Coronavirus

Salud alerta sobre la poca efectividad de las mascarillas de tela

Alguns países, como Alemania y Austria, las han prohibido en el transporte público y en comercios

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Una mujer ayuda a otra a colocarse la mascarilla  hoy en Barcelona

En el departamento de Salud hay preocupación por el uso y abuso de las mascarillas de tela: tienen "diseños más bonitos" pero "no cumplen" la función de proteger a los demás y protegernos de los demás. El aviso que verbalizó hace unos días el director de la unidad de seguimiento del covid-19 en Catalunya, Jacobo Mendioroz, pone de nuevo sobre la mesa el debate sobre la seguridad de las mascarillas de tela y las que se hacen en casa, que ahora quedan más en entredicho ante la aparición de nuevas variantes del virus. "Nos estamos planteando dar unas recomendaciones más claras", admitió Mendioroz, que dejó claro que su uso "no es para evitar una sanción ni un tema estético". "Tiene que cumplir la normativa", insistió.

De hecho, en Alemania y Austria ya hay controversia, porque se han prohibido las mascarillas de tela en el transporte público, en los comercios y en los edificios religiosos, donde solo se podrá acceder con mascarillas FFP2 o las quirúrgicas. En Francia, el Alto Consejo de la Salud también ha recomendado usar mascarillas más seguras, porque tanto las caseras como las de tela no protegen lo suficiente a los ciudadanos ante las variantes de covid-19, como la británica o la surafricana, que son más contagiosas. "El Alto Consejo recomienda a los franceses, y esta es la recomendación que también les hago yo, no usar más la mascarilla artesanal que fabricamos en casa", dijo el ministro de Sanidad francés.

España, sin cambios por ahora

España, en cambio, no se plantea cambiar las recomendaciones. El criterio sigue siendo el mismo: usar las mascarillas higiénicas (entre las cuales se incluyen las de tela) para la población sana y dejar que las quirúrgicas las utilicen sobre todo los enfermos y los sanitarios. Así, según el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, es "sensato" que las mascarillas FFP2 sean obligatorias para los sanitarios pero es "discutible" que las tenga que llevar toda la población. España sigue, pues, lo que marca la Organización Mundial de la Salud, que hace pocos días afirmó que las mascarillas de tela siguen siendo tan efectivas como siempre y las sigue recomendando para personas menores de 60 años que no tengan problemas de salud. Ante las enormes dificultades para conseguir stocks de mascarillas para el personal sanitario y de las residencias, la resolución en el Boletín Oficial del Estado el mayo del año pasado ya hablaba de un uso obligatorio de cualquier "tipo de mascarilla". El problema fue que, al margen de las mascarillas de tela homologadas, se han multiplicado los diseños caseros que no tienen ni los tejidos ni los filtros necesarios.

¿Qué tipos de mascarilla hay?
  • Higiénicas Se compran en cualquier establecimiento y son más baratas (la mayoría son reutilizables). Las pueden utilizar las personas sanas. Si no están homologadas no se puede comprobar su eficacia.
  • Quirúrgicas Se compran normalmente en farmacias. Son para contagiados (con o sin síntomas), y se utilizan en ambientes clínicos. Tienen una eficacia de entre el 50 y el 60%.
  • EPI Se compran en farmacias o establecimientos especializados y hay diferentes tipos: FFP1 (eficacia del 78%), FFP2 (del 92%) y FFP3 (98%). Sirven para personas en contacto con el virus y grupos vulnerables. Evitan la entrada de partículas contaminantes.

"Tenemos que ser conscientes de que, si bien todas las mascarillas ofrecen un grado de protección, con las mascarillas de tela es menor", confirma el investigador del IRTA CReSA y catedrático de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) Joaquim Segalés. Si solo tuviéramos en cuenta un principio de precaución, Segalés dice que sería adecuado eliminar las mascarillas de tela y optar por las quirúrgicas. "Tenemos que poner más grado de protección, es decir, mascarillas con más filtros, ahí donde hay más riesgo de infección", dice, y más teniendo en cuenta que –a pesar de las incertidumbres que todavía hay– parece que las nuevas variantes del covid-19 se transmiten más fácilmente. Ahora bien, si apelamos al sentido común, dice, lo más importante es llevarla bien colocada, sea cual sea: "La primera medida, y la más importante, es utilizar bien las mascarillas que tenemos. A pesar de tener productos de más protección, el primero es llevar la mascarilla donde toca".

Es lo mismo que opina el jefe de la Sociedad Española de Virología y catedrático de la Facultad de Biología de la UB, Albert Bosch. "Lo que es esencial es llevarla correctamente, no con la nariz o la boca destapados", afirma. Bosch se muestra partidario de no "replantearse" la obligatoriedad de las mascarillas: "Sabemos que está la que protege más al portador y a terceros, la FFP2; la que protege a terceros más que al portador, que es la quirúrgica; y la que proporciona menos protección pero es mejor que nada".

Las de tela protegen menos... pero protegen

La presidenta de la Associació Catalana d'Infermeres de Control d'Infecció, Esther Moreno, insiste en la importancia de no relajarse en ninguna de las medidas de seguridad. "Damos poder a la mascarilla y nos olvidamos de que la distancia y el lavado de manos también son importantes", afirma. De hecho, considera "alarmante" que se propague la sensación de que solo protegen las mascarillas FFP2. "Esto no es cierto. Me sabe mal que digan que las mascarillas quirúrgicas no protegen, porque es con lo que siempre nos hemos protegido los sanitarios", dice.

En realidad, la prohibición de las mascarillas de tela depende de más factores. Por ejemplo, del económico: una mascarilla FFP2 vale entre dos y cuatro euros y una mascarilla quirúrgica unos 40 céntimos, mientras que las de tela cuestan unos 8 o 10 euros pero son reutilizables. "Si convertimos una recomendación en una obligatoriedad, el Govern tendría que como mínimo generar ayudas para los más vulnerables o distribuirlas gratuitamente a quien lo necesite", dice Sagalés, tomando el ejemplo de Austria, que ha prometido repartir gratuitamente mascarillas quirúrgicas a los ciudadanos con ingresos más bajos y a los mayores de 65 años. Y otra implicación importante es la medioambiental: las mascarillas de tela se pueden limpiar y poner a la lavadora, pero los residuos serían enormes si todo el mundo usara las mascarillas quirúrgicas y las FFP2, que se tienen que cambiar cada pocas horas.

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