan una gran biodiversidad de fauna y flora autóctona, adaptada a la salinidad elevada ya los fuertes vientos, que si no se protege está en riesgo de desaparecer. De hecho, hasta ahora la playa de Can Comas se cerraba ya durante la primavera. Ahora, con esta clausura permanente, se organizarán de forma esporádica itinerarios de visita desde el parque para dar a conocer su valor.

La playa de Can Comas, sin embargo, también es uno de los puntos más bonitos del golfo de Roses, con una costa kilométrica de arena fina, dunas y aguas poco profundas, ideal para pasar ratos en familia y muy concurrida por los amantes de los deportes de vela, que aprovechan el viento para practicar windsurf o jugar con las estrellas.

Ahora bien, justo el tramo cerrado era relativamente tranquilo y poco masificado, ya que se encuentra alejado de los principales accesos en vehículo y había que andar para llegar. Al sur se encuentra el acceso por el camping Almata y, al norte, por el Laguna. Ahora, ambos campings conservan un espacio libre de restricciones a ambos lados de la zona vallada para desarrollar sus actividades náuticas.

"La gente entiende la playa como un lugar inmaculado para estirar la toalla, como si fuera una piscina, pero en realidad es un hábitat vivo, un ecosistema muy sensible a la presión humana", recuerda Ponç Feliu. El director del parque natural subraya que las limpiezas artificiales con máquinas que allanan la arena o la retirada de restos orgánicos –como algas que vienen del mar– hacen que se rompa su equilibrio natural. "Dejándola evolucionar sin estas actuaciones, la naturaleza se recupera mucho mejor", concluye.

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