Barcelona recupera el Buenavista, el histórico restaurante de la ronda de Sant Antoni
Los descendientes de Mateu Molleví han tenido la valentía de reabrir un clásico de la capital catalana del siglo pasado

Casa de comidas Buenavista
- Dirección: ronda Sant Antoni, 84 (Barcelona)
- Carta: cocina catalana
- Obligado: fricandó de ternera
- Vino: carta bien de precio y mayoritariamente catalana
- Servicio: atento y profesional
- Local: pequeño y acogedor
- Precio pagado por persona: 50 euros (con vino)
En 1918 Mateu Molleví y su familia abrieron la Casa de Comidas Buenavista en el barrio de Sant Antoni de Barcelona. Hay crónicas de aquella época en las que se destacaba que el Buenavista y el 7 Portes eran los dos grandes restaurantes de referencia. Ese año también pasó a la historia por la derrota que significó la pandemia de la gripe española en todo el mundo coincidiendo con el fin de la Primera Guerra Mundial. En España reinaba el Borbón Alfonso XIII y en nuestra casa la Mancomunidad se convertía en un pequeño paso hacia la autonomía de Cataluña estimulando un proyecto de Estatut, que fue aprobado en asamblea el 25 de enero de 1919.
Después de muchos años cerrado incluso, manteniendo la misma razón social de la época (Ronda San Antonio 84). Para ilustrar la carta actual se han utilizado dibujos utilizados durante los primeros años del siglo XX para publicitar el restaurante. Estamos frente a una casa de comidas que honra la historia culinaria de nuestro país y que, a la vez, intenta cocinar y recuperar grandes platos catalanes. Los responsables directos del buen funcionamiento del restaurante son Marc Amado en la sala y Marcos Garcia en la cocina.
Nosotros empezamos la comida con unos mejillones bouchot en la marinera, un steak tártaro con cremoso de mostaza y la maravillosa tortilla de patata y bacalao al pil-pil. El inicio es prometedor y perfecto para encarar unos segundos que nos hacen gozar aún más. Continuamos con unos calamares frescos de la playa de Blanes a la brasa, una butifarra con judías de la Boqueria y lo rematamos con un fricandó de ternera de la granja La Bassola de Castellterçol. La Bassola es una de las granjas más distinguidas por el cuidado que tiene de los animales y la calidad de su carne. Fue fundada en 1971 por los padres de Josep y Miquel Mas Serra, los actuales gerentes.
El vino que nos recomienda Marc es el Casa Vella de Espells de Juvé & Camps, un vino tinto extraído de unos viñedos de cabernet sauvignon arraigados en Mediona (Alt Penedès). Intenso y muy apropiado para acompañarnos en toda la comida. La carta de vinos está muy cuidada, es realista y con los precios bastante ajustados, aunque podemos encontrar alguna referencia para quienes no sufren por el precio. El 80% de su carta es catalana. El postre sirve para concluir una buena comida. Flan de huevo y vainilla, surtido de quesos catalanes muy bien elegidos y un azulejo de chocolate relleno de trufa y albaricoque.
Con el gintónic en la mesa y la cuenta satisfecha nos sentamos con Marc Amado, la cara visible y el gran embajador del Buenavista. "Nuestro ideario se basa en el respeto por la cocina tradicional catalana incorporando, en la medida de lo posible, producto de calidad y proximidad. Intentamos que todo el producto que entra por la puerta sea de productores locales. Nuestro referente es el mercado de Sant Antoni, nuestro mercado del barrio".
El Buenavista es un restaurante de cocina tradicional con algunos platos de la gastronomía local y con un servicio impecable, servicial y nada intrusivo. La clientela es mayoritariamente barcelonesa con la evidente incorporación de los huéspedes del hotel. Es genial ver cómo los descendientes de Mateu Molleví han tenido la valentía de volver a abrir un clásico de la Barcelona del siglo pasado con todas las garantías de éxito. Marc y Marcos trabajan para mantener viva la historia del restaurante tal y como fue hace más de un siglo.