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La cocina se integra en el comedor: ¿símbolo de modernidad o de cocinar menos?

Esta estancia ya no es independiente en ocho de cada diez viviendas nuevas en Cataluña

Una mujer quita huevos de la nevera.
16/01/2025
5 min

BarcelonaLa cocina está dejando de tener un espacio propio. Al menos en las viviendas de nueva construcción, como revela la Asociación de Promotores y Constructores de Edificios de Cataluña (APCE). venta en 2024, bien sean terminados o sobre plano, la cocina está integrada en el comedor. Esta tendencia se ha consolidado a pasos de gigante en muy poco. tiempo.No hace ni una década que era justo lo contrario y en 2020 todavía eran mayoría las casas nuevas con cocina independiente. han visto abocadas a ser las cocineras de la casa sin que nadie les haya preguntado si querían serlo, pero el hecho también es que la cocina integrada se ha popularizado justo ahora que cada vez se cocina menos en casa.

L’auge de la cuina integrada
Tipus de cuina en els habitatges d'obra nova en comercialització a Catalunya

La integración de la cocina en el comedor va más allá del concepto de cocina americana que ya se había abierto camino en las últimas décadas, pero todavía con una tímida penetración en España. Ahora la cocina comedor es una estancia central más diáfana y que saca partido de la existencia de campanas extractoras más eficaces y menos ruidosas, como son el resto de electrodomésticos. Poco que ver con tiempos pasados, al menos en Occidente. "Aunque pueda parecernos extraño, la cocina, durante la mayor parte de nuestra historia, no ha tenido un papel especialmente relevante", resalta la profesora de historia de la gastronomía Isabel Lugo.

Recuerda que ha acostumbrado a tener un rol "muy funcional" durante buena parte de nuestra historia. Lo ejemplifica con la Roma clásica, cuando se podía cocinar en la puerta de casa porque dentro podía ser peligroso e insalubre. En los ámbitos rurales o cuando las ciudades evolucionaron, la cocina ganó protagonismo cuando había sitio –pensamos en las grandes masías–, pero incluso en las casas burguesas de Barcelona de los siglos XVIII y XIX no se le dedicó un espacio relevante. "El lugar de reunión importante era el comedor y la cocina estaba lejos: era un lugar oscuro, donde había humo y olor a comida, que podía resultar desagradable, y donde trabajaban personas del servicio poco consideradas y, más adelante, la ama de casa, a la que no se da importancia socialmente; cocinar es su obligación y punto", relata Lugo.

Tan sólo con el avance del siglo XIX y la llegada del XX, con la planificación de las ciudades, la aparición de la electricidad y el gas en la cocina, así como de las teorías higienistas, fue cuando "la cocina empezó a recibir cierto interés por parte de los planificadores y arquitectos", prosigue. Ya en el período de entreguerras, y sobre todo después de la II Guerra Mundial, "la cocina adquirió otra imagen social". Según Lugo, de un espacio funcional "pasó a convertirse en un espacio separado, bien considerado en la casa, y prácticamente en un laboratorio lleno de electrodomésticos relucientes que funcionan con un botoncito y ahorran trabajo a la mujer, que continúa en la cocina": se incorporó al mundo de trabajo y su trabajo en el hogar debía ser cómodo y menos pesado.

Ahora, con el progreso económico, la reducción del espacio disponible para construir –con el añadido del elevado precio del metro cuadrado– y las nuevas costumbres –familias de menos miembros y en las que no siempre todo el mundo come a la vez–, la cocina ha pasado a ubicarse en un espacio central y luminoso, donde al mismo tiempo se cocina, se vive y se recibe a los amigos. De alguna manera, se ha vuelto a la idea del espacio de reunión en torno a la chimenea, constata Lugo, "donde se hacía vida, se calentaba la casa, se esgranaban las judías y el niño estudiaba en la mesa", algo que no era muy bien considerado entre las clases altas. Sin embargo, en la obra nueva cada vez se opta más por la cocina integrada: ¿eso significa recuperar los encuentros junto al fuego en clave moderna?

