"Están poniendo en peligro nuestra vida": los funcionarios de prisiones piden a Aragonés que actúe

Reclaman la destitución de Ubasart y Calderó por sus políticas "buenistas"

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Trabajadores de los centros penitenciarios catalanes, en una rueda de prensa este martes

BarcelonaLa tregua de este martes a las puertas de las cárceles no ha venido acompañada de una desescalada del conflicto. Los trabajadores de los centros penitenciarios han cambiado por un día las pancartas por los micrófonos, y han tomado la palabra para explicar los motivos que les han llevado a mantener un pulso sin precedentes con la conselleria de Justícia. En una rueda de prensa desde Barcelona, ​​trabajadores de diferentes prisiones catalanas han criticado que la falta de personal y los protocolos "buenistas" de la Generalitat están poniéndolos en riesgo ante los internos: "Están poniendo en peligro nuestra vida", han lamentado. Y han avisado de que las protestas continuarán si la consejera Gemma Ubasart y el secretario de Medidas Penales, Amand Calderó, no dimiten.

Que el pulso se mantiene lo demuestra que los sindicatos han vuelto a plantar al Gobierno, que no está encontrando la manera de sentarlos en la mesa a pesar de insistir una y otra vez en que tiene la mano tendida. "No queremos manos manchadas de sangre, que es lo que nos ofrecen. No las aceptaremos en ningún momento", avisó Sandra, que trabaja en el centro penitenciario de Lledoners. Francina, vigilando a Mas de Enric, ha ido más allá y ha exigido al presidente de la Generalitat que tome la iniciativa: "Si ellos no dimiten, céselos", ha exclamado. Además de Ubasart y Calderó, los trabajadores pidieron también la dimisión de los directores de los centros penitenciarios de Quatre Camins y de Mas d'Enric. En medio de un conflicto enquistado, el decano del Ilustre Colegio de Abogacía de Barcelona (ICAB), Jesús M. Sánchez, se ha ofrecido como mediador. Quiere facilitar el "necesario diálogo" ante la "preocupante" situación que se vive en los centros.

Los funcionarios de prisiones consideran que el asesinato de Núria es la punta de iceberg de un incremento de la inseguridad en las cárceles que llevan tiempo denunciando y que se explica, apuntan, por dos factores principales: la falta de personal –con diferentes consecuencias derivadas– y la apuesta por unas políticas "buenistas" que les están dejando sin herramientas para hacer frente a los incidentes que pueden producirse dentro de una cárcel. "Nos atan de manos y pies, y cuando tenemos una falta de respeto no tenemos medios para que sea corregida. Si no corriges la falta pequeña, se hace cada vez mayor hasta llegar a las agresiones", ha criticado Francina, quien ha denunciado que parezca que desde el propio Gobierno se les criminalice: "No nos conocen, piensan que vamos a prisión a agredir a los internos", ha lamentado.

Por eso, aparte de aplicar más severamente la ley ya existente, los funcionarios de prisiones piden ser considerados agentes de la autoridad como, por ejemplo, también son los profesores. Con este estatus, las agresiones que sufrieran serían consideradas más graves. Interpretan que esto sería un factor disuasorio de cara a unos internos que, han explicado, ahora mismo se ríen de los expedientes que se les puedan abrir. "Hace 10 años te insultaban y salían fuera del módulo. Ahora te los hacen quedar", ha explicado Francina. "Ahora se quiere una política de contención cero. Pues no, a veces en los centros hay problemas y deben corregirse", apuntó.

Los trabajadores argumentaron que la disciplina interna es imprescindible para un buen tratamiento de rehabilitación, y aseguraron que a menudo son los propios internos los que quisieran que tuvieran más herramientas para impedir que los presos más conflictivos contaminen el ambiente del centro . "Sin disciplina no puede haber tratamiento. Y sin tratamiento no hay rehabilitación. Por tanto, es de sentido común rotundo pedir que se nos dote de medidas para garantizar nuestra vida y volver vivos a casa", ha resumido Gavi, del centro penitenciario de Ponent.

Un vigilante para todo un módulo

Raquel, de complexión delgada y por debajo de los 1,70 metros, es vigilante del centro penitenciario de Quatre Camins y explica que prácticamente siempre está ella sola al cargo de la orden de una planta donde puede haber unos ochenta presos. Ella, con la única ayuda de un boli para hacer informes y uno walkie que, ha explicado, no siempre funciona, se encarga de enviar a todos los internos a las celdas. "Si me pasa algo, debe venir a ayudarme a un compañero de otra planta dejándola momentáneamente sin vigilancia", ha explicado. Es uno de los efectos de la falta de personal que, han lamentado, existen en los centros. "Somos más gente cuando hay servicios mínimos que en los días normales. Ojalá los hubiese todos los días", ha apuntado Gavi.

Lo mismo ocurre en los espacios de trabajo donde participan los internos que se consideran menos peligrosos, y donde Francina ha explicado que hay poco personal pese a que puede haber hasta cien internos con acceso a "tijeras, cutters, destornilladores" o, como en el caso del preso que mató a la cocinera de Mas de Enric, cuchillos. En este sentido, pidieron que se tenga en cuenta y se les pidan informes también a los vigilantes de las cárceles porque, dijeron, ellos son los que saben si un interno se suele meter en problemas o tiene conductas violentas con el resto de compañeros. También lamentaron que no haya suficientes unidades psiquiátricas y que los internos con patologías de este tipo tengan que convivir y compartir espacios con el resto de internos. "Es una bomba de relojería", ha explicado Gavi.

Los trabajadores han lamentado también que "por falta de tiempo y de personal" se hayan reducido los registros, donde a menudo encuentran "droga, teléfonos móviles o pinchos", por lo que aseguran que ahora mismo hay muchos más en las cárceles pese a lo que esto supone para la seguridad.

Tregua en los centros

La convocatoria de esta rueda de prensa ha provocado una especie de tregua a las puertas de los centros penitenciarios, ya que este martes los trabajadores no han bloqueado sus entradas. En función de cómo evolucione la jornada de hoy se decidirá si se vuelve a los bloqueos de cara a este miércoles. De momento, la idea es trasladar la protesta a la plaza Sant Jaume, donde se ha convocado una concentración de trabajadores de prisiones este miércoles.

Este lunes el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya pidió al Govern que informe sobre los servicios mínimos “derivados de los actos de protesta de los funcionarios de prisiones”. El problema de esta demanda está en que, de momento, no existen servicios mínimos, ya que se trata de una protesta sin ninguna huelga convocada.

Así lo ha recordado también la portavoz del Govern, Patrícia Plaja, en rueda de prensa este martes: "No se puede repetir lo ocurrido estos días. No podemos privar de los derechos humanos a las personas que están recluidas". Plaja avisó de que "cortar la cabeza" de un funcionario como Amand Calderó no puede ser una línea roja para negociar. "¿Hasta cuándo podrán justificar y con qué motivos que no quieren hablar?", se preguntó. El ejecutivo volvió a pedir a los sindicatos que se sienten en la mesa de negociación y rechazó recurrir a una mediación externa, tal y como le ofreció el Icab. Sobre la petición de reunión con Aragonès, en Palau consideran que no se puede empezar la casa por el tejado y que, por tanto, el primer contacto debe ser con los responsables de Justícia.

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