El mejor plan de vacunación depende de la situación epidemiológica

3 min
Un sanitario preparando en una residencia la segunda dosis de la vacuna de Pfizer/BioNTech.

Dada la escasez actual de vacunas, muchos investigadores se han puesto a pensar cuál es la mejor manera de priorizarlas para lograr un control más eficaz de la pandemia. Un grupo encabezado por los matemáticos Kate Bubar y Daniel Larremore, de la Universidad de Colorado en Boulder, acaban de publicar en la revista Science un estudio que analiza las diversas estrategias de priorización. Esencialmente, hay dos: empezar por vacunar directamente a las personas con riesgo de sufrir una forma grave de la enfermedad o bien proteger a estas personas mediante, en primer lugar, la vacunación de los grupos donde circula más el virus. En el caso del covid-19, el estudio fija a estos dos grupos como los que tienen más de 60 años y la población de entre 20 y 49 años.

Según estos científicos, el balance óptimo entre la protección directa e indirecta depende de la eficacia y la disponibilidad de vacunas. La protección indirecta logra mejores resultados si se da una de las situaciones siguientes: que el virus circule más bien poco y las vacunas eviten la transmisión, que haya una gran disponibilidad de vacunas o bien que las vacunas sean muy eficaces en gente joven y no lo sean tanto en gente mayor. La protección directa es mejor si las vacunas tienen eficacias globales bajas, y también si, a pesar de tener buenos niveles de eficacia, la disponibilidad es limitada. En la situación actual, por lo tanto, recomiendan priorizar la vacunación de las personas que tienen más de 60 años.

La estrategia catalana

Ayer mismo el departamento de Salud presentó la estrategia de vacunación que se seguirá en Catalunya en los próximos meses. Una vez terminado el proceso en las residencias y vacunado todo el personal sanitario que tiene contacto con los pacientes, se continuará con el resto de personal sanitario, los grandes dependientes, las personas de edad avanzada, los enfermos crónicos y los servicios esenciales. En este último grupo, Salud considera a policías y bomberos, que según avanzó la consellera Alba Vergés podrían empezar a recibir la inyección la próxima semana, pero no a maestros y profesores. Una vez hecho esto, se empezaría a vacunar a la población general de edades inferiores a los 55 años.

Esta estrategia coincide a grandes rasgos con las recomendaciones que hizo públicas un grupo de expertos independientes en el mes de diciembre. Promovido por el Instituto de Salud Global de Barcelona y el Col·legi de Metges de Barcelona, el Grupo Colaborativo Multidisciplinario para el Seguimiento Científico del Covid-19 está formado por médicos e investigadores de varias instituciones sanitarias y de investigación. Después de revisar la literatura científica existente, el grupo llegó a la conclusión de que “aunque algunos modelos indiquen que la intervención más efectiva es vacunar a la gente joven para cortar la transmisión, hay la obligación moral de proteger directamente a los más vulnerables”, explica Silvia de Sanjosé, epidemióloga del Institut Català d'Oncologia y primera firmante de la propuesta.

Residencias y maestros

A diferencia de lo que ha hecho Salud, este grupo proponía empezar la vacunación por el personal sanitario de primera línea y después vacunar en las residencias, porque, según Sanjosé, los sanitarios “están agotados, han sufrido mucho y ofrecen un servicio fundamental”. “No priorizamos las residencias porque pensábamos que sería muy complicado de hacer, pero al final se han podido superar las dificultades”, valora. Sobre el hecho de que, además del personal sanitario de primera línea, las pasadas semanas se haya vacunado también a gente joven que investiga en el ámbito de la biomedicina pero que no está en contacto directo con pacientes, Sanjosé dice que “responde a la decisión de generar centros libres de infección” y que no le parece “descabellado”.

En cuanto a la priorización de los servicios esenciales, concluye: “A pesar de que en su momento no entramos a analizar cada grupo, después lo hemos discutido y hemos llegado a la conclusión de que la vacunación de maestros y profesores tendría que ser prioritaria”, explica la epidemióloga. “Es uno de los grupos más esenciales -añade-. La vacunación de los maestros facilita que los niños hagan una maduración lo más normal posible y, además, permite que la gente pueda trabajar”.

stats