Evolución

El falso pulgar que demuestra que los pandas se hicieron vegetarianos hace seis millones de años

Estos osos han desarrollado un sexto dedo a partir de un hueso de la muñeca y son un ejemplo singular de la adaptación evolutiva

Un panda sujetando y masticando un tallo de bambú gruesa y seca a Chengdu.
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BarcelonaLos osos panda se pasan 15 horas al día sentados y comiendo bambú. Verlos alimentarse es casi hipnótico: sujetan la hierba leñosa entre los brazos y arrancan las hojas con las zarpas y los dientes para acceder a los brotes. Así, una vez tras otra. Al biólogo Stephen Jay Gould, uno de los naturalistas más influyentes del siglo pasado, le entusiasmaba la destreza con la que estos animales manipulaban grandes cantidades de fajos como si fueran simios y tuvieran manos y pulgares oponibles. Así lo dejo dicho en su famosa compilación de ensayos El pulgar del panda. Pero a pesar de que funcionalmente cuentan con seis dedos, anatómicamente uno de ellos no lo es: el pulgar de estos ejemplares es en realidad un hueso que surge de la muñeca de todos los plantígrados, un sesamoideo radial, que en su caso se fue agrandando hace seis millones de años para permitirles coger con fuerza las cañas en que basan exclusivamente su dieta. Un equipo de investigadores liderado por el paleontólogo Xiaoming Wang ha identificado la evidencia fósil más antigua de este dedo pulgar falso en los pandas gigantes y sus antepasados, y el hallazgo permite estimar por primera vez a partir de qué momento esta especie se empezó a alimentar únicamente de bambú. Las conclusiones se han publicado este jueves en la revista Nature

El pulgar falso, concepto popularizado por Gould, se ha convertido en un ejemplo singular y famoso de la adaptación evolutiva: este tipo de sexto dedo es el elemento que favoreció que los pandas pudieran convertirse en vegetarianos, a pesar de que por naturaleza estaban destinados a ser omnívoros, como el resto de osos. Ahora bien, aunque parezca un caso exitoso de la selección natural –los seres mejor adaptados acaben imponiéndose al resto mediante la acumulación de mutaciones genéticas– y que el sesamoideo radial sea funcional para la misión que tiene, no deja de ser un cambio poco estiloso, incluso chapucero: es una estructura pequeña y grasa que apenas sobresale de la superficie palmar y que, en comparación con la función anatómica de los dedos de los primates o de los humanos, es poco efectivo. En palabras de Gould, es una solución "una poco torpe" pero que cumple una función esencial para la supervivencia de la especie y, por lo tanto, es "viable".

A diferencia del pulgar humano, que es capaz de hacer movimientos independientes con el resto de dedos, el sesamoideo radial del panda funciona como una articulación rígida que le permite hacer pinza para sujetar el bambú, rasgarlo con las zarpas y triturarlo con los dientes sin que los tallos le deslicen de las extremidades. Hay que recordar que cuando comen lo hacen sentados, boca arriba. Y a pesar de su apariencia banal, este sexto dedo ofrece al animal la robustez en las manos que necesita para alimentarse. Ahora bien, ¿por qué este falso pulgar no se alargó más para asemejarse más al resto de dedos? Si así fuera, se plantean algunos naturalistas, podrían coger fajos más gruesos de bambú y alimentarse más y más rápido. 

La mano de un panda cogiendo un tallo de bambú y en posición plantígrada para observar la funcionalidad del sesamoideo radial.

El bambú es una hierba poco nutritiva y el panda necesita ingerir grandes cantidades diarias, entre 20 y 40 kilogramos, dependiendo de la estación del año. Ahora bien, los autores del estudio sugieren que el hecho de que necesite comer más a menudo no significa que, evolutivamente, necesite coger con las manos fajos más grandes. De hecho, que su "pulgar" no reproduzca la longitud del resto de los dedos se debe a un “compromiso funcional” entre la necesidad de alimentarse y la función externa de apoyo de peso del animal. Todos los osos son completamente plantígrados en sus posturas de pie, es decir, la palma de la mano toca al suelo mientras anda. Así, un sesamoideo radial muy alargado ayudaría a manipular más fajos de bambú, pero supondría un problema para su movilidad, y esta sería la razón principal por la cual el hueso de la muñeca de los pandas nunca evolucionó hacia un dedo completo. 

Diferencias con los ancestros

Para llegar a estas conclusiones, Wang y su equipo examinaron el hueso de la muñeca de un ejemplar ancestral del panda, el Ailurarctos, extinguido hace unos 8 millones de años y descubiertoen Shuitangba, en China, y compararon el fósil con la forma y la medida de los pulgares de los pandas modernos: el panda gigante (Ailuropoda melanoleuca) y el panda rojo (Ailurus fulgens). Los dos disponen de un falso pulgar. También incluyeron en el análisis las huellas de un oso antiguo que vivió hace nueve millones de años y que puede compartir el mismo antepasado común, el Indarctos arctoides

Wang y sus colegas encontraron que la estructura del pulgar del panda actual tiene la misma forma distintiva que el hueso de la muñeca de Ailurarctos, pero no el del I. arctoides, que era más grande, más ancho y más enganchado. Esto indica que, a pesar de que el sexto dedo no estaba presente en ninguno de los dos ancestros comunes, sí que ha estado presente dentro del linaje de los pandas durante al menos seis millones de años. Hasta ahora no había evidencias fósiles más allá del Pleistoceno tardío e investigaciones anteriores habían documentado esta estructura parecida al pulgar hasta hace solo 100 o 150 mil años.

Los investigadores también observaron que el "pulgar" del panda gigante moderno es significativamente más corto que el del Ailurarctos en relación con la medida de su cuerpo y que tiene un gancho en el extremo y una superficie exterior aplanada. Precisamente por eso, insisten, mientras el gancho ayuda a los pandas modernos a coger mejor el bambú, la longitud más corta que el resto de los dedos y su superficie exterior plana le permiten aguantar y distribuir su peso cuando andan.

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