"Llega tardísimo": los futuros usuarios esperan con candelas el nuevo tren en el aeropuerto
Advierten que puede congestionar los servicios de Cercanías y perjudicar a los vecinos porque utiliza las mismas vías que el R2
BarcelonaEnric mira impaciente el reloj con el ticket de autobús en la mano. Tiene que tomar un avión y había pensado ir al aeropuerto de El Prat con el R2, pero el tren va con retraso y finalmente ha desistido porque no quiere arriesgarse a perderlo. Asegura que no es algo puntual, sino más bien una escena que se repite cada vez que tiene un vuelo previsto. "Viajo bastante y siempre cojo al Aerobús porque, desgraciadamente, es el único que nunca falla", dice resignado. Tiene claro que será uno de los futuros usuarios del tren lanzadera que conectará Barcelona y las dos terminales cuando entre en funcionamiento a finales del 2026, de acuerdo con el calendario con el que trabaja el Govern, pero lamenta que la línea R-Aeropuerto (RA) "llega tardísimo".
Hace una década que el proyecto acumula retrasos en las obras por parte de Adif, tira y aflojas entre los gobiernos catalán y español y un pulso protagonizado por Renfe y Ferrocarrils de la Generalitat (FGC) por la gestión del nuevo servicio. Entre las asignaturas pendientes de Cataluña en infraestructuras está la de llegar más deprisa y cómodamente desde la capital al aeropuerto en transporte público. Aparte de la línea de Cercanías, los barceloneses también pueden ir con la línea 9 del metro, que sale de Zona Universitària, y la línea 46 de autobús, que sale de plaza Espanya. Sin embargo, muchos usuarios las descartan porque les quedan lejos de casa, porque dan mucha vuelta hasta llegar al aeropuerto o, en cuanto a la L9, porque hay que comprar un billete especial.
No es el caso de Eva, que vive muy cerca de Sant Andreu. Para ir al aeropuerto prefiere tomar el metro y realizar un trayecto más largo a pesar de tener más cerca el R2, ya que no se fía ni de los horarios ni del servicio que ofrece. "Pierdo más tiempo, pero me siento más segura", afirma. Actualmente, los trenes de Renfe llegan hasta la T2, y la L9 y el autobús 46 hasta la T1 y la T2. Enric, sin embargo, prefiere pagar más y salir desde el centro de la ciudad. "El Aerobús es rápido, cómodo, seguro y pasa con mayor frecuencia. No puedo atribuir ninguno de estos adjetivos a Renfe", ironiza.
La futura R-Aeropuerto (RA), en cambio, tendrá una frecuencia de paso de cada quince minutos, una duración del trayecto de unos veinte minutos y conectará siete estaciones –Sant Andreu, La Sagrera, Clot, Paseo de Gracia, Sants, Bellvitge y El Prat– con las dos terminales. Anna, que ha vivido en Berlín muchos años, se cree que todavía no haya un tren directo del aeropuerto hasta el centro, a diferencia de otras ciudades europeas. "Vamos muy atrasados. Hace veinte años que volví de Berlín y entonces ya tenían muchas más opciones para ir al aeropuerto de las que tenemos nosotros", sostiene mientras espera un autobús que la lleve hasta la T2.
Las vías del R2
Los usuarios con los que ha hablado el ARA esperan con candelas el nuevo servicio, pero algunos de ellos tienen dudas porque los nuevos trenes deben pasar por las vías del R2, que gestiona Renfe. Adrià Ramírez, presidente de Promoción del Transporte Público (PTP), ha cargado duramente contra la futura R-Aeroport porque "restará capacidad" en Cercanías y afectará a los vecinos que a diario cogen el R2 y las líneas de Regionales de Catalunya. "Está pensada para el turismo", critica. Defiende que el nuevo servicio saturará el túnel de Passeig de Gràcia por donde pasan todos estos trenes, incrementará los retrasos en caso de incidencia y limitará el crecimiento de las líneas R1, R3 y R4. Desde el departamento de Territorio, Vivienda y Transición Ecológica, en cambio, sostienen que "con la tecnología actual el túnel puede aumentar su capacidad", por lo que descartan que la puesta en marcha del nuevo servicio afecte a los que ya funcionan.
Fuentes del sector ferroviario consultadas por el ARA lamentan que Barcelona sea una gran capital europea sin un servicio de tren expreso entre el aeropuerto y el centro y consideran que es necesario ponerlo en marcha. Afirman, además, que sí beneficiará a los vecinos. "Está enfocado a los turistas, los que vienen", admiten, "pero también a todos los barceloneses que se van o vuelven de viaje", añaden. Otro argumento que utilizan para justificar la puesta en marcha de la nueva línea es que, a diferencia de las distintas opciones que existen ahora para ir en transporte público hasta el aeropuerto, los nuevos trenes están pensados y adaptados para las personas que viajan, que van cargadas con equipaje. "Hacer coincidir en líneas muy concurridas turistas y vecinos era un agravio para ambos. Este servicio está pensado para que unos no entorpezcan a otros".
Integrar el servicio en el R4
Las mismas fuentes del sector ferroviario reconocen que la "mala parte" de la nueva R-Aeropuerto es que compartirá las vías con el R2. Sin embargo, consideran que la convivencia de ambos servicios en las mismas vías dejará patente que el problema es de Adif, que "no renueva las infraestructuras". En cambio, Ramírez insiste en que las "pocas mejoras" que se puedan conseguir por las diferentes líneas de Cercanías que pasan por el túnel de Passeig de Gràcia quedarán en nada una vez entre en funcionamiento el nuevo servicio. "Se las comerá. Se han atado de pies y manos con un mal proyecto. Si este Govern quiere mejorar el servicio de Cercanías, que haga todos los esfuerzos posibles para encontrar otra utilidad en estos trenes", concluye el presidente de la PTP.
Desde la plataforma insisten en que existen alternativas al proyecto actual, como por ejemplo alargar la R4 entre Sant Vicenç de Calders y Manresa hacia las nuevas estaciones del aeropuerto, pasando por el túnel de Passeig de Gràcia, y llevando el R11, que conecta Barcelona con Portbou, hacia la estación actual de la T. Así "se logra descongestionar los túneles de Barcelona, el principal cuello de botella del sistema", sostienen desde la PTP. Fuentes del departamento de Territorio, Vivienda y Transición Ecológica explican que la propuesta de extender el recorrido del R4 hasta el aeropuerto se está estudiando y "se puede acabar contemplando" en un futuro, aunque todavía no se ha tomado ninguna decisión. De momento el servicio empezará a funcionar por las mismas vías del R2, tal y como está previsto después de una década de retrasos, y ya todavía la recta final para realizar el primer trayecto a finales del próximo año.