Viuda y madre de dos adolescentes: la víctima del tiroteo mortal de Girona
El silencio impera entre los vecinos de Font de la Pólvora mientras la policía sigue buscando el pistolero huido
Gerona / BarcelonaMientras la investigación policial continúa su curso, en el barrio de Font de la Pólvora se respira una situación de calma tensa y preocupación. Antes del tiroteo, las familias de las víctimas y del presunto asesino no eran clanes rivales. De hecho, el enfrentamiento empezó como una discusión infantil por un teléfono móvil. No había deudas pendientes ni venganzas por negocios sucios. Pero, perpetrado el doble crimen, el conflicto ha derivado en un choque encendido entre dos bandos. Al día siguiente del asesinato, amigos y familiares de las víctimas mortales y los heridos destrozaron y saquearon las viviendas del huido y su entorno como represalia y signo de destierro. Este miércoles a la una de la madrugada aparecieron cuatro motos y una lancha chamuscadas en una rotonda del barrio. ¿Eran del pistolero o su familia? Nadie ha denunciado ese acto vandálico. Los Mossos d'Esquadra creen que sí.
Las dos víctimas son Juan H., de 48 años, y su cuñada, Yolanda H., de 44 años. Yolanda H. trabajaba desde hacía mucho tiempo en La Sopa, el centro de acogida de personas sin techo del Ayuntamiento gerundense, y era muy querida entre los compañeros de trabajo, que estuvieron presentes en el emotivo minuto de silencio de martes por la mañana en la plaza del Vino. Viuda y madre de dos adolescentes, de 16 y 17 años y alumnos de un instituto del Eixample de Girona, mantenía mucho contacto con los profesores del centro. Siempre estaba dispuesta a pedir ayudar a Servicios Sociales, era implicada y colaboradora, y se mostraba especialmente preocupada por que los hijos consiguieran quitarse el graduado escolar de secundaria.
Mientras un clan llora la muerte de dos de sus miembros (el velatorio fue este miércoles), el otro continúa con su fuga. Los Mossos buscan a un hombre llamado Guillermo como presunto autor de la ráfaga de una treintena de disparos con una AK-47 que puso fin a la vida de Yolanda H. y Juan H. La policía confía en encontrarlo pronto pero tampoco descarta que se acabe entregando, no sólo por el asedio policial, sino por lo que está ejerciendo la familia de las víctimas. Fuentes policiales apuntan a que el miedo a una guerra de clanes puede acabar provocando que se entregue.
Con esta posibilidad en el horizonte, la policía estrecha el círculo contra los fugitivos. Este martes, en el barrio de Vila-roja, junto al escenario del crimen, ya encontraron el AK-47 que se utilizó en el doble homicidio. Aún falta encontrar, sin embargo, la pistola corta con la que otro hombre (investigan si es el cuñado del principal sospechoso) hizo algunas detonaciones. Por eso se sospecha que los presuntos autores podrían ir armados. Los Mossos también localizaron un coche a nombre de Guillermo en Mont-ras, una población a 50 kilómetros de Girona y junto a Palafrugell. ¿Era el coche con el que huyó Guillermo? Los Mossos no lo tienen del todo claro. Según los vecinos de la zona consultados por el ACN, un grupo de entre cinco y seis hombres llegaron en este punto con distintos coches, entre ellos el que es propiedad del autor del tiroteo mortal. Tras quemar el coche, huyeron. Según fuentes policiales, la quema podría haberla provocado tanto los fugitivos como el clan de Girona continuando con su venganza.
Para evitar más incidentes de venganza, la policía, que nunca ha tenido fácil el patrullaje en Font de la Pólvora, ha reforzado a los efectivos con un despliegue extraordinario de unidades especializadas de los Mossos hasta que se recupere la "normalidad ", tal y como se ha acordado en la junta de seguridad local celebrada este jueves en Girona. La presencia policial también se ha repartido frente al Hospital Trueta, después de que un grupo de familiares de las dos personas heridas intentaran entrar en el centro por la fuerza la misma noche de los hechos. Ahora, mientras los pacientes permanecen ingresados y estables dentro de la gravedad, las familias han montado parada en la entrada bajo vigilancia de los Mossos. También se ha instalado un furgón de agentes con armas largas frente al tanatorio, en la entrada este de Girona, mientras ha durado el velatorio y el funeral de Juan H. y Yolanda H. Con todo, la policía espera que la tensión en el barrio baje cuando localicen a Guillermo, ahora mismo en búsqueda y captura.
Silencios
En ese clima marcado por actos de revancha, códigos de honor y fuerte presencia policial, los familiares de las víctimas no quieren saber nada de cámaras ni periodistas. Aquejados por la muerte de los seres queridos, encendidos por hacer pagar los hechos a los culpables y molestos por el estigma criminalizador que se atribuye al barrio, se expulsan de encima cualquier pregunta indiscreta. El resto de vecinos de Font de la Pólvora, pese a conocer el caso de cerca, "por miedo y seguridad" tampoco quieren arriesgarse a decir nada e insisten en que el problema del barrio no "es la inseguridad sino el abandono" ".
No hacía mucho que Guillermo y su familia habían llegado a este barrio gerundense. De hecho, su presencia ha tensado durante semanas la zona, según fuentes policiales, ya que él mismo iba diciendo que tenía una AK-47, un arma que finalmente acabó detonando durante la verbena de Sant Joan. Además, desde hace un tiempo la policía (tanto los Mossos como la Guardia Urbana) dicen internamente que han perdido referentes sociales del barrio por dialogar y prevenir conflictos, unas figuras clave para realizar el abordaje comunitario en zonas vulnerables.
Más armas
Guillermo, el presunto autor del tiroteo mortal, llevaba también pocas semanas en libertad tras pagar una fianza para salir de la cárcel. Él fue uno de los 54 detenidos el pasado 23 de abril por la Policía Nacional, en colaboración con los cuerpos de seguridad finlandés y polaco, en un macrooperativo contra el tráfico internacional de droga, sobre todo de marihuana. Además, según fuentes policiales, Guillermo tiene también vínculos con el tráfico internacional de armas. Lo demuestra su AK-47.
Esta, sin embargo, es una realidad que cada vez es más frecuente en el país. El año pasado, según los datos a los que ha tenido acceso el ARA, los Mossos instruyeron 636 procedimientos con armas de fuego, un 23% más que el año anterior y casi un 30% más que antes de la pandemia. De todos los procedimientos abiertos del pasado año, 260 son en el ámbito administrativo –sobre todo a cazadores que no tienen la documentación en regla– y 376 en el ámbito penal. De estos últimos, uno de cada tres casos es por violencia de género: los Mossos requisan el arma a un hombre que agrede a su pareja. Sin embargo, en 2023 se tramitaron 1.171 armas de fuego (puede haber más de una en un procedimiento abierto), 757 de las cuales eran largas y 414, cortas.
Otro dato preocupante es que el año pasado crecieron un 30% los homicidios con arma de fuego. Los Mossos vinculan sobre todo ese aumento de las armas de fuego a la proliferación de la marihuana, que conlleva mucha violencia asociada. Así lo hizo este jueves el conseller de Interior, Joan Ignasi Elena, presente en la Junta de Seguridad, si bien calificó de "hecho puntual" el tiroteo en Font de la Pólvora. En este sentido, el delegado del gobierno español en Catalunya, Carlos Prieto, se comprometió a actuar para que "desaparezcan las armas de guerra de los barrios".