El RACC pide una formación obligatoria para los ciclistas urbanos y acusa al urbanismo táctico de crear "confusión"

El club automovilístico detecta un 9% de usuarios que se han pasado a la bicicleta por la pandemia

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Un chico circula en bicicleta y mascarilla  por el Paseo San Juan de Barcelona

BarcelonaAhora que el covid ha hecho que muchas personas se decidan por medios de transporte individual como la bicicleta o el patinete eléctrico para evitar posibles aglomeraciones, el RACC alerta de que todavía hay muchos ciclistas que admiten desconocer la normativa de circulación en Barcelona, un 38% según su barómetro, y asegura, crítico con el gobierno de Colau, que factores como los colores del urbanismo táctico o el hecho de compartir espacios con diferentes tipos de patinetes les han añadido "confusión". El presidente del club automovilístico, Josep Mateu, ha defendido hoy la conveniencia de instaurar algún tipo de formación viaria obligatoria –que podría traducirse en un carné o no– para poder circular en bicicleta o patinete por la ciudad. "Todo el mundo tendría que saber las mismas normas", ha remarcado después de exponer que la mayoría de usuarios de la bicicleta provienen del transporte público (50%) o de moverse a pie (32%) y, por lo tanto, no tienen por qué tener el carné de conducir.

La propuesta la pondrán encima de la mesa del Ayuntamiento, del Servei Català de Trànsit y también de la Dirección General de Tráfico. Y ya ha levantado polvareda en entidades como el Bicicleta Club de Catalunya (BACC), que acusa al RACC de desviar "la atención del problema real: los accidentes y la contaminación que provocan los coches". Carles Benito, presidente de la entidad, considera que las propuestas que pueda hacer un club automovilístico buscan "desviar la atención del foco del conflicto en movilidad" y sostiene que la idea de un posible carné para ciclistas va en contra de lo que se hace en países como los nórdicos, con más tradición ciclista, donde se apuesta por incluir la bici en la formación desde las escuelas. Remarca, también, que tienen datos que demuestran que más del 70% de los ciclistas sí tienen carné de conducir.

Uno de los puntos que según el RACC motiva la necesidad de esta formación obligatoria es el uso del móvil o de auriculares mientras se circula: el 36% de ciclistas usan auriculares y el 24% utilizan el móvil, según las 600 encuestas y las más de 11.000 observaciones hechas para dar cuerpo al informe. Y la situación empeora entre los más jóvenes: el 55% de los más jóvenes de 20 años usan auriculares y el 42% el móvil. Mateu también ha pedido al Ayuntamiento que "ordene" el código de colores implantado con el urbanismo táctico y se ha declarado contrario a los cojines berlineses instalados en la calzada para hacer reducir la velocidad de circulación, sobre todo por el riesgo que pueden comportar para las motos, como ha denunciado el grupo municipal de Cs.

El barómetro del ciclista urbano del RACC ha detectado que un 9% de los ciclistas actuales se han apuntado a la bici a raíz de la crisis del covid y que un 6% se han comprado la bicicleta a partir de la pandemia –en general, sin embargo, el volumen de ciclistas se ha reducido un 10% respecto al 2019– y que a pesar de que el uso de este vehículo todavía es mucho más minoritario en Barcelona que en otras capitales europeas –representa el 2,6% de los desplazamientos que se hacen en la ciudad–, dibuja una clara tendencia al alza que empezó en 2007 con la implantación del Bicing. Y los accidentes con ciclistas implicados aumentan al mismo ritmo que el uso de la bici: en 2019 crecieron un 1,3%. Lo que sí ha crecido es la sensación de vulnerabilidad de los ciclistas: ahora la subscriben un 60%, mientras que hace solo dos años lo hacían un 55%.

La pandemia ha hecho aumentar el uso de los carriles bici en fin de semana y festivos y también ha comportado algunas rarezas, como que aumente el uso del carril bici de la calle Ganduxer, que es uno de los que según el RACC tiene menos demanda, y que, en cambio, baje el de los que funcionan mejor, como el de la Diagonal. La mayoría (63%) hacen un único viaje de ida y vuelta al día. Predominan los ciclistas jóvenes y hay poca diferencia en cuanto a género, pero sí hay matices entre hombres y mujeres en cuanto a los motivos que esgrimen para moverse en bici. Ellos priorizan el hecho de ir rápido y hacer ejercicio, y ellas el ahorro y el hecho de no contaminar.

La bici, en casa

El 88% guardan la bicicleta en su casa y solo el 10% la dejan en la calle, un porcentaje 14 puntos inferior al del 2019. Casi uno de cada cuatro ha sufrido robos, pero ahora son más de componentes y no tanto de la bici entera, como hace dos años. El 13% de los ciclistas admitan haber recibido alguna multa mientras circulaban y solo un 7% tienen seguro. De hecho, la idea del seguro obligatorio o de la matriculación es una de las que más rechazo generan entre los ciclistas –están en desacuerdo el 33% y el 38%, respectivamente–, mientras que se ve con mejores ojos propuestas como la educación viaria en escuelas e institutos y la prohibición a las motos de aparcar en las aceras. En cuanto a los elementos de seguridad, según el estudio del RACC, el 56% de los ciclistas de más de 16 años llevan casco.

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