Coronavirus

Italia elimina las sanciones a los 4.000 médicos antivacunas

Meloni justifica el fin de la vacunación obligatoria del personal sanitario con el cambio epidemiológico y la falta de manos

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Un profesional sanitario administra una dosis de la vacuna contra el covid -19 a un hombre en un punto de vacunación de Roma.

RomaItalia acaba con la vacunación obligatoria contra el covid-19 para el personal sanitario introducida por el anterior ministro de Sanidad, Roberto Speranza. A partir de este martes, los médicos y las enfermeras suspendidos de sueldo y trabajo por haber rechazado vacunarse durante la pandemia podrán volver a sus puestos de trabajo. La decisión fue aprobada el lunes en el primer consejo de ministros presidido por Giorgia Meloni y permitirá readmitir a unos 4.000 médicos.

El ministro de Sanidad, Orazio Schillaci, ha explicado que la decisión del gobierno se debe al hecho de que el panorama epidemiológico ha cambiado. "A partir de los datos vemos que el impacto en los hospitales es limitado y que hay una disminución de las infecciones, así como una estabilización de la ocupación hospitalaria", ha dicho. A esto se suma la escasez de personal en la sanidad pública, ha admitido Schillaci, y que afecta especialmente a algunas regiones italianas como Calabria, donde las autoridades locales han firmado recientemente un acuerdo de colaboración con Cuba para que unos 500 médicos procedentes del país caribeño puedan ejercer en los hospitales y ambulatorios públicos de esta región. “Volver a poner a trabajar a los médicos no vacunados servirá para contrarrestar la escasez y garantizar el derecho a la salud", ha justificado el ministro.

Italia fue el primer país europeo en imponer la vacunación obligatoria al personal sanitario, una medida muy polémica que los partidos conservadores, entonces en la oposición y ahora en el gobierno, rechazaron. En especial, la líder de Hermanos de Italia y actual primera ministra, Giorgia Meloni, fue siempre muy crítica con el ejecutivo de Giuseppe Conte, que estaba al frente del gobierno cuando estalló la pandemia, así como con su sucesor, el tecnócrata Mario Draghi, al considerar demasiado restrictivas algunas de las medidas aprobadas para frenar los contagios. Esto, a pesar de que Italia fue uno de los países más golpeados por el coronavirus en los primeros meses del 2020. Según datos oficiales, el país transalpino registró más de 23 millones de casos y casi 179.000 muertes desde el inicio de la pandemia.

El lunes, en la rueda de prensa posterior al primer consejo de ministros de su gobierno, Meloni denunció que “innumerables” medidas aprobadas por los anteriores ejecutivos para frenar la propagación del virus “no se basan en evidencias científicas”. “La ciencia no se aborda con un enfoque ideológico, sino con evidencias científicas que sustenten las medidas”, afirmó. Por su parte, el ministro de Sanidad aseguró que, si se identifican nuevas variantes, el gobierno “está listo para intervenir”. El nuevo responsable de la cartera de Sanidad es médico, exrector de la universidad romana de Tor Vergata y uno de los tecnócratas elegidos por Meloni para su ejecutivo, y defendió la decisión de dejar de difundir los datos diarios de infecciones, hospitalizaciones y defunciones. Ahora se publicarán semanalmente.

Schillaci, que formó parte del comité científico del Instituto Superior de Sanidad creado por el gobierno de Conte para gestionar la pandemia, aplaudió la creación de una comisión parlamentaria de investigación sobre el covid. Una propuesta avanzada la semana pasada por la primera ministra que tiene el objetivo de examinar cómo fue la compra de equipos sanitarios, como por ejemplo mascarillas y ventiladores mecánicos, durante el inicio de la emergencia sanitaria.

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