Medio millón de personas podrían sufrir covid persistente en España
Un estudio catalán probará un medicamento para el asma en pacientes que arrastran síntomas
BarcelonaMedio millón de personas en España, un 10% de la población que ha superado la infección de coronavirus, podrían sufrir covid persistente, según la Sociedad Española de Médicos Generalrs y de Familia (SEMG). La mayoría, sin embargo, ni siquiera deben de saber que los síntomas diversos y normalmente leves con que conviven desde que se contagiaron estarían relacionados, precisamente, con el virus. Las señales más habituales son la fatiga extrema, las dificultades para respirar, la tos y los dolores a las articulaciones o los problemas de memoria y concentración, pero hay unos 200 síntomas diferentes de mayor o menor intensidad que van desde la caída del pelo hasta los episodios de fiebre intermitentes y la falta de aire.
Los síntomas acostumbran a perdurar de media unos seis meses, pero, en algunos casos, la duración es indefinida y hay pacientes que los arrastran desde la primera oleada del covid, ahora hace dos años. Médicos de atención primaria, enfermeras, psicólogos y farmacéuticos solo tienen una certeza: el covid persistente es el reto de futuro de la pandemia y, de momento, genera más preguntas que respuestas que dificultan la falta de consenso y la investigación.
Estas son las conclusiones del Primer documento de consenso para el abordaje de pacientes con síntomas leves de covid persistente de ámbito estatal, presentado este martes en Madrid. Pacientes y profesionales sanitarios han acordado que la base para un buen diagnóstico y tratamiento del covid persistente son dos elementos: la identificación clara de los síntomas a largo plazo por parte de los pacientes y la centralización de la asistencia en los centros de atención primaria (CAP).
- Cardíacos Palpitaciones, hipotensión ortoestática, hipertensión arterial, síncopa, taquicardia, bradicardia sinusal
- Trastornos neurológicos Cefalea, hormigueo o adormecimiento de las extremidades, pérdida del sentido del olfato o elevada percepción de los olores, distorsión del gusto, descoordinación del cuerpo, déficit de memoria, inestabilidad, mareo, incapacidad para concentrarse
- Dermatológicos Urticaria, erupciones, alopecia
- Trastornos digestivos Dolor abdominal, indigestión, ardor en el tórax, flatulencia, diarrea
- Generales Febrícula, malestar general, escalofríos, anorexia
- Síntomas oftalmológicos Visión doble o borrosa, ojo seco y movimientos incontrolables del ojo
- Síntomas osteomusculars Dolor en las articulaciones y en los músculos, calambre musculares
- Problemas otorrinolaringólogos Dolor en la garganta o imposibilidad de tragar alimentos, pérdida de la voz, aftas bucales, pitidos en los oídos, sordera parcial
- Síntomas psicológicos Ansiedad, fobias, apatía, trastornos del sueño, trastorno obsesivo-compulsivo (TOC)
- Síntomas respiratorios Disnea (falta de aire), tos seca, opresión torácica
La mayoría de las recomendaciones, sin embargo, ya se hicieron en la guía clínica pionera que presentó el marzo pasado el departamento de Salud de la mano de las asociaciones de afectados para gestionar los síntomas persistentes y abordar, tratar y acompañar a los enfermos –la mayoría mujeres jóvenes– con esta diversidad de síntomas.
Sin tratamiento específico
Estas personas pueden ver su vida diaria muy condicionada por los síntomas y muchas no acaban de recuperar el ritmo o no han podido reincorporarse al trabajo, por ejemplo. En los últimos dos años se han ido creando unidades hospitalarias dedicadas a la investigación de esta condición y la atención primaria ha puesto en marcha varias líneas de investigación para encontrar tratamientos que podrían aligerar la intensidad de las secuelas, puesto que no existe ningún tratamiento específico.
Uno de ellos es el proyecto E-Speranza, impulsado por el Instituto Universitario de Investigación en Atención Primaria (IDIAP) Jordi Gol, que propone el uso de un medicamento con un perfil de seguridad contrastado y asequible económicamente para el asma, el Montelukast, que permitiría atender los afectados con disnea, o dificultad respiratoria, que es una de las manifestaciones más frecuentes e invalidantes del covid persistente.
La hipótesis del estudio es que este fármaco podría ser beneficioso para reducir la inflamación que provoca la infección y podría mejorar la calidad de vida de los pacientes con síntomas leves y moderados. El estudio está actualmente en fase de reclutamiento de los 284 pacientes que se necesitan, ha recibido financiación por parte del Instituto de Salud Carlos III e incluye un ensayo clínico doble-ciego aleatoritado (ni los investigadores que observan la evolución ni los participantes saben quién pertenece al grupo de control).
La segunda parte del estudio se hará en colaboración con el Hospital de Bellvitge y el Hospital de Viladecans para conocer las características clínicas y biológicas de las personas con covid persistente. Para hacerlo, analizarán muestras de sangre y heces de un subgrupo de personas que participan en el ensayo clínico para determinar el efecto de la enfermedad sobre el sistema inmunitario, la flora intestinal y cómo se relaciona todo ello con la gravedad de esta condición.