España supera los 100.000 muertos por covid
El gobierno español desatiende las demandas de Catalunya y mantiene el uso de las mascarillas en el interior
Santa Coloma de GramenetEspaña ha superado este martes los 100.000 muertos por coronavirus. Desde que estalló la pandemia ahora hace dos años, han muerto 100.037 personas, 18.179 de las cuales residían en Catalunya. Los datos actualizados del ministerio de Sanidad español apuntan que se han detectado poco más de 11 millones de positivos, a pesar de que esta cifra es muy inferior a la real porque durante meses ha habido un infradiagnóstico y ahora, con la bajada de casos, ya no se hace el seguimiento de los contactos.
En una rueda de prensa posterior en el consejo interterritorial, la ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha apuntado que los últimos datos epidemiológicos confirman la bajada de la incidencia del covid y ha dicho que los técnicos confiaban en que "lo peor" de la sexta ola, caracterizada por la alta transmisibilidad de la variante ómicron, "ya ha pasado". En este consejo, el ministerio y las comunidades tenían encima de la mesa la petición de gobiernos autonómicos, como el catalán, de retirar las mascarillas de los interiores. Es, de hecho, la única restricción que se mantenía de la pandemia, pero finalmente no ha habido ninguna concreción y continúa la obligatoriedad en los interiores. "La pandemia nos ha enseñado que juntos avanzamos", ha dicho la titular de Sanidad, respondiendo a la propuesta de Salud de eliminar las mascarillas en las escuelas.
A pesar de que el gobierno español no osa poner fecha a la eliminación de las mascarillas en los espacios interiores, el presidente Pedro Sánchez admite que llegará "de aquí muy poco". La opinión mayoritaria entre expertos y autoridades sanitarias es que la medida se tendría que mantener como mínimo hasta que se acabe el invierno –hacia el mes de abril–, teniendo en cuenta la estacionalidad del coronavirus. Por lo tanto, el calendario más prudente para que caiga la medida sería poco antes de Semana Santa.
La única excepción serían las escuelas. En Catalunya y otros territorios del Estado hace semanas que los pediatras levantan la voz ante la bajada de contagios y hospitalizaciones, y piden que la marca más cotidiana de la pandemia desaparezca "cuanto antes mejor" de las aulas por motivos psicopedagógicos. La decisión divide al comité asesor de expertos del covid, porque no todos los miembros ven con buenos ojos el cambio a corto plazo y piden mantener la mascarilla en los interiores hasta que se acabe el invierno, el 20 de marzo.
Aun así, la Generalitat se ha mostrado partidaria de avanzar la retirada "cuanto antes mejor" en los centros escolares porque los niños no son colectivo de riesgo y sería el mejor lugar para calibrar el impacto que puede llegar a tener el cambio, aunque a pequeña escala, si después también se elimina en la población general. El mismo conseller de Salud, Josep Maria Argimon, ha defendido unas cuantas veces que las aulas tienen que ser el primer lugar donde se supriman las mascarillas, si bien hay que hacerlo de manera gradual y empezar por las edades más pequeñas (primaria) antes de llegar a los adolescentes (ESO, bachillerato y formación profesional).
De hecho, Argimon esperaba que se hubieran retirado este mismo lunes, 28 de febrero, pero la guerra en Ucrania y el encuentro de presidentes autonómicos la semana pasada obligó a suspender las comisiones y ponencias de salud pública previstas entre los gobiernos y Sanidad. Ha sido este miércoles que se ha podido debatir la retirada gradual de las mascarillas en las aulas en el Consejo Interterritorial de Salud. "Si hay cierto consenso, entonces pondremos calendario", aseguraba Argimon pocas horas antes del encuentro.
Catalunya no era la única comunidad que reclamaba a la ministra Darias el cambio en el protocolo escolar de control del covid: también la Comunidad de Madrid, Andalucía y Murcia lo han pedido a la interterritorial. Todos estos gobiernos autonómicos ven el cambio en los centros educativos como paso previo y necesario para que las mascarillas también dejen de ser obligatorias en el resto de la población. El conseller Argimon calcula que esto podría darse en un plazo de tres semanas o un mes después del cambio en las aulas. Si así se acuerda con el ministerio de Sanidad y el resto de comunidades, hacia el mes de abril (por Semana Santa) se permitiría ir sin mascarilla en espacios interiores en todo el Estado, como ya se hace en Francia y los Países Bajos.
Darias siempre se ha limitado a defender el uso de la mascarilla "por la capacidad que tienen a la hora de bloquear la emisión de gotas infectadas" y a decir que, en todo caso, sería recomendable llevar mascarilla en espacios cerrados de concurrencia pública donde haya riesgo de grandes aglomeraciones, incluidos los medios de transporte público, así como en el caso de la población más vulnerable (enfermos o personas grandes) si no se puede garantizar la distancia de seguridad.