Movilidad

Una nave de 4 pisos en la Gran Via para 'tapar' el ruido de la tuneladora: la nueva fase de las obras de la L8 en Barcelona

Generalitat y Ayuntamiento de Barcelona comienzan esta tarde las reuniones para informar a los vecinos afectados

Cruce de la calle Llançà con Gran Via
04/06/2025
3 min

BarcelonaLas obras de la L8 de Ferrocarriles de la Generalidad se preparan para una nueva fase: la llegada de la tuneladora que perforará Barcelona desde plaza Espanya y hasta el barrio de Gràcia, el próximo año. Para introducir esta gran máquina de corte bajo tierra es necesario, evidentemente, hacer un agujero por el que se bajarán las piezas al subsuelo, se montará la máquina y se empezará a perforar. Este pozo de ataque estará situado en la Gran Via, junto a plaza Espanya, entre las calles Llança y Vilamarí. Pasará a 20 metros bajo tierra pero, sin embargo, será muy visible para los vecinos porque el agujero no llega solo.

Justo encima de este nuevo pozo —que se empezará a excavar este mismo mes de junio— la Generalitat construirá un espacio de grandes dimensiones que encapsulará toda esta zona. ¿Cómo? Pues con una nave de 20 metros de ancho y una altura equivalente a cuatro pisos. La construcción se alargará toda una manzana, entre las calles Llança y Vilamarí, y quedará a sólo cinco metros de las fachadas de los edificios del lado mar de la Gran Via. El tamaño, según fuentes de Territori, será "prácticamente como el de una fábrica".

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El objetivo de esta megaconstrucción —que quedará instalada mientras dure la perforación del túnel, es decir, entre año y medio y dos en un escenario "optimista" para los técnicos— es reducir los ruidos constantes que producirá la obra. "La tuneladora trabajará día y noche", apuntan fuentes de Territori, que aseguran que de esta forma, pese al impacto visual que tendrá la macronave, acústicamente la convivencia con las obras será más llevadera.

¿Y qué pasará dentro? La nave cubrirá el pozo y también toda la zona de trabajo. En su interior se guardarán las dovelas (los grandes arcos de hormigón que formarán la pared del túnel) y todo el resto de materiales y maquinaria necesarios. También cubrirá parte del circuito de tierras que permitirá sacar la arena del túnel al exterior y sobre todo cubrirá "todo el movimiento y el ruido" que producirá este proceso. La nave empezará a construirse en julio y se realizará en tres partes. A finales de año estará completa y es cuando ocupará la longitud de toda la manzana.

Esta construcción en medio de la Gran Via no estaba prevista inicialmente en el proyecto, pero los técnicos la han considerado necesaria para continuar con las obras. Sin embargo, Territori remarca que no ha tenido ningún coste extra porque la construcción se enmarca dentro de las medidas correctoras ya previstas en el presupuesto inicial.

Informar a los vecinos

Entre los inconvenientes más evidentes que provocará la macronave está el hecho de que tapará las vistas de los balcones y ventanas de varias viviendas. Por este motivo, la Generalitat y el Ayuntamiento han empezado esta tarde a informar a todos los vecinos afectados. Les explicarán los detalles de la nueva construcción con la que tendrán que convivir y también informarán más de 1.245 viviendas que la tuneladora se pondrá en marcha el próximo año y pasará por debajo de sus edificios.

Durante este tiempo, ambas administraciones quieren inspeccionar y evaluar (si los propietarios les permiten la entrada) el estado de los pisos por donde pasará el recorrido del túnel, para asegurarse de que están en buenas condiciones, registrar posibles desperfectos existentes previamente en la obra y poder actuar rápidamente si aparece alguna grieta.

Unas obras largamente esperadas

Las obras de la L8 hace más de dos décadas que se proyectaron, pero empezaron formalmente hace sólo tres años. Los primeros movimientos de tierras se iniciaron hace año y medio y ahora las actuaciones ya tienen Barcelona boca abajo y afectan no sólo plaza España y el entorno de la Gran Via, sino también el calle Urgell, la plaza Francesc Macià (donde va una estación nueva del recorrido), el Clínic (donde se ubica una segunda estación nueva), la calle Muntaner y la plaza Gala Placídia, en Gràcia, donde termina la conexión.

Esta parte de las obras tiene un presupuesto de 412 millones y está previsto que se alargue durante cinco años. El objetivo es unir la línea de FGC que viene de Llobregat y Anoia con la línea Barcelona-Vallès. Para conseguirlo, es necesario construir este nuevo túnel que apenas comienza. La conexión tendrá dos nuevas paradas, en el Clínic y en Francesc Macià, y conseguirá comunicar de forma subterránea este punto de la ciudad que hasta ahora no tenía ningún metro.

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