Diagnosticar el cáncer de mama haciendo un análisis de la leche materna
Investigadoras catalanas plantean realizar una biopsia de este alimento para detectar los tumores en mujeres jóvenes antes de que sean demasiado agresivos
BarcelonaEn mujeres embarazadas, después del parto o durante la lactancia, el cáncer de mama es difícil de detectar con ecografías convencionales por el aumento del tamaño y densidad del tejido mamario, que puede camuflar los posibles nódulos en el pecho. Además, las mujeres en edad fértil no entran en los programas de cribado (los llamamientos se realizan a partir de los 50 años), lo que aún dificulta más su detección temprana. En consecuencia, son cánceres más agresivos. Ahora un equipo de investigadoras del Vall d'Hebron Instituto de Oncología (VHIO) propone analizar la leche materna para diagnosticar el tumor en fases precoces.
Así lo ha demostrado el caso de Lola (nombre ficticio), que fue diagnosticada de un cáncer de mama un año y medio después de tener hijos. Las investigadoras analizaron muestras de sangre y leche materna de la paciente recogidas ocho y once meses después del parto y constataron que, seis meses antes del nacimiento del bebé, ya existían restos de ADN tumoral. Por tanto, su caso podría haberse diagnosticado medio año antes de lo que finalmente se hizo.
Las biopsias líquidas de sangre se utilizan en pacientes con cáncer de mama metastático para la detección o seguimiento de algunas mutaciones y ha demostrado eficacia en la detección de otros cánceres. Por ejemplo, en orina para el de vejiga o en saliva para el de cabeza y cuello. Sin embargo, es una estrategia con poca sensibilidad todavía como herramienta para el diagnóstico precoz o en la predicción de recaídas de cáncer de mama. La leche materna se erige ahora en una herramienta útil para el diagnóstico precoz entre mujeres menores de 45 años por la proximidad de este elemento al tumor.
La investigación, que se publica este jueves en la revista Cancer Discovery, nació de la preocupación de una paciente que fue diagnosticada de cáncer de mama entre el segundo y el tercer parto y sufría por si podía transmitir la enfermedad a su criatura menor durante la lactancia. Aunque se sabe que el cáncer de mama no se transmite por esa vía, analizarlo permitiría buscar marcadores tumorales. Así, el estudio permitió confirmar que la leche materna contiene ADN tumoral circulante (ADNct), fragmentos derivados del tumor que se mueven libremente por el torrente sanguíneo (no están asociados a las células) y que son susceptibles de ser detectados con una biopsia líquida.
Ampliar el estudio con 5.000 mujeres
Haciendo seguimiento a 15 mujeres con diagnóstico de cáncer, las investigadoras consiguieron identificar fragmentos de ADN tumoral en 13 pacientes a partir de la leche materna. Usando muestras de sangre, en cambio, la mutación sólo se detectó en una de ellas. El estudio ha estado liderado por la jefa de la unidad de mama del Hospital Vall d'Hebron y del grupo de cáncer de mama del VHIO, Cristina Saura, y la jefa del laboratorio de genómica del cáncer del VHIO, Ana Vivancos.
A partir de estos datos, las investigadoras diseñaron un panel de genes para detectar las mutaciones más frecuentes presentes en mujeres con cáncer de mama diagnosticado antes de los 45 años que, sobre el papel, debe ayudar a detectar 7 de cada 10 casos con una especificidad del 100%. “De la misma forma que se hace la prueba del talón a todos los bebés, se podría plantear recoger una muestra de leche materna a todas las mujeres después del parto para hacer un screening de cáncer de mama”, añade Saura. Y al tratarse de una prueba no invasiva, el VHIO iniciará un estudio para recoger muestras de leche materna de 5.000 mujeres sanas de todo el mundo que se hayan quedado embarazadas con 40 años o más, o de cualquier edad que sean portadoras de mutaciones que aumentan el riesgo de cáncer, como el BRCA1 o el BRCA2.
"Antes de llevar esta técnica a la práctica, es necesario confirmar estos resultados en un mayor número de pacientes, pero estos resultados son esperanzadores y ofrecen una potencial nueva herramienta para el diagnóstico precoz de cáncer de mama en una población especialmente sensible de mujeres jóvenes y madres", explica Saura. El proyecto cuenta con más de 300.000 euros de financiación conseguidos a través de becas competitivas de la Fundación FERO, la Fundación La Caixa, la Sociedad Española de Oncología Médica y la Asociación Española Contra el Cáncer, entre otros.