¿Quién es Brahim Ghali, el hombre que ha hecho enfadar a Marruecos?
Ingresado en un hospital español, el saharaui tiene dos causas pendientes en la Audiencia Nacional
BarcelonaMarruecos dijo que la acogida de Brahim Ghali en un centro sanitario español tendría consecuencias y, efectivamente, días después del aviso la pasividad policial permitía la entrada de más de 8.000 personas en territorio ceutí. Pero, ¿quién es este hombre que ha originado una crisis diplomática que ha puesto en alerta al ejecutivo de Pedro Sánchez y a la Unión Europea?
Histórico líder saharaui
Ghali es el jefe del Frente Polisario y presidente en el exilio de la República Árabe Saharaui Democrática desde 2016. Nacido en 1946 con pasaporte español, su biografía está marcada por la lucha contra la opresión marroquí, que desde 1975 ocupa el viejo Sáhara español y prohíbe convocar el referéndum de determinación. La ONU aún califica el Sáhara como territorio colonizado.
La llegada a España
El líder saharaui llegó a España el 18 de abril pasado a bordo de un avión medicalizado bajo una identidad falsa argelina, e inmediatamente fue trasladado hasta un hospital de Logroño en estado crítico por covid. Argelia, el país que lo acoge en el largo exilio, pidió auxilio a varios países europeos, pero fue el gobierno español el primero en aceptarlo por "razones humanitarias", como ha explicado la ministra de Exteriores, Arancha González Laya. Algunas fuentes apuntan a que el ejecutivo no informó ni a su socio de gobierno ni tampoco a las autoridades de la Rioja y que incluso dentro de las filas de los ministros socialistas hubo un debate sobre la connivencia de aceptar la entrada de Ghali. Finalmente se impuso la versión de González Laya, que en declaraciones a RNE ha vuelto a insistir en que el gobierno español nunca consideró el gesto como una "agresión" al socio marroquí.
Dos procesos judiciales pendientes
A Ghali le esperan dos procesos judiciales que la Audiencia Nacional española tiene abiertos contra varios líderes del Frente Polisario, la organización de liberación nacional creada en 1973 por la soberanía plena saharaui y que, a pesar de las simpatías independentistas que levanta, no ha sido ajena a acusaciones de terrorismo, tortura y persecución contra disidentes y colaboracionistas con el gobierno de Marruecos.
En concreto, una de las causas abiertas responde a la querella presentada por Fadel Mihdí Breica, activista saharaui de nacionalidad española que asegura haber sido torturado durante varios días después de haber participado en una manifestación crítica con la línea oficial del Polisario. Por este proceso Ghali está citado a declarar como investigado el 1 de junio, pero ahora no se sabe si el dirigente saharaui se presentará, por si su estado de salud se lo permite pero también debido a que lo puede proteger el pasaporte diplomático argelino con el que ha entrado en el Estado.
El otro proceso se origina por una querella presentada por la Asociación Saharaui para la Defensa de los Derechos Humanos que denuncia el maltrato al que el Polisiario sometió a los prisioneros de guerra en los campamentos de Tinduf. Precisamente, el juez instructor de esta causa la acaba de reabrir después de que ordenara su archivamiento a finales de 2020.
El apoyo de Trump
Una de las últimas decisiones de Donald Trump en la Casa Blanca fue la de reconocer la soberanía marroquí en el Sáhara Occidental en un pacto tripartito que incluía el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Marruecos e Israel. Ese gesto fue entendido por Rabat como un apoyo fundamental y lo envalentonó ante sus socios europeos -con los que tiene tratados migratorios, de pesca y comerciales- para exigirles que "salieran de la zona de confort" y siguieran los pasos de Trump. Bruselas, sin embargo, no se alteró y ha mantenido el perfil bajo.