Paco Solé Parellada, el renacentista de la cazuela
En casa siempre decían que la mejor salsa es el hambre y que el agua no es insípida si tienes sed. Somos tan encendido que necesitamos haber faltado para darnos cuenta del valor de lo que teníamos. Que Paco era un personaje único, un genio, un ilustrado y un renacentista, lo sabemos todos los que hemos disfrutado de cerca y los que lo hemos tratado ocasionalmente. Pero aparte de todos los conocimientos, que ya son suficientemente importantes, Paco tenía sabor, un estilo particular con una buena pátina de sentido del humor que hacía padecedores todos estos conocimientos. Se puede pensar que era una técnica adquirida de tantos años de docencia como catedrático de economía de la Escuela de Ingenieros, pero en realidad era una mezcla de aptitudes innatas, otras heredadas, y de la inmensa curiosidad que le hacía ser cada día más sabio. Se interesaba por todo y por todos. Tecnología, historia, literatura, pintura, música (como añoraremos oírlo tocar All of me de Ella Fitzgerald en el piano del 7 Portes), la economía del país y, por supuesto, la cocina. La cocina en mayúsculas, sin exclusiones ni fronteras. Sin embargo, desde que se puso al frente del 7 Portes se dio cuenta de lo frágil que está nuestra cocina catalana. Durante todas estas décadas ha luchado sin desfallecer, no sólo por hacer lucir un patrimonio culinario coherente, sensato y adaptado al paisaje, sino profundizando en las raíces de un legado precioso de arroces, fricandoso y flanes, que hemos recibido gratis y que, desagradecidos, hemos barrido bajo sus alfombras. Paco, te añoraremos y te lloraremos mucho. Ten por seguro que no nos quedaremos de brazos cruzados. No vamos a permitir que se pierda nada de todo el trabajo que has hecho, y te prometemos que continuaremos siendo… la resistance del pollo a la cazuela!