Seis de cada diez catalanes se ven obligados a comprar productos más baratos de lo que quisieran
Un tercio de la población considera que sus ingresos no le permiten tener una vida digna
En muchos hogares las familias deben hacer manos y mangas para llegar a fin de mes, y la situación precaria de los trabajos e ingresos insuficientes a menudo generan renuncias cotidianas. Uno de los principales recortes se da en la cesta de la compra: seis de cada diez habitantes reconocen haber abaratado el gasto en comida optando por productos en oferta o reduciendo el consumo de carne, pescado o fruta. Así lo demuestra Vivir la desigualdad 2025, el informe publicado este martes por Oxfam Intermón sobre las desigualdades en España.
Aparte de resignarse a comprar menos alimentos saludables, una de cada cuatro personas ha tenido que pedir dinero a familiares o instituciones benéficas para cubrir sus necesidades básicas. Además, un 40% de los encuestados no tienen ahorros para hacer frente a un gasto imprevisto de 600 euros y cuatro de cada diez no pueden permitirse ir de vacaciones. El coordinador del informe de Oxfam Intermón, Ernesto García, asegura que esta problemática, lejos de ser una situación aislada, es una realidad que cada vez se hace más presente en los hogares. "Se están cronificando algunos recortes vinculados a productos básicos, como la alimentación, el ocio o el acceso a ciertos servicios sociosanitarios", afirma.
Mujeres, jóvenes y racializados, los más afectados
Pese a los avances impulsados por el ejecutivo español en el ámbito laboral –como el aumento del salario mínimo interprofesional–, un 37% de la población asegura que necesitaría un segundo trabajo para hacer frente a sus gastos. Un tercio de los catalanes cree que sus ingresos no le permiten tener una vida digna, y estos datos se agravan aún más entre las mujeres, las personas racializadas y los jóvenes. Según el informe, el 60% de las mujeres han recortado sus gastos en ocio y cultura y la mitad de las personas racializadas ha reducido el consumo de productos frescos. Los jóvenes están aún más afectados por estos malabarismos financieros que la gente de edad más avanzada: más del 60% han tenido que apretarse el cinturón para hacer frente a sus necesidades básicas.
La vivienda como principal inquietud
La vivienda se posiciona por primera vez como la principal fuente generadora de desigualdad según los catalanes, incluso por encima de la economía. El 73% de los inquilinos se siente directamente afectado por la crisis de la vivienda, y menos de un 15% ven probable llegar a ser propietarios. De nuevo, esta problemática afecta más directamente a los grupos menos favorecidos, y la población señala a los poderes públicos, al sistema fiscal oa la acumulación de riqueza como principales responsables.
Sin embargo, los encuestados se muestran optimistas: seis de cada diez consideran que las desigualdades se pueden erradicar. El informe de Oxfam Intermón recoge la voluntad de los ciudadanos por cambiar las cosas, y también su llamamiento a revertir la situación garantizando el acceso a la vivienda y mejorando los salarios y la calidad del empleo.