Vivienda

El héroe antidesahucios de Ciutat Meridiana que ahora puede perder el piso

Juanjo, icono de la lucha por la vivienda digna en el barrio, enfrenta su desalojo a final de mes

Juanjo Hernandez, desde el balcón de su piso de Ciutat Meridiana. La propiedad, un fondo de inversión, lo quiere desahuciar el 28 de mayo
11/05/2025
3 min

BarcelonaLa historia de Juanjo Hernández es la historia de la crisis inmobiliaria. Este vecino de 56 años de Ciudad Meridiana —el barrio más pobre de Barcelona— ha vivido todos los capítulos del drama de la vivienda en primera persona: el aumento de precios de la burbuja, la compra de un piso en el peor momento, el estallido de la crisis del ladrillo en el año 2008, el euríbor disparado que hizo encarecer de los fondos buitre y, ahora, la crisis de los alquileres. Y no es casualidad, ni tampoco mala suerte. Desde que estalló la crisis inmobiliaria de 2008, a éste barrio periférico de Barcelona se le llama con el mote de Villa Deshaucio.

Tras doce años de lucha por no perder el piso donde ha vivido durante 25 años, hace dos semanas Juanjo se enfrentó a su desahucio. Pero lejos de pasar desapercibido, como su barrio, casi dos centenares de vecinos de toda Barcelona se movilizaron para hacer un tapón frente a su portal e impedir el pase a la policía y la comitiva judicial. Y lo consiguieron, al menos por el momento: después de tres horas de resistencia, la justicia decidió posponer el desahucio hasta el próximo 28 de mayo. "Estoy lleno de amor y de solidaridad. Esto es lo que te hace sentir el calor de la gente", dice todavía emocionado, días después.

Los apoyos que recibió Juanjo tampoco fueron casuales. Su historia es conocida y su lucha lleva años firme. "Él también estuvo en mi puerta durante mi desahucio". Esta era una de las frases que más repetían los vecinos que fueron a apoyarle y que ya le califican de "icono" de la lucha por la vivienda en Ciutat Meridiana. Otros no le conocen tanto, pero también se acercaron a apoyarle porque viviendo en Villa Deshaucio —con el récord de desahucios en Barcelona— la historia de Juanjo, por desgracia, también es la suya.

Vecinos que se acercaron al portal de Juanjo, el 30 de abril, para detener el desahucio.
El bloque de Juanjo, en la calle Rasos de Peguera, ha sufrido numerosos desahucios durante los últimos diecisiete años, desde que estalló la burbuja inmobiliaria.

La de Juanjo, dice, es la historia de una familia obrera normal. "Yo vivía en Torre Baró, en una de esas casas que se levantaron durante una noche y que ahora el cine ha hecho tan famosas", explica en el ARA, citando la película El 47. "Cuando decidimos ser padres nos compramos un piso en el único sitio donde podíamos, en Ciutat Meridiana", continúa. Aquello fue en el 2000, un momento en el que "todo el mundo compraba" y la burbuja se preparaba, silenciosa, para hacer un estallido de dimensiones históricas. En el 2008, cuando se separó, se rehipotecó por no perder el piso. Era un mal momento. "Al principio pagaba 500 euros de hipoteca, pero el euríbor empezó a subir, y subir... y en poco tiempo la cuota se dobló", recuerda Juanjo. Más adelante, la crisis le dejó sin trabajo. "Fue un doble revolcón por el suelo, sin trabajo y con la cuota altísima", admite. Y las deudas fueron creciendo.

"Lo viví muy mal, con una angustia muy grande. La ley de la dación en pago estaba en pañales y todo el mundo me decía: «No dejes de pagar ni una cuota o el banco no la aceptará». Pedí ayuda a amigos, hice de todo", recuerda todavía angustiado. Y lo logró. Hizo la dación (dar el piso al banco a cambio de que le perdonaran la deuda) y se quedó pagando un alquiler. Luego el banco se vendió la vivienda a un fondo, y desde entonces ya he pagado los 4 años. "Estoy yo he pasado cuatro. que lo que han pagado los fondos por mi piso", calcula Juanjo. Actualmente, el propietario es Divarian, la inmobiliaria del fondo de inversión Cerberus.

En el 2020, en plena pandemia, le dijeron a Juanjo que no le renovaban el contrato. Primero se acogió a una prórroga por la covido y después se ha marchado, después se ha marchado, después se ha marchado, pero se ha marchado, pero se ha marchado, pero después se ha marchado, pero se ha marchado alquiler en una cuenta corriente. "Yo ya hace muchos años que estoy en crisis inmobiliaria. ¡Muchos años!", dice cansado. "Pero el problema no soy yo, el problema es la vivienda y los políticos deberían ver que no es normal que un jueves cualquiera haya cinco desahucios en Nou Barris", reivindica. desahucio, se acerca y el escenario a él se le complica: un ligero aumento de treinta euros en sus ingresos, ha hecho que la administración le deniegue la vulnerabilidad. que nuestras criaturas tengan educación o que tengamos sanidad si no tenemos un techo donde dormir?", concluye.

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