Salud

No existe ninguna relación entre el uso del teléfono móvil y el cáncer cerebral, según un estudio de la OMS

Investigadores australianos han analizado 63 investigaciones publicadas entre 1994 y 2022

ARA
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Un joven utilizando un teléfono móvil

BarcelonaEl uso del teléfono móvil no está relacionado con el aumento del riesgo de cáncer cerebral. Ésta es la principal conclusión de un estudio a gran escala encargado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y liderado por la Agencia Australiana de Protección Radiológica y Seguridad Nuclear (Arpansa), que ha hecho una revisión exhaustiva del evidencia más relevante publicada en los últimos 30 años. Así, el estudio, publicado en la revista Environmental International, presenta la perspectiva más completa y actualizada sobre la posible relación entre el uso del móvil y el riesgo de cáncer hasta el día de hoy.

Para llegar a esta conclusión, el equipo de investigadores, encabezado por el profesor Ken Karipidis, examinó más de 5.000 estudios: seleccionaron a los más rigurosos desde el punto de vista científico y descartaron los menos significativos. El análisis final incluyó un total de 63 estudios publicados entre 1994 y 2022 en 22 países, que fueron evaluados por 11 investigadores de 10 países. La reseña evaluó los efectos de la exposición a la radiofrecuencia –utilizada tanto en los teléfonos móviles como en la televisión, las cámaras para vigilar a los niños y los radares– en el posible riesgo de cáncer en la población. Más concretamente, la revisión puso el foco en los cánceres del sistema nervioso central (incluidos el cerebro, las meninges, la hipófisis y las orejas), los tumores de las glándulas salivares y los tumores cerebrales.

Los resultados fueron claros: pese al aumento en las últimas décadas del uso de la tecnología inalámbrica, este uso no se ha traducido en un aumento de la incidencia de cánceres. Asimismo, tampoco se ha identificado asociación alguna con el uso prolongado de los teléfonos móviles (si las personas han utilizado sus dispositivos durante más de una década) ni con la cantidad de uso que se haga (el número de llamadas hechas o el tiempo que se dedica al teléfono). Actualmente, los investigadores trabajan en la segunda parte del estudio, que examinará cánceres que no suelen relacionarse con los teléfonos móviles, como la leucemia y el linfoma no Hodgkin.

La asociación entre los teléfonos móviles y el cáncer puso en alerta a la sociedad en el 2011, cuando la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), clasificó los campos electromagnéticos de radiofrecuencia, que incluyen los teléfonos móviles, como "posiblemente cancerígenos para el hombre", en la categoría "2B". El grupo "2B" incluye a los agentes de los que se tiene una "evidencia limitada" de cáncer en humanos –por ejemplo, el aloe vera o el hecho de trabajar en una tintorería– y el "2A" aquellos que "probablemente" pueden causar cáncer. Esta clasificación se basaba en estudios científicos que presentaban algunas asociaciones entre el uso de móviles y tumores cerebrales, como el glioma y el neuroma acústico. Ahora bien, según Karipidis, éstos presentaban limitaciones o "sesgos". Desde entonces –añade– se han publicado "muchos más estudios" y han sido "mucho más extensivos", lo que llevó a la institución a encargar esta última revisión.

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