El consultorio

¿Por qué siempre imita a sus amigos?

La copia es una expresión más de socialización del niño

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Una niña mirándose en el espejo

BarcelonaLa imitación es un comportamiento normal en la evolución de los niños y niñas y una forma de aprendizaje, sobre todo en los primeros años de vida, proveniente de las figuras de referencia: padres, madres, hermanos y otras personas cercanas. “Es una expresión más de la socialización del niño, y juega un papel importante en la composición de las relaciones, del mundo y de sí mismo. Es el núcleo socializador del niño o niña sobre todo durante la primera infancia”, explica Elisa Micciola, psicóloga infantil especialista en apego y trauma, y ​​miembro de la junta de gobierno del Colegio Oficial de Psicología de Catalunya (COPC).

Durante este período que se inicia desde el nacimiento y se extiende hasta los 6 años es cuando el niño puede empezar a interesarse por su entorno y por los comportamientos de otras criaturas. "Este aprendizaje se traslada hacia la imitación de amigos o amigas, imitar es un elemento natural de vinculación de todas las personas", explica Micciola. Hablar, caminar, jugar, bailar, coger el cuchillo y el tenedor o ponerse el abrigo son aprendizajes que parten del entorno y las relaciones, pero la gestión de las emociones también se aprende: es lo que se conoce como la teoría de las neuronas espejo, descubierta por el neurobiólogo G. Rizzolatti. “La imitación es una habilidad innata del ser humano, los avances en neurociencia han apuntado hacia la importancia de estas neuronas espejo no sólo en la imitación sino también en la empatía y nuestra capacidad para ponernos en el sitio de otros”, explica Micciola, que es experta en la evaluación de niños en contexto sanitario y forense.

¿Por qué siempre copia a sus amigos?

"Tener lo mismo que tiene el otro también es una forma de búsqueda de aceptación, esto nos pasa a los adultos con las modas y las tendencias, y forma parte de las personas que estamos en esencia seres sociales", explica Micciola. De hecho, existen, según la experta, aspectos positivos en la imitación de los demás, como la inclusión y el compañerismo. "Es un deseo innato de formar parte del grupo y sentirme uno más, querido, reconocido y valorado", añade.

¿Copiar es una muestra de poca personalidad?

“En absoluto, es una expresión de sí mismos, y una tendencia natural de la persona. Copiar o imitar es explorar, es curiosidad, es jugar (en muchos casos, cuando hablamos de niños y niñas), es entender que el otro tiene un mundo interior con pensamientos y gustos distintos a los nuestros y nos refleja, a la vez, nuestro propio mundo interno. Con la imitación también se mueven emociones, sensaciones, reflexiones... y todo esto construye experiencias buenas o malas que ayudan, precisamente, a configurar nuestra personalidad”, detalla la psicóloga.

¿Cómo pueden las familias animar a los niños a encontrar su propia expresión?

“Los padres y madres tienen un papel importante en establecer vínculos de cariño seguros, a partir de los cuales los niños y niñas puedan explorar el entorno y relacionarse con los demás con seguridad. Cuando esto no ocurre, los niños, especialmente en edades más avanzadas preadolescentes o adolescentes, pueden relacionarse de forma más complaciente en relación a los demás (amigos y amigas, profesores, otros adultos...) porque en el fondo, lo que cualquiera persona busca es aceptación”, explica Micciola. Esto podría dejar atrás los propios deseos, necesidades u opiniones del niño o niña para adaptarse forzosamente a los de los demás. “Si bien esto no es imitación, es dependencia, lógica pero no sana. Las familias deben dedicar tiempo de calidad a sus hijos e hijas, hacerles sentir vistos, comprendidos y aceptados. Ésta es la clave de tener futuras personas adultas sanas, estables emocionalmente, confiables y seguras”, concluye.

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