Ni un día en casa

Un rincón familiar en el paraíso del vino que destaca por su buena comida

En este restaurante encontramos propuestas de cocina tradicional catalana con elementos de otras culturas totalmente integrados

En la fotografía Sergi Torres en la sala del restaurante
  • Dirección: Calle de València, 17, 08770 Sant Sadurní d'Anoia
  • Carta: Cocina tradicional de autor
  • Obligado: Arroz de montaña hecho como un risotto con hombro de conejo confitado, setas y queso parmesano
  • Vino: Carta con muchas referencias de calidad
  • Servicio: Profesional y cercano
  • Local: Confortable con exposición de cuadros
  • Precio por persona: 60 euros

Estamos frente a un restaurante eminentemente familiar de Sant Sadurní d'Anoia. Sergi Torres es el líder y su sitio es la cocina. Emma Planas, su pareja, domina la sala y forma con él un tándem inquebrantable que funciona a la perfección. Ambos se encargan también de los números y la intendencia. Además, encontramos a la madre de Sergi, Laura Sibill, que expone los cuadros que decoran el local, y Josep Torres, el hermano de Sergi, que aporta cavas y vinos de su Cava Bertha.

Sergi Torres, de jovencito, fue un chico al que le costó encontrar su espacio profesional. La influencia de un amigo fue determinante para iniciarse en el mundo de la cocina y despertarle un gusanillo que aún perdura. Michelin), Sa Punta de Pals y el desaparecido L'Avi Pau del vilanoví Xavi Mestres. Estos establecimientos emblemáticos fueron algunos de los responsables que en 1999 Sergi decidiera, con el apoyo imprescindible de la familia, abrir La Cava d'en Sergi.

Tenemos conocimiento de que el menú diario de mediodía es muy bueno, pero nosotros vamos a cenar para degustar la carta. Encontramos propuestas de cocina tradicional catalana con elementos de otras culturas totalmente integrados que nos atraen.

La comida la iniciamos con un aperitivo de la casa que consiste en un platillo de cebolla frita que consideramos un gran acierto. Una vez revisada la carta pedimos unas croquetas de asado con emulsión de parmentier, unas colmenillas con gambas y butifarra negra y unos makis de salmón, calabacín y aguacate con lacado de soja y sésamo. La carta de vinos está bien construida, con muchas referencias que apetece pedir. Nos decantamos por el Augustus Trajanus 2018 de la Bodega Avgvstvs Forvm de El Vendrell. Un vino elegante que perdura en boca y te hace sentir su fuerza. Este vino ha sido elaborado como carta de presentación de una bodega con treinta años de historia.

Continuamos con un lomo de bacalao a la plancha gratinado con musolina de ajo muy suave acompañado de butifarra negra y espuma de espinacas y un garrinete confitado y crujiente con chutney de manzana verde y salsa de vino tinto, y acabamos con un arroz de montaña hecho como un risotto con hombro de conejo confitado, cepas y queso parmesano. El postre: helado frito de vainilla con culis de frambuesa, raviolis esferificados de vinagre de Módena y emulsión de yogur de sopa de manzana verde y cítricos y canelón de mojito con un velo gelatinado de ron negro, helado de limón y espuma de mente. Un postre que pone un magnífico colofón a una gran cena.

"Tenemos el restaurante que queremos tener. Pequeño, controlable por nosotros y con una cocina de autor puesta al día. Cocina tradicional con toques creativos y divertida para sorprender un poco al cliente. Quiero que los platos tengan una identidad propia cambiando las texturas y las cocciones". Esta declaración de intenciones de Sergi se manifiesta en cada plato. Sabes lo que comes, pero siempre encuentras algo que te sorprende y, al mismo tiempo, que enriquece una propuesta muy bien ejecutada que demuestra que Sergi mantiene muy vivo el gusanillo que le hizo entrar en el mundo de la cocina. Sant Sadurní tiene una cava que prioriza la buena comida sin olvidar la buena bebida. Los que no haya ido vayan: le gustará.

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