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Un vino que es mucho más que palabras
Mucho es un vino hecho con la variedad recuperada picapoll propia del Pla de Bages
- Variedad: picapoll blanca
- DO Pla de Bages
- Añada: 2023
- Productor: Bodega Más que Palabras
- Para tomar sol escuchando cualquier canción de Joan Bibiloni (a petición del padre del vino de hoy) y leyendo El Cuarto Protocolo , ahora que lo veremos en los escaparates de las librerías.
Me encuentro los de la bodega Más que Palabras en la Feria ViBa de Manresa, donde con unos baccus –las monedas autorizadas para ir probando– puedes recorrer en una copa los paisajes de la DO. Pero Mirko Raccini, que es su propietario, un italiano que vive en Cataluña y habla un catalán envidiable y pulido, no está. Está en otra feria. La Raíces del Vino, del Empordà. Habré de hablar al día siguiente, de este vino de hoy. Ante todo, pruebo el Molt, un vino de la bodega Más que Palabras blancas, que lleva un 60% de picapoll (dependiendo de la añada), un poco de mandón (blanco de noires) y un toque pequeño de sauvignon blanc. Hace mucho que lo hacen, pero ha cambiado. Y probando, probando, me enamoro de los dos varietales: el mandón y el picapoll. Lo que tenemos hoy en la copa es el picapoll. La esencia blanca de la DO Pla de Bages. La esencia negra, por supuesto, es su hermano, el mandón. La puerta de entrada, picapollo y mandón. Dos variedades recuperadas.
La que tenemos en la copa es la primera añada, la 2023. Es la primera vez que lo hacen (el mandón, también). "Después de la pandemia –me dice Mirko– plantamos otras 25 hectáreas para tener un pulmón de variedades autóctonas. Veíamos venir el cambio climático, los años 16 y 17 ya hacía mucho calor…". Me dice, claro, con la sabiduría de los viticultores, que las variedades de la zona, que un día quizás se dejaron de plantar, nos cuentan ahora su gran resiliencia. La finca se encuentra en Canet de Fals, una pequeña pedanía de Fonollosa, cerca de Manresa, que no puede ser más bonita.
Un vino delicado
"Estamos muy contentos con el mandón y el picapoll, porque dan menos grado, aunque haga mucho calor". De hecho, la añada del picapoll de hoy es cálida y, en cambio, sólo tiene doce grados. "Hicimos dos vendimias, de este picapoll, una más temprana, para tener acidez, y una más tardía, para tener alcohol y madurez. Los mezclamos. Fue una añada en la que dos días o tres llegamos a los treinta grados. Y, sin embargo, tiene doce grados. Pero el calor mermó la acidez. El picapollo no es la acidez. un chardonnay, o un riesling. Pero, sea como sea, es muy redondo, mineral, salino, muy interesante, un blanco muy fácil de beber para público que no quiere vinos potentes". Es cierto, es un vino muy delicado, quizás porque vive en depósito de acero inoxidable y, después, envejece en ánfora pequeña.
De la picapoll destaca la fruta blanca, madura. Suele tener flor blanca y unos cítricos muy delicados. Es un vino fresco y elegante, que yo casaría con sushi, por la parte salina, con cualquier comida cruda, suave, con carnes blancas o con algún queso blando y joven. Con hecha.
Mirko lleva casi veinte años en el mundo del vino. Llegó a Cataluña en el 2006. Estudió sumillería y trabajó en el templo que es Can Ràfols dels Caus. En la bodega, con él, está Queralt Orriols, la enóloga que consigue un vino que es mucho más que palabras.
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