Salud

Las pruebas de edad biológicas están de moda, pero ¿funcionan?

Los test prometen decirte si tienes las células de una persona de 30 años o de 60

Dana G. Smith / The New York Times
4 min
Una pareja de jubilados en una imagen de recurso.

Nueva YorkSi alguna vez has estado en un encuentro con tus antiguos compañeros de instituto o escuela, sabrás que algunas personas parecen envejecer más rápido que otras. 25 años después de la graduación, uno de tus antiguos compañeros quizás parece 10 años más joven que los demás y otro aparenta 10 años más. "La gente lo sabe de forma intuitiva –comenta Nir Barzilai, director del Instituto para la Investigación del Envejecimiento de la Escuela de Medicina Albert Einstein–, pero no entienden que es un tipo de biología que estamos tratando de descubrir ", añade.

Los científicos trabajan para cuantificar este fenómeno y asignar un número a la "edad biológica" de una persona, analizando su salud celular, sin considerar cuántos años lleva viva. Ahora se están promocionando algunos de estos indicadores como pruebas de sangre de venta directa al consumidor. Pero antes de gastarte mucho dinero en saber tu edad verdadera, asegúrate de saber qué compras. Los especialistas advierten que, aunque estas pruebas son interesantes en teoría y podrían convertirse en valiosas herramientas de investigación, todavía no están preparadas para su uso extensivo.

¿Cómo se mide la edad biológica?

Los investigadores definen la edad biológica como "la acumulación del daño que podemos medir en el cuerpo", señala Andrea Britta Maier, codirectora del Centro por una Longevidad Saludable de la Universidad Nacional de Singapur. Este daño procede tanto del envejecimiento natural como del entorno y de los hábitos. A menudo, el concepto de edad biológica se atribuye al médico e investigador británico Alex Comfort (también conocido por haber escrito El placer del sexo), que en 1969 publicó un artículo sobre esa idea. Pero, durante décadas, los científicos no habían sabido cómo medir la edad biológica de una persona.

En 2013 Steve Horvath, profesor de genética humana y bioestadística de la Universidad de California, propuso utilizar un "reloj" basado en el campo emergente de la epigenética. En el curso de la vida, nuestro ADN va acumulando cambios moleculares que encienden y apagan varios genes. Horvath analizó estos cambios en miles de personas y desarrolló un algoritmo para determinar cómo se correlacionaban con la edad.

Estos cambios tienen lugar de forma natural a medida que envejecemos, señala Jesse Poganik, instructor en la Escuela de Medicina de la Universidad Harvard que investiga el envejecimiento biológico. También pueden acelerarles los hábitos que afectan a la salud, como fumar y consumir alcohol en exceso. Por tanto, se ha demostrado que los cálculos de la edad biológica se asocian con cosas como la expectativa de vida y la salud, explica Poganik.

¿Deberías desconfiar de estas pruebas?

Ahora, con un coste de unos 300 dólares, varias empresas venden pruebas que utilizan esta tecnología para calcular la edad biológica a través de análisis de sangre o de saliva y que comparan los cambios en tu epigenoma con las medias poblacionales. Pero los especialistas advierten que, en realidad, los relojes epigenéticos no pueden decirnos mucho sobre nuestra salud, porque se diseñaron para analizar grupos grandes de personas y no individuos de forma independiente. Por tanto, los resultados pueden ser poco fiables.

En una conferencia reciente en la que Horvath habló de este tema, una persona del público explicó que le habían hecho dos pruebas diferentes y que los resultados habían calculado dos edades distintas... con 10 años de diferencia. Horvath le dijo que habría tenido que ahorrarse el dinero.

"Creo que podría decirse que las mejores no son completamente inútiles", señala Daniel Belsky, profesor adjunto de epidemiología de la Universidad de Columbia, quien va desarrollar su propio reloj epigenético. "Pero estas herramientas clínicas todavía no han sido evaluadas ni probadas, por lo que se destinan más a las personas que tienen curiosidad".

Otro problema es que tampoco se sabe qué hacer con los resultados. Los científicos no saben cómo revertir la edad biológica de las personas... ni siquiera saben si esto es posible. En parte, por eso se desarrollaron inicialmente los relojes epigenéticos. Los investigadores esperan ahora utilizarlos en ensayos clínicos para que las acciones que buscan evitar el envejecimiento midan los posibles cambios en la esperanza de vida de cientos o miles de personas a la vez.

Nada de esto ha evitado, sin embargo, que las empresas vendan estas pruebas, junto con recomendaciones personalizadas sobre la salud y el estilo de vida, además de suplementos que, según ellas, revertirán la edad biológica de la persona.

Más allá de los relojes

Los relojes epigenéticos no son los únicos productos del mercado que prometen medir la edad biológica. Algunas empresas ofrecen una serie de pruebas de sangre convencionales que podrían realizarse en un consultorio médico, como las del colesterol o la hemoglobina A1c, un indicador de la diabetes. Estas compañías afirman que, como muchos de estos indicadores aumentan según envejecemos, pueden utilizarse como un indicador de la edad biológica de las personas: por ejemplo, si tienes 45 años pero tus niveles de colesterol parecen los de una persona de unos 50 años, los resultados de la prueba podrían decir que su edad biológica es superior a tus 45 años.

Está en debate si las analíticas de sangre de verdad registran la edad biológica y no sólo la salud en general, pero una ventaja de este tipo de pruebas es que miden factores que pueden modificarse. Por ejemplo, sí sabemos cómo disminuir los niveles de azúcar en sangre mediante fármacos y cambios en el estilo de vida. Sin embargo, la edad epigenética es más una especie de caja negra.

"A mí me parece bastante razonable ampliar el acceso y uso más frecuente de pruebas para optimizar la salud", señala Poganik en un correo electrónico. Pero añade: "Hay que tomar con precaución cualquier afirmación sobre que se pueda determinar con precisión la edad biológica de forma individual".

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