Vips&Vins

Miqui Puig: "El vino es como la música, hay quien hace música industrial y algunos hacen artesanía"

Músico

Miqui puig
4 min

Vienes de una familia de agricultores. ¿Entendieron que te desvincularas de aquel mundo y empezaras la carrera como músico en Los Sencillos?

— Mi madre se asustó, tenía mucho miedo de que "no me perdiera". Mi padre era un tipo muy curioso, y el más pequeño de todos los hermanos, que también condiciona la forma de ser. Él mismo tuvo que dejar la profesión de payés porque no le daba por vivir y entró en el mundo de la mecánica. Por historias de la vida lo acabó uniendo a la ganadería y acabó trabajando en el IRTA, desarrollando tecnologías para ordeñar cabras. Y también ayudó a que los padres me entendieran el hecho de que el primer festival de música catalana se celebró en l'Ametlla del Vallès, con Lluís Llach presentado por Flotats. Y aunque me dediqué a una profesión "no normativa", mi madre siempre decía que si me gustaba el rock no podían gustarme las discotecas, y así ella ya estaba más tranquila. Al final no acabó siendo...

En l'Ametlla del Vallès también se hacía vino y, de hecho, sufrió un descalabro poblacional por la llegada de la filoxera. ¿Esto estaba presente en el pueblo?

— Muchísimo, hay muchas historias en el pueblo sobre la llegada de la filoxera. Sin ir muy lejos, mi padre siempre ha dicho "aquí todos teníamos viñedos"; también en nuestra casa teníamos. A pesar de la llegada de la plaga, hubo gente que salió adelante y se siguió dedicando a ella y recuerdo mucho subirme encima de los tractores, cortar las cepas y ponerlas en las portadoras. Las uvas lo llevaban al pueblo vecino, en Bigues y Riells, allí estaba Can Sapera, donde lo hacían a granel. No somos un pueblo, ni típico ni mucho menos, pero sí lo hemos visto. He visto campesinado, todavía tengo el olor de las vacas.

A pesar de la distancia profesional entre tu ámbito y el de los padres, a menudo en redes haces apología de la defensa campesina.

— No puedo olvidar de dónde vengo. Seguro que hace que los padres se hayan dedicado, pero pienso que es genuino, me sale de dentro.

¿Cómo es Miqui Puig, como consumidor de vino?

— Me gusta probar cosas. Ver qué se hace en cada sitio, qué se produce, como con la música, vaya. He conocido a mucha gente que hace vinos y me gusta especialmente esta nueva generación que también se ha puesto con el mundo del vino. Tampoco soy como algunos influencers que los vinos naturales parecen ser el mejor del mundo... porque tampoco es eso: hay vinos naturales que son vomitivos. Sin embargo, con el negro tengo un problema: con los años el tolero menos. A muchos niveles, pero sobre todo en el estómago. Y lo que ocurre con el blanco es que hay que tener mucho cuidado porque parece que si ya está frío, sea suficiente, a veces pueden llegar a servir vinos blancos malísimos y te los vienen a un precio alto. Aquí es donde creo que no tenemos una buena cultura.

¿Entonces el problema es de la restauración o del consumidor?

— Los consumidores estamos vendidos en la cerveza. Siento que pensamos que como comercializamos el vino fuera, aquí ya no es necesario preservarlo. No es así. Porque yo me voy a León y lo primero que te dicen es "vamos de vinos", en cambio aquí antes se diría "vamos a hacer una caña". Esta cultura aquí no la tenemos interiorizada. Pero es que la cerveza es muy fácil, es muy barata, es como el café, es el margen más grande que hay en la restauración. A pesar de todo, parece que hay gente que sí lo tiene claro. Por ejemplo fui a un festival que no sirvieron cerveza en las barras el vino es una parte de nuestra cultura.

Algunos entrevistados antes de ti han propuesto que en las salas de fiesta se sirva vino al igual que se sirven combinados. Como persona que frecuenta los clubs, ¿lo ves viable?

— Yo creo que sí, que es viable. Es una cuestión de cambio de hábito, porque hoy por hoy parece que el vino sólo lo podemos tomar en el restaurante. Yo cuando voy a hacer el aperitivo siempre pido vino, porque la cerveza no se me pone bien y de hecho hay algunas salas que apuestan por este concepto, como Sala Barts y Sala Vol, un colectivo de Barcelona que tienen vinos del territorio, ginebras del territorio, y sé que allí me puedo pedir una copa de vino y es brutal siempre.

¿Qué vinos recomendarías?

— Hay un muchacho que es de Móra d'Ebre que ha hecho vinos a pequeña escala que es Antoni Canalda, ¡pero son un blanco que dices uau! Pero el vino es como la música, hay quien hace música industrial y otros hacen artesanía. Evidentemente, debes saber que no te va a costar lo mismo una botella de un agricultor porque tiene que pagar muchas más cosas. El vino ofrece esta pausa y puede ser una buena herramienta para alejarse del capitalismo en el que todo debe ser barato e inmediato. Yo con el coche puedo joder una Coca-Cola o un café, pero no una copa.

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