Con ojos de juego

¿Y si en lugar de tirar los juguetes cuando se rompen los reparamos?

Dos niñas jugando
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BanyolesTirar y comprar un objeto nuevo cuando se estropea es una dinámica profundamente arraigada socialmente y que los niños viven con naturalidad con sus juguetes. ¿Qué estamos perdiendo cuando dejamos de repararlo? Y, sobre todo, ¿qué estamos transmitiendo a los niños con esa actitud?

Cuidar lo que apreciamos

Los juguetes tienen un significado especial porque son compañeras de aventuras y protagonistas de su mundo interior, y cuando un juguete se rompe se abre una puerta a algunas valiosas reflexiones y que se pueden resumir al cuidar lo que apreciamos. ~ Reparar como acto de compromiso

Reparar objetos es una habilidad que se está perdiendo, pero más necesaria que nunca. Cuando reparamos, no sólo contribuimos al medio ambiente reduciendo residuos, también transmitimos valores esenciales a los niños: la paciencia, el esfuerzo, el respeto por los recursos y la importancia de dar una segunda vida a las cosas.

Cuando un niño ve cotidianamente a un adulto cosiendo un calcetín, encolando un juguete o ajustando un caracol comprende que los objetos tienen un valor que va más allá de su funcionalidad inmediata y muestra interés por aprender a reparar, porque ve al adulto como unomodelo a imitar.

El reto de reparar

Repararlo no es sencillo. La mayoría de objetos están diseñados para ser desechables, ya menudo no encontramos lugares donde llevarlos a arreglar. Pero esta dificultad puede convertirse, al menos, en una oportunidad de reflexión. Cuando un juguete se rompe, implique a los niños en todo el proceso: intente repararlo en casa, busque un servicio de reparación y, si no lo encuentra, hágales partícipes de la decisión de tirarlo, siendo todos conscientes de lo que implica.

Vaya al punto limpio con ellos y observe la pila de objetos. Esta experiencia puede ser reveladora para comprender el impacto del consumismo.

¿Cómo elegimos juguetes?

Priorice materiales que se puedan reparar, como la madera, que permite encolarse y recuperarse fácilmente. Revise la cantidad de juguetes, demasiadas opciones pueden generar desinterés y dificultar que valoren lo que tienen. Menos es más, especialmente si lo que tienen está bien elegido y cuidado.

Conclusión

Reparar es un acto de amor hacia el mundo que nos envuelve, un gesto de respeto hacia los recursos que nos sostienen y una lección que perdura más allá del tiempo. Quizás la próxima vez que un juguete se rompa podrá encontrar un momento para mirarlo con los ojos de quien ve una nueva oportunidad: déle una segunda vida, comparta el proceso con los niños y deje que disfruten del valor y la satisfacción de reparar y conservar.

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