"En el mundo rural tienen que vivir agricultores, pero también diseñadores gráficos"

La cuenta de Twitter Repoblem pone en contacto a ayuntamientos de pueblos que buscan repoblarse

Thaïs Gutiérrez
4 min
Una vista general del nucli de Maçaners, a tocar de Saldes,  aquesta setmana.

BarcelonaTon Lloret vive desde hace 15 años en uno de los núcleos que forman Argençola, en la Anoia, un pueblo de poco más de 200 habitantes. Enamorado del mundo rural y conocedor de la difícil realidad de la despoblación que castiga muchas zonas del país decidió, el pasado mes de agosto, poner en marcha una cuenta de Twitter con un nombre más que ilustrativo: Repoblem (Repoblemos). "Mi objetivo era reproducir en Twitter la red humana que hay en los pueblos y que se activa cuando alguien necesita algo", explica Lloret, que lo que hace es aglutinar las ofertas de trabajo, alojamiento y servicios de los pueblos que buscan habitantes y las presenta en la red para que las personas que quieran irse a vivir fuera de las ciudades tengan un lugar donde la información está centralizada. Y el número de gente que quiere irse de las urbes se ha disparado desde el inicio de la pandemia.

Es un trabajo sencillo pero antes de Repoblem no lo hacía nadie. Los ayuntamientos que buscan habitantes lo comunicaban como podían, y las personas que quieren irse a vivir a un pueblo tiraban de amigos y conocidos y daban voces en la zona que les interesaba. Ahora unos y otros tienen un punto de encuentro en esta cuenta de Twitter que ya tiene más de 22.000 seguidores y que ha conseguido ya que 5 familias vayan a vivir a pueblos pequeños de Catalunya. "Parece una cifra pequeña pero yo creo que es un hito importante", dice con orgullo, "porque hay muchos elementos en juego al hacer un cambio tan importante, y muy a menudo no es fácil".

Efectos del confinamiento

Lloret explica que en verano pasado fue cuando vio claro que la pandemia y el confinamiento habían tenido un impacto muy grande "sobre todo en la gente que vive en la ciudad". "Noté que había muchas ganas de irse, que había personas y familias que se estaban planteando cambios de vida, y como yo siempre he estado muy interesado en el mundo rural, decidí poner en marcha este proyecto para intentar ayudar a esta gente que quiere irse pero también a los pueblos pequeños", dice.

Lo que hace Lloret es recibir toda la información de los ayuntamientos que quieren habitantes -si hay alojamiento a buen precio, escuela, tiendas, conexiones, etc.- y la presenta en la red en forma de llamamientos. Sus tuits tienen cientos de respuestas, tal y como explica, sobre todo de familias interesadas en irse a vivir fuera de la ciudad. "Yo creo que la pandemia ha cambiado mucho las cosas", dice Lloret. "Hay gente que vivió un confinamiento muy duro encerrados en pisos pequeños y sin salida que les hizo revalorizar el concepto de espacio abierto y naturaleza, ahora lo ven como un privilegio". Pero él cree que hay más factores: "También ha habido una toma de conciencia sobre nuestro modo de vida, sabemos que podemos prescindir de muchas cosas que nos parecían imprescindibles y eso nos hace más libres. Y hay mucha gente que se ha dado cuenta de que lo que quiere es más tiempo con familia, más tiempo libre y más conexión con la naturaleza".

Reequilibrar el territorio

Lloret cree que durante muchos años "las ciudades tuvieron muy buena fama" y esto hacía que "ejercieran un gran poder de atracción sobre la gente porque el mensaje era que todo pasaba en las ciudades, como si en los pueblos no hubiera futuro, y esto es un gran error". Él apunta que hay que aprovechar este momento de cambio para hacer "un replanteamiento de país". Señala que "hay que reequilibrar el territorio porque no es sano que esté toda esta gente concentrada en las ciudades y los pueblos se estén vaciando", y para ello hay que solucionar un problema fundamental: la falta de servicios. "Esto es una lacra que sufre el mundo rural y que es fruto y causa de la despoblación. Por eso hay que revertirlo y dotar a los pueblos de los servicios necesarios, porque el mundo rural tienen que vivir campesinos pero también diseñadores gráficos e ingenieros. Porque con las personas viviendo en los pueblos se crean redes y sinergias y entonces es cuando la economía crece".

Falta de vivienda

Uno de los principales problemas con los que se está encontrando cuando le llegan propuestas de pueblos pequeños que quisieran tener nuevos vecinos es la falta de vivienda asequible. "Muchos pueblos tienen casas vacías pero los propietarios son reacios a alquilarlas, se nota que el mundo rural ha estado abandonado desde hace décadas, pero se trata de una dinámica que tenemos que cambiar si queremos repoblar el país", dice. Para una familia, por ejemplo, que se propone hacer un cambio de vida e irse a un pueblo será mucho más fácil si encuentra un alquiler asequible que no si le piden una cifra astronómica para comprar una casa, explica. Y se queja de que "parece que el mundo urbano ha descubierto ahora la falta de servicios del mundo rural, cuando lo ha necesitado, porque los pueblos no son solo un lugar para ir a pasar el fin de semana, también son un lugar para vivir y ahora mucha gente ha visto que para ello se necesitan servicios mínimos que hace tiempo que no están". Sin embargo, Lloret es optimista y valora positivamente el cambio de mentalidad que ha comportado la pandemia y cree que puede ser una gran oportunidad para repoblar y volver a llenar de vida muchos pueblos. Y pone como ejemplo otro hito conseguido gracias a la cuenta que ha creado: que los propietarios de 6 casas de pueblos pequeños que estaban medio en ruinas hayan accedido a arreglarlas y ponerlas en alquiler. "Han entendido que es un paso previo para hacer revivir el pueblo, y eso es muy importante", asegura.

Sobre el perfil de gente que quiere irse de las ciudades, dice: "Hay de todo. Hay quien tiene motivos más prácticos y otros más espirituales". Él ha encontrado desde personas que se han cansado del trabajo y quieren un trabajo más en contacto con la naturaleza hasta familias que buscan otro ritmo de vida u ofrecer una infancia diferente a sus hijos, pasando por gente que ha vivido un año lleno de cambios y se está planteando cosas que no se había planteado hasta ahora. Tenemos un poco de todo", reconoce. Él cree que en general "todos necesitamos un retorno a la naturaleza, estamos demasiado desconectados, y necesitamos redescubrirlo porque dependemos mucho más del entorno natural de lo que pensamos".

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