Como nos conocimos

"El amor es el motor de la vida, y eso incluye el amor a una misma"

Judit Mascó, modelo

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Judit Mascó y Eduard.

La modelo Judit Mascó conoció a Eduard un invierno mientras hacía cola en el teleesquí de La Molina. Era amigo de su hermano, que fue quien les presentó durante esa jornada de esquí. Mascó tenía 16 años y explica que no fue ningún amor a simple vista, sino que se convirtieron en amigos. La modelo compartía el grupo con su hermano y, de vez en cuando, se iban viendo. “Yo entonces me fui a Milán a buscar suerte como modelo y empezó una época de viajar mucho y estar mucho tiempo fuera. Cuando volvía me veía con el grupo de amigos y él me caía muy bien: era muy simpático, bailongo, divertido, mucho de la juerga… Me gustaba estar allí y fuimos construyendo la amistad poco a poco”, recuerda Mascó.

Mientras, su carrera como modelo internacional se disparaba. “Tuve mi vida y mis novietes, algunos los había presentado al grupo y Eduard los había conocido. Algunos de estos novios eran modelos y al final me cansé un poco: qué tíos más pesados, si a mí lo que me gusta es estar con mis amigos, pensaba”. Entonces empezó a ver a Eduard con otros ojos. "Es el típico amigo con el que te lo pasas muy bien y que, cuando haces el cambio de chip, te das cuenta de que te gusta todo de él", dice Mascó.

Este cambio de chip llegó a principios de un verano y la modelo no se decidía a dar ningún paso. “Cuando realmente es un muy buen amigo siempre tienes mucho miedo a estropear la amistad. Yo tenía mucho miedo porque sentía que si daba un paso en falso después nuestra relación nunca sería igual, así que pasé todo aquel verano con el sentimiento dentro”.

El puente del 11 de septiembre de 1989 parte del grupo de amigos subió a La Molina y Mascó decidió lanzarse. “Me gustaba de verdad, llevaba todo el verano aguantándome y lo hablé con mi hermano, nadie sabía nada. Decidí arriesgarme”. Sutilmente, le dio a entender que le gustaba. “Ahora las cosas han cambiado, pero antes a las chicas nos costaba dar el primer paso. Yo en aquellos momentos era una modelo muy conocida internacionalmente y vi que, si no daba yo el paso, él no se daría cuenta de que yo podía ser una opción”. Efectivamente, cuando Mascó compartió con él sus sentimientos, Eduard contestó: "Siempre me has gustado, pero pensaba que nunca te fijarías en mí". Se besaron y este verano cumplen treinta años de casados.

“La persona con la que compartes la vida debe ser un amigo, porque el enamoramiento y la pasión pasan, pero la complicidad y el respeto no”. Además, celebra las diferencias: "Las cosas que te unen están bien, pero las que separan también enriquecen". Mascó asegura que el amor "es el motor de la vida", y esto incluye "el amor por mí misma, la familia, el trabajo y el mundo".

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