Aissata Me'ballo: "Con 23 años me di cuenta de que nunca me había sentido representada en un libro"
Conversación con la editora y cofundadora de la editorial Jaŋde
Aissata M'ballo nació en Lleida en 1994, pero ha vivido prácticamente toda su vida en Vic. Sus padres son senegaleses y ella fue la primera de su familia en ir a la universidad. Estudió periodismo y humanidades en la UPF y más tarde decidió dedicarse al mundo editorial, por lo que realizó un máster de edición. Actualmente, es editora adjunta a Penguin Random House, pero fue en este máster, para el proyecto final, que empezó a esbozar el proyecto que ahora la mueve: la editorial Jaŋde.
"Hice un estudio de mercado y detecté que había un vacío en cuanto a representación de realidades que no son blancas, es decir, racializadas y de origen migrante". Más tarde, su tutora de máster la puso en contacto con Diana, su socia en Jaŋde, una chica de padre sirio y madre catalana que tenía un proyecto similar, y así sacó adelante la editorial. ¿Pero qué es Ja?de? "Es una editorial de ficción y no ficción en catalán que tiene una vocación muy social: la visibilidad y la representación de voces racializadas y migrantes que lo tienen más difícil para acceder al sector editorial por temas de raza, etnia u origen", explica el Aissata.
"Básicamente, lo que queremos es facilitar que ese talento que ya existe aquí en el país, que es racializado, pueda publicar sus obras y lleguen a las librerías", dice la editora. Pero puntualiza: "No queremos ser un proyecto underground sino que queremos tener una distribución convencional; llegar a todas las librerías y poder trabajar la carrera de estos autores a largo plazo, trabajar codo con codo con el autor a lo largo de su carrera , y también publicaremos traducciones del extranjero siguiendo el mismo criterio", detalla M'ballo. Su idea es hacerlo "todo en catalán" pero no descartan publicar puntualmente alguna obra en castellano.
Sobre cómo surgió la idea, Aissata lo explica de manera sencilla: "Nunca me había visto representada a mí misma en una novela". Todo parte del hecho de que cuando estaba de Erasmus en Holanda se topó con un libro de fantasía juvenil con una protagonista negra: "Fui consciente por primera vez en mi vida que toda la literatura que había leído no me había representado. Y fue como: what the fuck? ¡Tengo 23 años y me estoy dando cuenta ahora que nunca me he sentido representada en ningún libro!", exclama.
Según M'ballo, el principal problema de este vacío de mercado es que, para empezar, "estas voces son más reacios a enviar manuscritos a las editoriales –al igual que el porcentaje de originales que reciben los editores mayoritariamente son de hombres porque son los que tienen más empuje para enviar manuscritos a puerta fría–". Además, "desde las editoriales cuesta mucho que publiquen voces racializadas y migrantes; al final, el sector editorial es bastante elitista y, por tanto, todo lo que no encaja un poco con elstatu quo queda fuera", añade. Sin embargo, admite que en los últimos años hay editoriales catalanas que están haciendo muy buen trabajo publicando otras voces: "Es guay porque quiere decir que no somos los únicos que estamos detectando esta carencia", detalla la editora . "Pero sí hemos echado de menos una editorial que tuviera como objetivo principal mejorar esta visibilidad", afirma. las cosas cambian, considera que todavía hay muchas cosas por hacer. Una de ellas es la rabia que le hace que los demás quieran ponerle una etiqueta: "Yo también soy catalana, ¿sabes?", reivindica. parte de mi identidad que también es Cataluña, y que en algo tan simple como el idioma con el que se me dirigen –generalmente en castellano o incluso en inglés– ya se me saque fuera de ello , se me cuestione la identidad, me molesta mucho", exclama, y añade: "Y además, es algo tan habitual... Me recuerda constantemente que se supone que no soy de aquí porque soy negra. O sea, como soy negra, no sé catalán; pero es que soy de Vic, ¡da risa!", exclama.
Es sobre todo un tema de identidad; hasta hace relativamente pocos años había dejado que todo el mundo definiera qué identidad debía tener. Algunos le decían: "O eres negra y pura o sólo eres catalana", explica, y continúa: "Pero he decidido que estoy harta de que la gente me cuestione la identidad y que seré yo quien lo decida, quien soy". Estas pequeñas cosas, que se le dirijan en castellano a Vic , que se le dirijan en inglés a Barcelona, le recuerdan que la gente no la considera de aquí: "Cuando me ven, no ven a una catalana, ven a una chica negra, que quizá no habla el catalán, que quizá no lleva años aquí , que no está integrada", lamenta M'ballo.
"Y es una evidencia: si no visibilizas toda esa diversidad cultural que hay en tu país, la gente no lo sabrá, no asumirá que una persona negra puede ser catalana también", subraya. Con todo, Aissata se define como catalana senegalesa. "En casa, el tema del idioma es algo caótico: mi hermana y yo hablamos en catalán entre nosotros y hablamos en catalán a nuestros padres , y ellos nos responden en fula –su idioma en Senegal–", dice Aissata riendo. En cuanto a Jaŋde, el proyecto se está financiando a través de micromecenazgo y su propósito es publicar los primeros libros en enero de 2025.