Los Estudios de Malla: la segunda juventud de Joan Font
Hace unos meses que ha abierto este proyecto ilusionante y el restaurante ya tiene una clientela fiel
- Dirección : Plaza del Ayuntamiento, Malla (Osona).
- Cocina : Con producto de temporada y la justa intervención.
- 'Must' : Vieiras a la plancha con panceta de cuello y parmentier.
- Vino : Bodega amplia con muchas referencias del país.
- Servicio : Eficiente y amable.
- Local : Antigua escuela reformada: antes se iba a estudio (de ahí el nombre del restaurante), ahora a comer.
- Precio final por persona : 50 € con vino.
Sólo hace cuatro meses que abrió su nuevo restaurante y desde entonces Joan Font no ha dejado de repetirse una pregunta: "¿Vale la pena envolverse así con cincuenta y seis años?" La respuesta es sencilla y afirmativa. Ver el restaurante lleno, la fidelidad, la alegría y el agradecimiento de los clientes le compensa las jornadas de dieciséis o dieciocho horas y todo el sacrificio que ha hecho para poner en marcha un nuevo proyecto tan intenso como estimulante. No se cansa de decir que cocina desde los catorce años, que tiene ganas de ganar calidad de vida y que le tranquiliza que sus dos hijas no se dedicarán a ello, pero tampoco puede esconder la felicidad que le invade cuando ve que la gente le acompaña allá donde va para disfrutar de sus platos. Después de treinta años al frente del mítico restaurante L'Estanyol, en el Muntanyà, Joan Font inicia ahora una nueva aventura gracias a un inagotable empuje y vitalidad, que compartía con su gran amigo Johan Cruyff.
Malla, en Osona, es un pequeño municipio de menos de trescientos habitantes prácticamente enganchado a Vic. Aquí Joan ha encontrado su espacio ideal: “Llevaba meses esperando que estuviera disponible este local. Me gusta la localización, el pueblo, que es fácil de llegar y hay aparcamiento. Hice unos meses sabáticos hasta que al final nos llegó el momento de entrar”, recuerda sonriendo. Ha cambiado de piel, pero el alma es la misma y su cocina sigue siendo inconfundible: el mejor producto de temporada y su sello personal, con mínima intervención. En el local no puede faltar una buena bodega, expuesta al entrar, y una foto en blanco y negro de Johan y Danny paseando juntos por Barcelona hace unos años. También hay menú del día, de veinte euros, una propuesta muy interesante con cuatro primeros y cuatro segundos a escoger, y el mismo postre, pero nosotros, como siempre, y hoy con más motivo, hemos venido a jugar.
Joan exhibe el ron (o rodaballo, de la familia del rodaballo) que hemos pedido para el segundo acto, pero antes nos hace llegar un par de ostras Gillardeau número 2 con tártaro de atún; almejas del Carril con ajo, guindilla y manzanilla La Guita; vieiras a la plancha con tocino del cuello y parmentier, y un salteado de rebozuelos con butifarra negra y ajos tiernos. Para no hacer corto y encarar el pez como dios manda, añadimos también elsteak tártaro de vaca con patatas fritas. Ahora sí, ya estamos listos para asistir al espectáculo que nos ofrecen limpiando el ron al horno, apartando su espina y sirviéndolo con patatas y regado con su propio jugo. Una delicia, como lo son también los últimos tragos del Loidana, un Priorato de Marco Abella que combina perfecto con el pez. Para rematarlo todo añadimos una sopa de fresas y helado de yogur, un cheescake en el plato con salsa de frambuesa y el helado de vainilla que Carlos no perdona casi nunca.
Sentado en nuestra mesa y agradeciendo tener un rato de descanso, Joan aprovecha para explicarnos la ilusión que le hace este proyecto y celebra la acogida que ha tenido entre el público. Hace pocos meses que ha abierto y tiene el restaurante lleno, de clientela fiel pero también de gente nueva, lo que le da la energía que necesita para ver del todo claro que la decisión fue acertada. “Hemos tenido que hacer una pretemporada porque el personal es nuevo y no nos conocíamos, pero hemos arrancado bien, estamos en tope”, proclama mientras saluda a un grupo de jugadores veteranos de golf al que conoce desde hace tiempo. Juan tiene un carisma especial, que le llevó a conectar enseguida con su amigo Johann. Ahora vive una segunda juventud, que es un regalo para todos los que le apreciamos y amamos su cocina.