Salud

Los nuevos MIR quieren ser médicos de familia: "Seguiré a los pacientes hasta el final de su vida"

Se adjudican la gran mayoría de plazas para realizar la residencia en los CAP después de años con muchas vacantes

Los nuevos residentes del CAP Gótic en una sala de espera del centro
4 min

BarcelonaLa atención primaria a menudo se percibe como el patito feo del sistema sanitario entre los trabajadores del sector. El gran volumen de trabajo, la burocracia y la falta de manos hacen que muchos médicos descarten trabajar en un centro de atención primaria (CAP), sobre todo después de la crisis sanitaria provocada por la Covid-19, que tensionó a los equipos y la salud física y mental de sus integrantes. La resaca de la pandemia ha provocado que en los últimos años queden vacantes cientos de plazas de medicina familiar y comunitaria porque los jóvenes que salían de la Universidad optaban por otra especialidad médica. Sin embargo, esta tendencia se ha revertido este 2025 y se han adjudicado la gran mayoría de plazas para hacer la residencia en los CAP, aunque el departamento de Salut no ha concretado cuántos de estos jóvenes han acabado renunciando a la plaza que habían obtenido. El ARA ha hablado con algunas de las caras de esta generación de jóvenes que, de nuevo, quieren ser médicos de familia.

"Gran parte del problema que hay en la medicina de familia la hemos generado nosotros [los profesionales]. Debemos romper con el estigma que rodea la primaria y revalorizar la especialidad. Somos la primera línea de fuego, sin médicos de familia no vamos a ninguna parte", sostiene Juan José Zapata, nuevo médico residente del CAP Bages, de Man. Es de Almería, pero lleva siete años viviendo en Catalunya, ha estudiado la carrera en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y quería trabajar en un equipo de primaria alejado del bullicio de Barcelona. Su pareja es catalana y él tiene claro que, una vez que acabe los cuatro años de residencia, quiere seguir viviendo en Catalunya y trabajando en un CAP. Como Zapata, más de 300 jóvenes han escogido la especialidad de medicina familiar y comunitaria este año en nuestro país, que se ha convertido en la opción más numerosa.

En total, el sistema público de salud catalán ha incorporado este año 1.931 nuevos profesionales como residentes, un 2,8% más que el año pasado. De éstos, sin embargo, más de la mitad son de fuera de Cataluña, sea de otras comunidades autónomas o de otros países. La consejera de Salud, Olga Pané, espera que estos médicos se queden a trabajar en centros catalanes y celebra que se hayan adjudicado tantas plazas, sobre todo en primaria. "Me sorprendía que fuera una especialidad con poca demanda. Tiene una visión global de la salud y una proximidad al territorio que la hacen muy atractiva", argumenta la titular de Salut en conversación con el ARA. Según la consellera, este año se ha llegado al pico de jubilaciones de profesionales del sistema y, por primera vez en los últimos años, hay "más licenciados que gente que se jubila", lo que debe fortalecer a los centros catalanes con más manos.

Juan José Zapata, médico residente en el CAP Bages.

La puerta de entrada del sistema

Barcelona y el área metropolitana es donde se concentran la mayoría de centros sanitarios y, por tanto, también es donde han ido a parar la mayoría de nuevos médicos. Es el caso de Maria Espina, Iker Bruna y Laura Carrascosa, que esta semana han comenzado su residencia en el CAP Gòtic de la capital catalana. Los tres tenían claro que querían hacer primaria, aunque reconocen que es un nivel asistencial que arrastra un cierto descrédito, sobre todo en los últimos años. "Yo he escogido primaria porque te permite conocer a los pacientes desde todos los ámbitos, y las demás especialidades no te lo permiten. Creo que es importante este contacto", explica Carrascosa, que ha estudiado en la Universidad de Vic y tenía claro que quería trabajar en un centro con mucha diversidad de pacientes, como éste de Ciutat Vella, que tiene casos de gran complejidad. "Aquí seguro que no nos aburriremos", añade.

Espina también insiste en el contacto que tienen los médicos de familia con los pacientes, ya que cuando probó otras especialidades médicas explica que le quedaron cortas. "Quiero seguir a mis pacientes desde los 18 años hasta el final de su vida", sostiene la médica, que ve muy atractiva la vertiente social y comunitaria de su especialidad. Ella también ha estudiado en la UAB y su padre es médico de familia, por lo que cree que existe una parte de su decisión que le viene de familia. "Es la puerta de entrada del sistema sanitario y todos la terminamos utilizando, somos muy importantes", asegura.

Para Bruna, la atención primaria ofrece muchas salidas a sus trabajadores y confía en que las reformas que plantean desde el departamento de Salut permitan que los médicos de familia puedan aportar "aún más valor a la comunidad". Cree que hay una apuesta por la atención primaria, que los profesionales cada vez tienen más competencias y esto está favoreciendo que más jóvenes, como ellos, apuesten por la especialidad de medicina familiar y comunitaria. "Es cierto que todavía hay estigma, pero poco a poco tenemos que ir rompiendo, es una especialidad muy bonita y podemos ayudar muchísimo", concluye Bruna.

stats