¿Qué provoca las náuseas y el vómito durante el embarazo?
Científicos británicos identifican la hormona que desencadena los síntomas en las gestantes
BarcelonaAlgunas embarazadas sufren episodios, más o menos graves, de náuseas y vómitos, especialmente en los tres primeros meses de gestación. El feto es su razón principal, en concreto una proteína que produce y que recibe el nombre de GDF15, según revela un estudio publicado este miércoles por la revista Nature. Asimismo, la investigación liderada por la Universidad de Cambridge ha descubierto que esta hormona también puede ser la clave para evitar la hiperémesis gravídica (el nombre médico que reciben estos episodios de náuseas y vómitos intensos y persistentes) si se limita el acceso a su receptor, que es "altamente específico" en el cerebro de la madre.
La aparición de náuseas y vómitos durante la gestación, explican los investigadores, depende de la cantidad de GDF15 que produce el feto y de la exposición de la madre a esta proteína antes de quedar embarazada. Por eso, los autores del estudio proponen administrar la hormona a mujeres antes del embarazo para aumentar su tolerancia y prevenir unos síntomas que afectan a cerca del 70% de las futuras madres.
"Ahora sabemos que el bebé que crece en el útero produce una hormona a niveles a los que la madre no está acostumbrada", afirma en un comunicado Stephen O'Rahilly, investigador de la Universidad de Cambridge. Y añade: "Cuanto más sensible sea a esta hormona, más enferma se sentirá".
En algunos casos (tres de cada cien), la hiperémesis gravídica aguda puede poner en peligro la vida del feto y de la madre, lo que requiere un tratamiento de reposición de líquidos por vía intravenosa para evitar la deshidratación. Además, recuerdan los expertos, esta enfermedad es la causa más común de hospitalización de embarazadas en los primeros tres meses de gestación.
Trastorno hereditario
Aunque estudios previos ya habían apuntado a la proteína GDF15, este trabajo amplía los conocimientos sobre su papel en las enfermedades del embarazo, incluida la hiperémesis gravídica. "Saber esto nos da una pista sobre cómo podemos evitar que esto ocurra", insiste O'Rahilly, en alusión a la posibilidad de conseguir nuevos tratamientos.
Los investigadores constataron que una variante genética rara que eleva el riesgo de desarrollar la hiperémesis está vinculada con niveles más bajos de la hormona en la sangre y en tejidos en mujeres no embarazadas. Asimismo, las mujeres que padecen beta-talasemia, un trastorno sanguíneo hereditario que puede provocar anemia, presentan de forma natural niveles muy altos de GDF15 antes del embarazo, por lo que experimentan pocas o mínimas náuseas o vómitos.