Sucesos

Las narcolanchas ganan terreno en el Delta de l'Ebre

Cae un grupo que llevaba hachís del norte de África a la costa catalana

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Algunos de los paquetes de hachís interceptados en la operación.

BarcelonaEn pleno agosto, cuando las playas están llenas de bañistas, en la cala Fonda de Tarragona, también llamada Waikiki, descargaban 68 paquetes de hachís que pesaban casi 2.500 kilos –con un valor de 4,8 millones de euros–. La Guardia Civil interceptó a las personas que habían desembarcado esta droga cuando iba detrás de unos narcotraficantes que llevaban hachís del norte de África a la costa de Catalunya. Han detenido a nueve personas de esta organización, ubicada en la demarcación de Barcelona, que acumulaba cinco toneladas de hachís para vender en Europa y tenía varios vehículos. A raíz de esta operación, la Guardia Civil –que ostenta la función de policía judicial para actuar dentro del mar– ha alertado de que las narcolanchas van al alza en el Delta de l'Ebre.

“Esto nos hace prever que pueden aumentar y tenemos indicios de que se pueden trasladar” más arriba del litoral de Tarragona, asegura el responsable del grupo de delincuencia organizada y antidroga de la Guardia Civil en Catalunya, Daniel Gómez, cuando habla de las narcolanchas. En declaraciones recogidas por la ACN, Gómez avisa de que las rutas marítimas de las embarcaciones de los traficantes de hachís que vienen del norte de África pueden llegar a la costa de Barcelona y Girona. El jefe de la Guardia Civil en Tarragona, Jordi Verger, lo atribuye a “un efecto de desplazamiento” por el hecho de que se ha incrementado la presión en el sur de España. Por eso los agentes ponen el foco en el montaje de las barcas que se utilizan para transportar grandes cantidades de droga y en la obtención de la gasolina.

Los mandos de la Guardia Civil aseguran que el hachís “es una droga de paso” porque su destino final acostumbra a ser otros países de Europa. Explican que han visto que la organización que ahora se ha desarticulado tenía vínculos con Bélgica e Italia, donde piensan que estaban los compradores del hachís. Las cinco toneladas que les han requisado se venderían por unos 18 millones de euros en Bélgica y por unos 14 millones en Italia –el valor del precio de la droga cambia en cada país–. La investigación contra estos narcotraficantes empezó a principios del año pasado, cuando en un control en la AP-7 en Vila-seca la Guardia Civil interceptó una furgoneta con 27 paquetes de hachís. Comprobaron que la droga venía de una partida que había llegado con una narcolancha.

Más adelante se detectó la droga en la cala Fonda de Tarragona, pero esta vigilancia, según los investigadores, hizo que la organización cambiara de estrategia. El grupo quería trasladar el lugar de desembarco del hachís al litoral de Barcelona e intentó comprar una narcolancha propia para gestionar toda la ruta marítima, a pesar de que ninguna de las opciones resultó exitosa. También tenían un laboratorio para mezclar el hachís con otros productos químicos para aumentar el peso de la sustancia y obtener más beneficios.

Seis detenidos en Barcelona

En paralelo, la Guardia Civil y los Mossos d'Esquadra han detenido a seis personas en una operación conjunta este jueves en Barcelona contra el narcotráfico. Durante el dispositivo se han hecho tres registros en domicilios de la zona del Eixample donde vivían los arrestados y se guardaban las sustancias. Los agentes han requisado varias cantidades de droga.

Agentes de la Guardia Civil durante uno de los registros en el Eixample.
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