Ahora es un espacio de 'living'

Según el director general de la Asociación de Promotores y Constructores de Edificios de Catalunya, Marc Torrent, "cada vez se prefieren espacios más diáfanos" y, aunque se hace mucha venta de obra nueva sobre plano, suele escogerse -la integrada, tanto en viviendas plurifamiliares como unifamiliares. "Creo que es un elemento positivo que forma parte del modo de vida más actual", defiende, y "nada tiene que ver con una cocina americana de hace 30 años", porque ahora es un espacio de "living o convivencia" más amplio que permite diversos usos. La pandemia ha acelerado esta tendencia, porque ha hecho valorar más la vivienda, y Torrent lo atribuye también a que las unidades familiares son más pequeñas, los pisos también y más caros, y que mucha obra nueva está enfocada a ser de mejora o reposición, con mejores prestaciones.

El arquitecto Jose Toral, del despacho Peris+Toral y al que nos dirigen desde el Colegio de Arquitectos de Cataluña (COAC), relata que la cocina ya había pasado de estar oculta en espacios interiores a estar enganchada a la fachada con la alberca, y que ahora ha ganado protagonismo como espacio central, como cuando el fuego era el centro de la casa. Tradicionalmente ha sido de la mujer o del servicio doméstico, y ahora "ya no se entiende como un espacio que tenga que quedar oculto respecto al resto de la casa", subraya, por lo que "cuando la cocina se hace visible, se hacen visibles las labores domésticas y luchas contra los roles de género". Cocinar se ha convertido "en un acto social" para compartir con toda la familia o amigos, y Toral añade que hoy en día "no es un problema tenerla abierta", porque los sistemas de extracción de humos son más potentes, pero al mismo tiempo porque se practica una cocina "más rápida" poco acostumbrada a los guisos que se alargan horas.

Se hacen platos más sencillos

Toni Massanés, el director de la Fundación Alícia –un centro que analiza y procura mejorar los hábitos alimenticios–, recuerda que hace unos años desaparecieron las mesas de las cocinas y la vida pasó a realizarse en el comedor. Que ahora se rescate la cocina de su aislamiento podría dar la impresión de que es volver a los viejos tiempos, en los que en un mismo espacio se hacía vida, desde cocinar hasta hacer los deberes, pero teme que no es así, y lo ejemplifica con una escudilla. "No es lo mismo tenerla hirviendo en la cocina, aunque estés haciendo los deberes, que en el comedor, que es un lugar donde hay un concepto de higiene y de orden. Un olor que para ti en el cocina es normal, en el comedor molesta", defiende. Para Massanés, no cabe duda de que juntar la cocina con el comedor es un síntoma que se cocina menos: "Eso quiere decir que no se hacen escudillas".

El hecho es que cocinar no se percibe como un valor (sube el consumo de queso y fruta cortada, pero desciende el de fruta en general y el de pescado), en una época en la que se dedica menos tiempo a las tareas domésticas: las mujeres asumen menos, mientras que los hombres no lo han compensado asumiendo más, según un estudio de la UAB. Ahora bien, "lo que no podemos hacer es no comer cosas cocinadas", recalca. Massanés, que considera que las familias deberían volver a poner la gestión de la alimentación en el centro, sin que esto implique en ningún caso volver a sumir a las mujeres en las tareas domésticas: "Lo que han hecho durante mucho tiempo era importantísimo por en la vida y debemos organizarnos para hacerlo bien".

Cocinas compartidas para jóvenes y personas mayores

De cara al futuro, Toral considera que la cocina será "un sitio más social, que trascienda la casa y que pase a ser un lugar compartido entre varias viviendas". Con el incremento de familias unipersonales, del envejecimiento de la población y de la soledad, se proyectarán pisos que tendrán una kitchenette (con una nevera, espacio para el desayuno...) y la cocina pasará a ser un espacio compartido con 4 o 5 pisos. Este arquitecto ya está trabajando en un proyecto de una cooperativa de vivienda para personas mayores. Torrent y Massanés también lo ven como un camino a seguir para este colectivo como antídoto contra la soledad no querida, o por los jóvenes que se emancipan, en el marco de los colivings o covivienda.

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