De Ámsterdam a Tiana a través del vino

Esto es una pareja de holandeses que llegan a Tiana en busca del buen tiempo. Se llaman Renny y Leon Ramakers, y ambos trabajan con la música y el arte, pero son amantes de la tierra y el vino. Renny es historiadora del arte y fue cofundadora de Droog, la empresa de diseño de Ámsterdam que expuso en la Feria del Mueble de Milán en 1993 y lo cambió todo (como saben todos los estudiantes de diseño) . Leon Ramakers es el ex director de Mojo Concerts, la compañía neerlandesa de música en directo (como saben todos los aficionados a los festivales de música).

Ambos, llenos de energía, se encuentran con una masía, can Fàbregas, con un viñedo abandonado. El proyecto de la bodega que han recuperado se llama Can Reon (un coupage de los nombres de ambos). Plantan garnacha blanca y tinta y también xarel·lo (que en el Maresme es pasa blanca). La masía será, en breve, una casa rural donde ver arte, escuchar música y comer y beber. El proyecto se llama Wine and Food Art and Music. De momento, recuperan la balsa, ponen comederos para los pájaros y cámaras nocturnas para ver a los animales que se pasean. Pronto harán un festival. Todo el mundo que trabaja en Can Reon (músicos, asesores artísticos, enólogo...) es de Tiana. El primer vino de Can Reon lo hizo Quim Batlle, vecino del pueblo con bodega, que no puede saber más. Cepas de casi cien años con garnacha tinta, garnacha blanca, pasa blanca, sumoll, garnacha peluda y picapoll. Se han plantado cepas nuevas (algunas no han sobrevivido la sequía). Can Fàbregas siempre proveyó de vino a los vecinos.

El primer vino de Can Reon se llama, claro, The First. Son –y lo pone en la etiqueta–1.866 botellas de garnacha tinta y sumoll. El vino no es todavía lo que ellos sueñan. De momento, éste, The First, es la historia de una recuperación, de un rescate heroico lleno de futuro.

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