Cinco rincones para realizar un picnic al aire libre con criaturas
Los parques y espacios naturales de Barcelona y sus alrededores tienen verdaderas joyas con espacios para jugar y correr
Los niños a menudo no piden mucho más que salir de la rutina de la mano de nuevas actividades. La primavera y el verano son buenos momentos para ello. La ciudad de Barcelona y sus alrededores están llenas de rincones mágicos donde pasar el mediodía y, por qué no, la tarde entera con actividades y juegos después de comer. Sólo hace falta tener presentes algunos puntos cardinales: Naturaleza, espacio para correr, zonas sombrías y frescas, puntos de descubrimiento y mucho aire libre (que tan bien le va a todo el mundo). En cuanto a la comida, basta con poner creatividad y recordar que también las criaturas pueden participar en la preparación del picoteo con tareas como manipular o lavar los alimentos para implicarlos en una actividad en familia o con amigos. El plano es redondo.
Rey de los parques infantiles, el de la Golondrina es una de las mejores opciones para subir con los niños y pasar un día lleno de emociones. Su mítico tren a escala que, ojo, sólo funciona los domingos y festivos, acaba de abonar la visita. Este parque tiene muchas áreas de juego muy diferentes y, en lo que se refiere a la teca, muchas zonas de picnic, en especial la que corona el parque. Allí, las mesas disfrutan de la sombra de un gran algarrobo y se puede vislumbrar una maravillosa vista panorámica de la ciudad contenida entre Sant Adrià y El Prat.
En la misma zona, pero algo más hacia la civilización urbana, el Parque Cervantes, que cose la Diagonal con Esplugues, ofrece una propuesta inmersiva en las rosas, tan vinculadas a la ciudad ya su concurso internacional que se celebró entre el 1929 y 1936. La famosa rosaleda del parque tiene cerca tablas de picnic para disfrutar con los niños de los aromas y el paisaje que conforma este mar de rosas con más de 10.000 ejemplares desde que comienza la primavera. Aquí se puede disfrutar de una experiencia botánica de lo más singular.
Adentrándose en la espléndida montaña de Collserola, hay un tesoro escondido para sorprender a los niños, más ahora que se han animado las lluvias y la fauna ha resurgido: el pantano de Vallvidrera y su icónica casa rosa del guarda. Se llega en diez minutos a pie desde la estación de Baixador de Vallvidrera, y es una pequeña excursión para maravillar a los más pequeños de casa con altas dosis de naturaleza y aventura. Además, la casa del guarda alberga un espacio de interpretación del pantano que muestra la historia de esta construcción y la riqueza tanto de patrimonio como de fauna del lugar.
La montaña de Montserrat es otra de las visitas que se puede realizar con los niños. Sus formas permiten imaginar y recrear mundos alternativos, contar leyendas y cuentos y profundizar en la composición de estas formaciones rocosas como una experiencia sensorial. Una zona de picnic de lo más bonita es el Atajo de los Tres Cuartos, con vistas magníficas al macizo y con tablas largas. Éste era el camino tradicional para acceder al santuario de Montserrat desde Monistrol. Quienes se animen pueden llegar a la montaña siguiendo este camino que sale de Monistrol, superando un desnivel de más de 500 metros.
Un espacio para disfrutar del río Llobregat y que los niños puedan correr es el Picnic de la Riera Pahissa de Sant Joan Despí. Es un espacio con una buena ubicación situado en un punto elevado, en un meandro del río. Dispone de un mirador fluvial de acceso público con buenas vistas sobre un punto especialmente interesante del río Llobregat. Este espacio dispone de zonas de acceso restringido para la nidificación de ciertas aves que deben respetarse. Pasar un rato con un buen bocado es un gran plan de fin de semana.