El radar suculento

Sexto, el pequeño gran restaurante que ha puesto Lleida en el mapa gastronómico

En menos de dos años, el restaurante de Àngel Esteve ha seducido a los paladares más exigentes del país

Ángel Esteve en el restaurante Sexto.
18/06/2025
4 min

LleidaLa sonrisa apacible de Àngel Esteve ha conquistado el mundo gastronómico este último curso. Fue finalista a mejor cocinero del año en el Fòrum Gastronòmic y finalista a cocinero revolución en Madrid Fusión. Y todo esto, con el valor añadido de tener un restaurante lejos de los grandes polos gastronómicos. Su restaurante se llama Sexto, se encuentra en Lleida y no tiene ni dos años. Él está a punto de cumplir 28. Eso sí, es desde los 16 años que se estaba preparando para establecerse en su ciudad. Ha pasado por grandes casas, pero la que más le ha marcado, y la que se ve más reflejada en su cocina, es el Gresca. Así pues, discípulo de Rafa Peña como es, tiene un gran amor por el producto y la oferta puede recordar ligeramente en el restaurante del Eixample. Si le gusta el Gresca, le gustará Sexto. Pero no es un clon. Tiene su propia personalidad y vale una visita por sí mismo.

El nombre del restaurante proviene del piso de los padrinos, que es el sexto piso. Es una manera de decir que, cuando llegas, estás en casa. Es un espacio de paz y seguro. De hecho, en la decoración del restaurante hay algunos objetos que provienen de casa de los abuelos maternos. Están tan bien integrados que si no lo sabes no los detectas. El restaurante es precioso, pero no es uno de esos locales adocenados que se han gastado el presupuesto en interiorismo, sino que se han tomado decisiones con mucho gusto. Pregunto quién ha realizado el diseño, y en lugar de ser un gran estudio, Ángel Esteve me responde que es cosa de su hermana. Así pues, nos encontramos en un sitio de alta gastronomía familiar.

Ángel Esteve en medio del restaurante Sexto.

La cocina está a la vista de todos. También la brasa, que quema madera de encina o almendro. El equipo va trabajando y los platos van saliendo para saciar a un público que ha sido hasta ahora sobre todo local. "Los primeros seis meses teníamos la carta sólo en catalán y no necesitamos otra", dice Àngel Esteve. Él tiene un liderazgo tranquilo y siempre habla en plural. Le acompaña Marc Chic, con quien ha hecho tándem desde que abrieron. Han logrado en muy poco tiempo que Sexto sea lo que se conoce como "restaurante destino". Esto significa que la razón por la que la gente viaja hasta allí es comer.

Sin tornillos

Tienen a la carta unos pequeños mozos para arrancar la comida. Lo más extraordinario es el buñuelo de Tou de Til·lers, tortilla de río y miso. Son perfectas para abrir el apetito. Antes de llegar al restaurante tengo la suerte de encontrar a unos conocidos muy aficionados a la gastronomía. Me advierten que no me deje perder los mejillones con escabeche y zanahoria. Luego agradezco la feliz coincidencia, porque son de esos platos que recuerdas y que de vez en cuando vuelves. Si está leyendo esto, gracias.

También pruebo los espárragos en salsa holandesa de levadura y vieira y el cordero con rábano rustico (raifort) y rebozuelos, que es un plato del que Ángel Esteve está orgulloso por la carne excelente de su proveedor. motivo es que la buena temporada de cereza (he puesto buena dos veces expresamente) es cortísima. Tengo la suerte de estar el día que tienen de carnosas y dulces.

Un plato de espárrago con holandesa de levadura y vieira del restaurante Sexto.

En el Sexto no hay caracoles. El motivo es que en Lleida ya está esta oferta de comida tradicional muy bien hecha. El propio Ángel me pone el ejemplo de Ferreruela como buen lugar para quien quiera degustarlo. Lo que cocinan en su restaurante, en cambio, no podía encontrarse en la ciudad, que según el propio Àngel Esteve tiene mucho margen de crecimiento en este sentido, ya que a diferencia de otros rincones del país, no ha habido muchos leridanos que se hayan atrevido a abrir su negocio en su casa. Eso sí, me avisa de que en cualquiera de los templos de la gastronomía nostrada encontraremos algún leridano trabajando. ¿Cómo puede ser? A sí mismo, antes de abrir le dijeron que hacer funcionar el restaurante en Lleida sería difícil. Menos mal que no se les escuchó.

Esteve, en cambio, cree que un restaurante que funciona en Lleida, puede hacerlo durante 15 años, ya que todo va más despacio. Por el contrario, uno que lo hace en Barcelona, ​​en pocos meses puede quedarse fuera del panorama porque todo va demasiado rápido. Es otro punto de vista interesante. Àngel Esteve es un ejemplo de que en la vida se debe hacer lo que uno cree que debe hacer. Y no escuchar a las personas que ven antes todo lo que puede salir mal que creer que Lleida tiene todo el derecho de tener diversidad gastronómica y restaurantes tan suculentos como los que hay en cualquier ciudad del país.

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