Bodega de Gelida: el lord de Escocia que vende vinos de todo el mundo en el barrio de Sants
Situado en el barrio de Sants de Barcelona, está especializado en vinos de todo el mundo y particularmente en vinos catalanes
BarcelonaEl Celler de Gelida cumple 130 años, y lo celebra esta tarde con un acto solemne en la sede del distrito de Sants-Montjuïc (Creu Coberta, 104) de Barcelona, al que asistirá el alcalde la ciudad, Jaume Collboni. Me lo dice contento, nada más entrar, Toni Falgueras, a quien he pedido que me enseñe la joya de la corona de la Bodega de Gelida de Barcelona (Vallespir, 65), una joya que aquellos que entramos a comprar con prisas una botella de vino quizás no conocemos. Empezamos por la escalera que baja al sótano y que está situada en medio de la primera sala de la tienda. Hay vinos de cien añadas; son los vinos que les pide quien quiere beberse un vino del año que nació, o los compran para regalar, porque quizás no hay regalo de cumpleaños más curioso que un vino que tiene tantos años como la persona que hace años.
Estos vinos, pues, son una de las muñequitas de la casa, pero no son los únicos, porque Toni es lord de Escocia, tiene dos palmos de tierra (se los regalaron) y es un gran entendido en whisky. Es una de sus pasiones, y para transmitirla tiene unos difusores, como si fueran dispensadores pequeños de colonia, con los que quiere transmitir los aromas de todos los whiskys que vende. Con el aroma se puede entender cómo se hace la bebida destilada a partir de cereales.
Damos unos pasos más y entramos en una segunda sala, dividida por unas puertas, donde están los vinos que nos llevarán a Chile, Argentina, Alemania y Australia. "Chile es un paraíso porque nunca ha llegado la filoxera", dice. "En Alemania podemos encontrar rieslings con ocho grados y medio y cuatro gramos de azúcar, y, fíjate, vendo la botella a 9,50 euros", sigue. En Argentina hay vinos hechos con la variedad de uva malbeca. En Australia encontramos "la maravillosa syrah, y los blancos en Nueva Zelanda".
Mientras Toni va explicando los vinos, también te explica cómo es el paisaje. Le gusta viajar y visitar las bodegas, porque en la tienda quiere transmitirlo. Si él no está lo harán sus hijos, Ferran y Meritxell Falgueras Febrero, y si no, lo harán los textos que hay escrito y que tiene colgados con hilos junto al apartado de cada país. Tanto es así que en el Celler de Gelida se puede leer un buen rato la bibliografía documentada de todo lo que se vende. Los textos son tan importantes como las botellas. De hecho, desde el mismo escaparate ya se ve que la letra es esencial: rótulos grandes, con indicaciones de los nombres, y siempre también con los precios bien visibles.
Un carquinyoli con foie-gras y Sauternes
Ahora caminamos unos metros más allá, y nos vamos a Francia. Aquí toca hablar de comida. "¿Has comido nunca un carquinyoli con un pedazo de foie-gras y un Sauternes en la copa? Es una delicia. Fíjate cómo es la botella del Sauternes: es pequeña, pensada para que se vaya probando poco a poco. Nosotros también vendemos carquinyolis, siempre me gusta tenerla".
Con Francia visitada nos vamos a Lisboa, y nos encontramos con Portos. "Si todos bebiéramos unas copitas de Oporto por la mañana, tendríamos mejor humor". Lo dice con sinceridad Toni Falgueras, porque cree que los vinos y los licores deben beberse con medida, y que algunos te reavivan, como el vino de Oporto.
Y en este punto, nos entretenemos. "Aquí nos hemos malacostumbrado que nos sirvan copas grandes de las bebidas que pedimos, y no debería ser así. En Suecia, las bebidas se piden por centilitros, bien marcados en la copa, y por tanto pides uno o dos centilitros. Por el contrario, aquí al camarero le pedimos que sea generoso, que ponga fuerza.
En el gran viaje por el mundo que estamos haciendo en el Celler de Gelida hay tiempo para pasar por Catalunya. Me fijo en las ratafías: ¡hay tantas! Incluida la que regaló un presidente de la Generalidad de Cataluña, Quim Torra, ya un presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, que fue la Corriols. También hay aceites de oliva virgen extra, y hay tótems como los aceites que están hechos con los olivos milenarios de Tortosa.
En el Celler de Gelida, por supuesto, no faltan ni los espumosos ni los vinos de las doce denominaciones de origen catalanas. Me detengo en las referencias del Priorat: Porrera y Mas d'en Caçador, de Vall Llach; Cerros Galena; Delfín. También moscatel de Vilafranca del Penedès, y vinos hechos con la variedad de uva malvasía de Sitges.
Y ahora otra joya de la corona. Los licores de hierbas, que nuestro país siempre ha bebido en sobremesas como digestivos o como disfrutes. "Tengo de Chartreuse, que se había llegado a hacer en Tarragona, pero ahora se hace en Francia, y no sé por qué, pero tenemos mucha demanda; se ve que en Francia no hay y nosotros sí tenemos", comenta Falgueras. Los licores tienen incluso hechos con la flor de saúco y con pera, y quien quiera puede comprar también el alcohol para hacerlo en casa: "¿Nunca has probado hacer licor de cerezas o de hinojo?" Le respondo que no, porque de momento ya estoy inmersa en la producción de limoncello y ratafía.
Entramos en las curiosidades finales: los sakes catalanes, que tenemos muy buenos. Se hacen en el delta del Ebro y en Tuixent (Alt Urgell). Los de Tuixent son los de Seda Líquida, nombre que empruntaron de un libro escrito por Antonio Campins en el 2008, y que llevaba por nombre justamente Sake, la seda líquida. Los de Tuixent empezaron en 2015 y realizan diversas variedades. "Incluso etiquetan en japonés", dice Falgueras. Y ahora la última curiosidad: los vinos más escondidos de la Bodega de Gelida, los que no están a la venta ni expuestos, sino guardados en el almacén situado frente a la tienda, son los que expuso en el escaparate en 1978 para la 1ª Muestra de Vinos de Cataluña. Hizo un escaparate tan redondo que llegó a dejarlo en la Generalitat de Catalunya. Cuando le devolvieron los vinos pensó que no tenía que ponerlos a la venta, sino guardarlos para siempre como recuerdo. Todavía hoy, cuarenta y siete años después, Toni les enseña, orgulloso. "¿Se verán bien en la foto?", pregunta. Le aseguramos que sí. El viaje ha empezado en casa y termina donde debe terminar, con nuestros vinos.