Del atentado contra Joan Laporta a dominar discotecas: la carrera criminal de los Casuals
Conseguir el control del ocio nocturno es uno de sus objetivos prioritarios desde su consolidación, en 2003
BarcelonaNo acaba de estar del todo claro el momento en el que los Casuals empezaron a llevar una doble vida. La de ser Boixos Nois, pero al mismo tiempo forjarse como un grupo criminal. Los Mossos los han desarticulado por tercera vez desde su fundación, y existe un nombre vinculado a su punto de partida: Joan Laporta. “La consolidación llega después de la victoria en 2003 de Laporta y la campaña para erradicar a los seguidores violentos”, apuntan los Mossos en la investigación. Amenazaron al presidente del Barça e incluso prepararon un atentado contra él. Era una época en la que sus hijos iban con guardaespaldas y en la que los Casuals, vetados en el Camp Nou, intentaron satisfacer sus ansias de delincuencia.
Ya los cogieron en 2004 cuando se disfrazaban de policías y asaltaban a narcos, y ya detuvieron a Ricardo Mateo, el Káiser, y a su mano derecha, Pichín. Los encerraron en la Model y allí crearon un sistema para entrar drogas. Cuando salieron, iniciaron su táctica estrella. Corría el 2009 y varios locales de ocio nocturno avisaron a los Mossos de que estaban recibiendo coacciones de un grupo de personas lideradas “por un tal Ricard”. ¿El objetivo? Demostrar que la seguridad no funcionaba y que ellos lo harían mucho mejor. Luego, tendrían vía libre para entrar su droga.
Ya trabajaban con “minicasuals”, jóvenes que venían de los Boixos Nois, la “cantera” de delincuentes del Káiser. Cuando a Mateo lo volvieron a encerrar en prisión en 2013, siguieron los “cachorros” (otro apodo de los minicasuals). Entre ellos estaba Paco el Gordo, el hombre en el que se ha centrado la investigación que ha permitido desarticularlos de nuevo, ahora también vinculados, entre otros delitos, con tres homicidios y un secuestro, tal y como detalló ayer el ARA. La táctica estrella de los Casuals, la de las discotecas, nunca ha desaparecido. No son locales sórdidos y escondidos, sino concurridos y populares.
Locales y dinero
Shoko y Pachá son dos discotecas que se tocan en el Port Olímpic de Barcelona. “Dile que quedamos en Pachá”, comenta un día Paco el Gordo. Solía correr por ese local. Shoko era también un objetivo. El 4 de octubre del pasado año, 40 encapuchados se presentaron armados. Los Mossos llegaron antes y evitaron que entraran por la fuerza y se quedaran con la seguridad. Ese día Paco el Gordo no estaba. “Tengo 44 años. Me duele todo y cuando voy a pegarme tengo que estar en primera línea”, admitía en una llamada. Esto no le impidió estar meses antes en otro asalto con el mismo objetivo: tomar el poder del ocio nocturno. Fue en el White Shisha, en Barcelona. Entraron y lo destrozaron todo, incluso disparando con armas de fuego.
Es una incógnita saber dónde termina su influencia. Un día, en una llamada con una mujer, Paco el Gordo asegura que controlan muchos sitios. Queda la duda, sin embargo, de si solo se estaba haciendo el interesante: “Mira, llevo El Patrón, el Arde. También la seguridad del Pachá. En la calle Aribau llevo Luz de Gas (que ya han afirmado que no tienen nada que ver con los Casuals), el Barroko's...” Los Mossos no dan mucha importancia a esta conversación. Al inicio, de hecho, ya dice una mentira: afirma que lleva dos años en esto y al menos hace más de diez. En otros momentos, dice tener una entrevista para llevar la seguridad de un centro comercial o que controlan un pub de Castelldefels.
Hay un objetivo supremo: el dinero. En las conversaciones la palabra más repetida es talego. Es decir, euros. Y tienen problemas entre ellos por eso: “Tú tienes barcos, Porches, de todo, hermano. Sé comprensivo, ¿pongo a mi hija bajo un puente?”, dice un día el Gordo a otro miembro al que debía dinero. “Si cojo [la seguridad de] cuatro o cinco locales, te digo «pum» y hacemos un sueldo, ¿sabes?”, comenta otro día. Incluso extorsionan a clientes para vender un Ferrari o un piso en Menorca.
Solo hay algo que siguen haciendo sin pensar en el dinero: pegarse con aficiones. El Káiser casi nunca se deja ver cuando delinquen, pero los Mossos sí los han identificado antes de algún partido del Barça. Incluso se hizo viral un audio en el que una voz decía: "Si tú vas con un tatuaje de ultras del Espanyol en el brazo, te romperán los dientes". Lo mandó un miembro de los Boixos Nois a un aficionado del Espanyol que saltó al campo el día que el Barça ganó la Liga. Quien hablaba era el Gordo.
Los Casuals nunca han olvidado de dónde vienen. La investigación empezó por un asalto a un bar de seguidores del Espanyol en 2021 y, durante el transcurso de los meses, asaltaron otro en Pamplona e intentaron viajar hasta Girona porque allí jugaba el Sevilla y querían pegar a su sector ultra. Sin embargo, los Mossos lo evitaron. En el atestado, las armas requisadas a los Casuals ocupan dos páginas: pistolas, navajas, munición... y unas máscaras de esqueletos que compraron por Amazon un día que robaron un camión para utilizarlo para delinquir.