¿La hora de poner impuestos a los ultraprocesados en Europa?

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BarcelonaMejorar la alimentación de millones de europeos tendría un impacto sin precedentes en salud pública, puesto que una dieta poco saludable es uno de los principales factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares, la primera causa de muerte en el mundo. Por eso, la Unión Europea quiere regular la comida ultraprocesada, es decir, aquellos alimentos de origen industrial que a menudo contienen muy poca materia prima, pero muchos aditivos y sustancias añadidas, además de azúcares, grasas y sal, entre otros. Por ejemplo, los platos que sirven las cadenas de comida rápida, las bebidas azucaradas y las energéticas, la bollería, las patatas de bolsa y los chocolates, entre otros.

Aunque Europa no ha definido ninguna normativa, y tenerla terminada parece todavía un escenario lejano, el comisario europeo de Salud, Olivér Várhelyi, ya ha dicho que "hay que reflexionar" en iniciativas para regular este tipo de comida y también ha instado a los grupos parlamentarios a buscar fórmulas que incidan en la elección. La Comisión Europea evalúa introducir políticas fiscales, como crear un impuesto europeo para forzar a las industrias a reformular algunos de sus productos sin que afecte al bolsillo de los ciudadanos. El dinero recaudado se destinaría a programas de promoción de la salud y del consumo de alimentos saludables.

Otra medida que hay sobre la mesa son las advertencias en la etiqueta de los alimentos. Cada vez hay más voces que presionan a la UE para que haga obligatorio el etiquetado nutricional frontal (FOP), que ya tienen Francia, Bélgica y Alemania y que España está estudiando. Se trata de una medida similar al Nutri-Score, un sistema de etiquetado que complementa la clásica mesa nutricional y que, desde 2017, la han adoptado progresivamente distintos países, entre ellos España. Esta es la medida más implantada de las disponibles, si bien todavía no existe un FOP armonizado en Europa y la UE todavía tiene pendiente decidir si obliga a la industria alimentaria a incluirlo en todos los productos.

División entre países

La UE se plantea esta regulación con un escenario muy dispar, ya que existen países más avanzados que otros en la lucha contra los ultraprocesados. Uno de los motivos es que existe bastante división entre los estados miembros sobre qué se considera comida ultraprocesada, por lo que es posible que lo primero que tenga que hacer la UE sea concretar bien qué alimentos estarían sometidos a la regulación. En España, por ejemplo, ya existe un decreto que fija límites en la oferta de los comedores en espacios públicos (como hospitales, escuelas, residencias de gente mayor, universidades…), tanto en cantinas como en máquinas expendedoras. En cuanto a Cataluña, hace años que hay un impuesto (pionero en el Estado) para las bebidas azucaradas. En cambio, existen otros países europeos, como Dinamarca, que también lo tienen para otros productos, como el chocolate o los peladillas.

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