Bodega Borràs: ¡viva la madre que les parió!
Un restaurante con alma de bodega de cocina tradicional, buena oferta de vinos y platos para compartir
- Dirección : Calle de Casanova, 85. Barcelona
- Carta : tradicional, platillos para compartir
- Obligado : arroz chamuscado de gamba roja, sepia y alioli confitado
- Servicio : cercano y eficiente
- Local : establecimiento moderno con barra y mesas bajas
- Precio por persona : 50 euros con vino
Los hermanos Muñoz que conocemos todos son de Cornellà y con un talento escogido para la música, Jose y David, los Estopa. Los que cada vez hay más gente que conoce son de Barcelona y tocan de maravilla la gastronomía de nuestro país: Roger y Adrià, de la Bodega Borràs. Un restaurante con alma de bodega de cocina tradicional, buena oferta de vinos y platos por compartir. Un homenaje a su madre, Maria Isabel Borràs, que durante veinte años se dejó la piel en el restaurante El Pati, de la calle Tarragona, y hace poco tiempo se jubiló cuando vio que dejaba la tradición familiar en buenas manos. Concretamente, las de sus dos hijos que, cogiendo el apellido materno, hace poco más de un año abrieron este local acogedor y de buena comida en la calle Casanova, en pleno Eixample Esquerre de Barcelona.
Roger y Adrià Muñoz Borràs necesitaban iniciar su propia aventura: “En el restaurante de la madre nos habíamos quedado estancados, siempre era lo mismo. Queríamos poner en marcha un proyecto que nos motivara, un restaurante con identidad, que fuera reconocible por la gente”, explican. Es recomendable sentarse en la barra e ir probando los platos tal y como salen de la cocina, pero hoy por comodidad y por espacio hemos preferido comer en una de las mesas bajas del restaurante. Entre semana, de lunes a jueves, tienen un menú de mediodía completo por 18,5€, pero nosotros vamos directamente a la carta pasando antes por la lista de sugerencias. El producto del que disponen marca la oferta del restaurante en una carta que confeccionan los dos hermanos y Àlex, responsable de la cocina desde que abrieron las puertas de la bodega.
Contagiados por la filosofía y el estilo del local, nos apetece compartir unos clásicos para empezar: las anchoas del Cantábrico “00” preparadas en casa, tres gildas clásicas y una ensaladilla rusa con mojama y huevos de tortilla. Tres opciones sencillas pero de calidad, para abrir boca antes de entregarnos a la comida central que realizaremos con una botella del Ritmo negro 2021 (DO Priorat). Un vino de la Vilella Alta, el término municipal más pequeño del Priorat, situado frente a la sierra del Montsant, que nos servirá para disfrutar como es debido de los tres platos que ya recibimos como principales: el tártaro clásico de ternera, emulsión de anchoas y yema curada; la papada ibérica crujiente, chipirones de playa y salsita de Pedro Ximénez; y el arroz chamuscado de gamba roja, sepia y alioli confitado. El espacio para el postre ya es reducido, pero aún así caemos en la tentación de añadir un puñado de carquiñoles de Sant Quintí de Mediona, unas cuantas catáneas y un pequeño porrón de vino dulce.
“La decoración la hemos hecho nosotros, con nuestras manos”, explica Adrià compartiendo mesa con nosotros después del servicio. Nos enseña cómo la cobertura de las luces que cuelgan de la barra está hecha con un latón que él y su hermano cortaron con sierra radial, la nevera es recuperada de un supermercado y restaurada para que disponga de tres temperaturas diferentes, y las tablas también las han construido ellos con ayuda del padre. Todo, la madre, Maria Isabel, lo mira con orgullo cuando alguna vez se acerca a la bodega para sentarse en la barra, como a ella le gusta, saboreando una copa de cava. Los hermanos Muñoz son ahora para los clientes los hermanos Borràs, y después de pasar por su casa probando su cocina ya podemos gritar sin miedo: ¡viva la madre que les parió!