Veinte años consumiendo drogas: "Tuve que cortar la relación con los amigos para dejarlas"

BarcelonaÁngel Acín empezó a consumir cocaína a los 19 años. Primero de fiesta, con sus amigos, y siempre con alcohol. Sin embargo, con el paso del tiempo, esta combinación de sustancias se convirtió en su manera de evadir los problemas, de rehuir una realidad que no le hacía el peso. Se refugió en el consumo porque no estaba bien en ningún sitio ni con nadie y quería tapar unas emociones que no sabía gestionar. "El abuso era sólo la punta del iceberg de mis problemas", explica. Después de veinte años tomando drogas, hace más de un año que no consume. Con 40 años pidió ayuda y actualmente está en la fase final de su tratamiento, aunque puntualiza que quien es adicto lo es de por vida. Vive ese momento con tranquilidad, satisfecho de haber dicho lo suficiente: cuando empezó este proceso dejó de relacionarse con la mayoría de sus amistades porque todas se drogaban. "Corté la relación con el 80% de mis amigos para dejar de consumir. Si no sales de ahí, la probabilidad de volver a caer es muy alta", explica.

Como Ángel, el perfil de persona que pide ayuda a Projecte Home es un hombre, de 42 años y que hace más de 18 años que empezó a consumir antes de recibir tratamiento. En el último año la entidad ha atendido a 1.553 personas adultas con adicciones, un 4,5% más que en 2022. La cocaína sigue siendo la principal sustancia que motiva el inicio de los tratamientos, con un 46% de los casos, aunque que el alcohol mantiene la tendencia al alza de los últimos años y se sitúa ya en el 42% de los casos. Pese a que existe una sustancia que es la que despierta la necesidad de recibir tratamiento a los usuarios, la directora de la entidad, Neus Canals, asegura que la mayoría de las personas atendidas son policonsumidores; es decir, consumen a la vez más de una sustancia.

Las mujeres representan un 21,1% de las personas que realizan el tratamiento en esta entidad. Anabel Hernández es una de estas usuarias: llevaba 15 años adicto a los psicofármacos, sobre todo, pero también a la cocaína y al alcohol, cuando pidió ayuda a Projecte Home.

Hace más de un año que no consume nada y ya ha vuelto a trabajar. "No quería sentir ningún dolor, quería evadirme del malestar y de la soledad. Estaba en mi mundo", explica sobre un pasado que quiere dejar atrás. En su caso, la familia fue determinante para dar el paso y decidir pedir ayuda: tiene cuatro hijos y la discusión con uno de ellos le sirvió para abrir sus ojos.

El apoyo de las familias

En 2023, de hecho, la entidad atendió a 1.131 familiares de personas con adicciones. Según Canals, las familias tienen un papel fundamental, ya que son un soporte emocional, económico y de acompañamiento en el tratamiento y una motivación para promover el cambio. El 65% de estos familiares son mujeres, como Margarita, que es madre de una persona con adicción a la cocaína y al alcohol y que explica que, antes de recibir la ayuda de la entidad, en casa se sentían muy solos. "Nos enseñaron a andar a su lado", destaca. Gracias a los programas de la ONG han aprendido a poner límites y han perdido el miedo a no decir a su hijo.

Llega un momento en el que es necesario "algo más que uno te quiero, que palabras de cariño y que la voluntad de ayudar. Necesitas atención profesional", admite Margarita sobre la decisión de pedir ayuda. Este servicio de Projecte Home destinado a los familiares quiere ser un espacio de autocuidado y de intercambio de experiencias para guiarles y ofrecerles soporte emocional e información sobre adicciones.

Jóvenes y otras sustancias

A mucha distancia de la cocaína y el alcohol, existen otras sustancias o conductas adictivas que motivan el inicio del tratamiento, como el cannabis (4,1%), la heroína (3,1%) y las adicciones comportamentales ( 2,3%), como el abuso de pantallas. En el caso de los jóvenes, el cannabis sigue siendo la principal sustancia que motiva la demanda de ayuda, con un 55% de los casos. Del total de jóvenes y adolescentes que atendió a la entidad en 2023, el 83% eran chicos y el 17%, chicas, con una media de edad de 20 años. Tras el cannabis, la mayoría de estos usuarios más jóvenes recibieron tratamiento por uso abusivo de pantallas, videojuegos y apuestas online (16%), cocaína (14%) y alcohol (12%).