Los tests de antígenos, una foto que hay que mirar con cuidado

El aumento exponencial de la demanda obliga a las farmacias a vender tests de uso profesional

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Cartel de 'No tenemos test de antigens' en una farmacia de Barcelona

BarcelonaDe la misma manera que la rápida expansión de la variante ómicron amenaza con colapsar los servicios médicos y sanitarios de medio mundo, la demanda de tests de antígenos también crece de una manera desmesurada en las farmacias catalanas. El hecho de que sea un método relativamente simple y accesible para descartar la infección por covid y la proximidad de las fiestas de Navidad, junto con el aumento de la transmisibilidad del virus, han disparado exponencialmente su demanda. Según la Agencia Española de Medicamentos, la demanda de pruebas rápidas de antígenos “se ha multiplicado por más de mil” desde que se aprobó su venta en farmacias el mes de julio pasado. Este crecimiento repentino ha llevado también al ministerio de Sanidad a autorizar la venta de “pruebas de antígenos de uso profesional” para compensar la falta de producto en las farmacias.

La falta de pruebas rápidas hace referencia a los tests de antígenos, una prueba de autodiagnóstico que determina en menos de media hora –de 15 a 30 minutos, según la marca– si tenemos o no una infección activa. La metodología, a pesar de que puede resultar anguniosa, es simple: se trata de tomar una muestra nasal con un palillo y aplicarlo después al kit de diagnóstico. El kit detecta alguna de las proteínas de la cubierta del virus, cosa que dará un resultado positivo o negativo. El kit oscila entre los 5 y los 12 euros si es de autodiagnóstico o los 40 o más si es profesional.

El test viene a ser como una fotografía fija: solo da información del momento en el que se toma la muestra. Esto significa que si, por ejemplo, nos hacemos la prueba por la mañana y da negativo, puede pasar perfectamente que por la tarde nos contagiemos. De aquí que sea tan importante tener en cuenta el factor tiempo: no sirve de nada hacernos un test tres días antes de necesitar el resultado. De hecho, en condiciones ideales se recomienda hacerse la prueba dentro del margen de 1 a 5 días desde la aparición de los primeros síntomas o bien poco antes, un par de horas, por ejemplo, de ir a un concierto, a una comida con más personas, a una discoteca o a cualquier acto multitudinario.

Los tests de antígenos detectan una infección activa solo si hay suficiente carga viral. Si no hay suficiente, puede dar un falso negativo a pesar de estar infectado. Si da positivo es recomendable advertirlo a los servicios de atención primaria, que determinarán la oportunidad de hacer una PCR. Además, conviene avisar a los contactos estrechos y autoconfinarse durante diez días. En caso de que dé negativo, hay que mantener una dosis alta de prudencia: a la mencionada insuficiencia de carga viral hay que sumarle la fiabilidad del propio test, que puede ir de un pobre 30% o menos por encima del 80% o el 90%, según la marca. Además, también hay que tener en cuenta que la carga viral en personas vacunadas suele ser inferior. Esto hace que la posibilidad de un falso negativo sea mucho más alta.

Verificar si está homologado

En todo caso, si queremos recurrir a este tipo de test de autodiagnóstico es necesario que verifiquemos ante todo si está homologado, que lo veremos si está marcado con las siglas CE más los dígitos que corresponden al organismo que lo ha evaluado. No hace falta prescripción médica y son de venta libre en farmacias autorizadas. Por ahora hay una veintena de marcas comerciales homologadas. El autodiagnóstico se puede sustituir por un test profesional, que se distingue sobre todo por una fiabilidad más alta y la intervención de un sanitario tanto en cuanto a la extracción de la muestra como al análisis. El test profesional es el que se utiliza antes de viajar en avión y también se puede hacer en las farmacias, además de laboratorios de análisis, CAPs y hospitales.

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