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La pastelería Foix crea un escaparate de monos de chocolate valorado en 2.000 euros mientras piensa en el relevo familiar

El pastelero Joe Moretones, que trabaja en las campañas de Pascua y Navidad, ganó el primer premio en el concurso de monas de chocolate del 2025

La mejor mona de chocolate, según el concurso organizado por la agencia Sr y Sra Cake, fue la que creó el pastelero Joe Moretones
13/04/2025
5 min
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BarcelonaLos badajos de las campanas de la iglesia de Sant Vicenç marcan las doce del mediodía de un viernes mientras en la pastelería Foix (c. Major de Sarrià) se agolpan los vecinos frente al escaparate donde se ven tres monos, uno gigante y dos pequeños, con plátanos y habas de cacao, todo de cacao. Si alguien quisiera comprar todo el escaparate entero, figuras y decoración, debería pagar 2.000 euros.

El pastelero Joe Moretones con la mona ganadora, que mide cuarenta centímetros y cuesta cuatrocientos cincuenta euros.

Me lo explica el pastelero Joe Moretones (Barcelona, ​​1978), que colgó el hábito de ingeniero industrial por la cocina y la pastelería, que aprendió en la escuela Hofmann, con profesores como Èric Ortuño de L'Atelier de Barcelona. "Hice de stagier en el Compartir de Cadaqués, y trabajé como cocinero contratado en los primeros años del Disfrutar de Barcelona", relata Moretones. Después de trabajar en el mejor restaurante del mundo volvió a la Hofmann, pero como profesor contratado, y entonces es cuando pasó a su pasión por los dulces. así como este año pensó en hacer un mono. "Todo vino porque recordé que en el 2017 había hecho unos dibujos de unos monos, que se apoyaban con las cuatro patas en el suelo, e incluso lo hicimos para el escaparate de Hofmann", dice.

El escaparate de la pastelería de la calle Major de Sarrià consta de tres monos, de tamaños diferentes, y está valorado en dos mil euros.

Este año recuperó los esbozos, que los tenía en una libreta, y cambió su diseño. Lo puso de pie, con una mano al estilo asa, que se tocara la cintura, y otra tendida, con los dedos bien visibles, que aguantaran un huevo de chocolate. "Este mono, lo pensé fijándome en Donkey Kong, que es un personaje de videojuegos, y si te fijas en la cara, verás que son muy parecidos", dice. Todo es posible hacer en chocolate, o casi todo, pero sobre todo lo que comporta imaginarlo todo son muchas horas de trabajo. El mono de cuarenta centímetros, que es con el que ganó en el concurso organizado por la agencia de comunicación Sr y Sra Cake, le comportó dos días de jornadas laborales, de veinte horas cada una. "Es la primera vez que lo hacía y, además, la figura la hice a partir de huevos de chocolate, que necesité hasta sesenta". De hecho, la tradición de monas de chocolate en nuestro país es tal y como lo explica, las figuras se han hecho a partir de huevos de chocolate, los cuales va trabajando. "No me considero escultor, pero lo hago con la ayuda de una espátula, y me gusta, y especialmente me lo he pasado bien esculpiendo la faz del mono, que he querido que fuera expresiva".

Los esbozos de los monos que el pastelero Joe Moretones hizo en el 2017, origen de la mona actual, de forma distinta.

El mono ganador, pues, de cuarenta centímetros de altura y tres kilos, se levantó como ganador en la categoría de monas de chocolate, y esta Pascua en la pastelería Foix se venderán un total de cuatro exactamente iguales. "Ya están encargadas y vendidas, y el precio de cada una de ellas es de 450 euros". Con el éxito, ya se ha puesto a hacer diez más, pero serán más sencillas, con el pecho más pequeño, de menor altura, y que costarán algo menos. Otros precios muy diferentes son los de los monos que están situados en el escaparate de la calle Major de Sarrià. Hay tres en total, son de distintos tamaños, y quien quiera quedarse el escaparate entero, que ha pasado otros años, tendrá que pagar 2.000 euros. "También existe la posibilidad de comprarlos por separado; entonces el gran cuesta 1.000 euros y los dos pequeños, 700 cada uno", explica el pastelero, que añade que las monas no llevan colorantes, están hechas todas de chocolate, blanco, blanco tostado, chocolate con leche y chocolate negro. "Con estas combinaciones he hecho tonos y sombras", revela.

El interior de la pastelería es una mezcla de colores y olores de chocolate de las monas, en la que destacan los huevos de tamaños gigantes, todos alineados en un estante.

A su lado le ha ido escuchando, muy atento, el propietario de la pastelería, Jordi Madern Mas, familia del poeta que cantaba "sol y de luto, y con vetusta gonella", JV Foix. "La madre del poeta JV Foix era la hermana del padre de mi madre", me explica para que entienda su parentesco. De los padres de JV Foix tienen retratos en la pastelería, y del poeta, una escultura, con una rosa al lado, en la segunda pastelería, en la plaza de Sarrià, la que Jordi Madern dice que abrió el poeta para que la dirigiera su hermana. Los recuerdos familiares los tiene vivos, el propietario, y cuando habla del relevo familiar, de quien continuará las pastelerías cuando se jubile, afirma que su único hijo no lo hará. Tampoco los nietos. "Tengo un sobrino en la pastelería que quizá le interesaría, pero no lo sé, tampoco", explica.

Otros monos de la pastelería de Sarrià, entre ellos el dinosaurio y el pollito, también hechos por el pastelero.

Sea como fuere, ahora es tiempo de monas. Las de chocolate son las grandes ganadoras. Pero también hay otras que deben remarcarse, las de crocant, que son singulares, y Madern asegura que "muy tradicionales". El pastelero que hace las campañas más importantes del año de Foix, Joe Moretones, piensa en otras creaciones, una vez finalizada la Pascua. "Como los últimos dos veranos los he trabajado en Ciutadella de Menorca, en Herbera Bakery, pensé en hacer una ensaimada-panettone, una mezcla de las dos masas, que ha bautizado con el nombre de ensaimattone". Nació en Menorca el dulce que es una ensaimada por fuera y demasiado de panettone por dentro. En vez de mantequilla, tiene manteca de cerdo. "También la he hecho en la Foix, y también la vendí en un pop-up que hice en la pastelería Cal Jan de Torredebarra", dice el pastelero. que está claro que, cuando haya terminado el tiempo de las monas, soñaremos con probar las ensaimatonas. No será por dulces buenos que se convierten en excusa para ir a las pastelerías.

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