Cataluña abandera el cambio hacia una buena gestión del agua
Eva Franch, Mireia Luzárraga y Alejandro Muiño reclaman a la Bienal de Arquitectura de Venecia una legislación de los recursos hídricos adaptada al cambio climático
BarcelonaLos Parlamentos de agua con la que Cataluña participa en la Bienal de Arquitectura de Venecia son toda una experiencia. Los comisarios, Eva Franch y los fundadores del estudio Takk, Mireia Luzárraga y Alejandro Muiño, han creado un espacio amable y colorista en los almacenes náuticos que son la sede habitual de la delegación catalana impulsada por el Institut Ramon Llull en Venecia. Uno puede pensar que está dentro de una gota de agua, sobre la superficie de un río o en el fondo del mar. El montaje emociona y da un momento de calma en medio del ruido de la Bienal, pero esto no va en detrimento de la contundencia con la que los comisarios plantean la necesidad de tener una nueva relación con el agua. En vez de ver el agua únicamente como un recurso, para Franch se trata de abordarla como "un material a construir, cuidar e investigar".
Una constante de los siete casos de Catalunya, la Comunidad Valenciana y Baleares representados en la muestra es la necesidad de adaptar las leyes y los códigos técnicos a los desafíos que han llegado con la emergencia climática. "La regulación no está preparada para los cambios que vienen con la emergencia climática; esto ocurre aquí y en otros muchos lugares del mundo", afirma Mireia Luzárraga, quien en su viaje a Puerto Rico con los estudiantes de la Universidad de Columbia se encontró que la regulación sobre la delimitación de la zona marítimo-terrestre proviene de cuando la isla fue colindante con la isla fue del país. "Las regulaciones deben adaptarse al cambio climático, y quizás debemos encontrar regulaciones de otras actitudes del sur que nos permitan adaptarnos a esta realidad", subraya. "El proyecto también mira a los vacíos legales" dice Eva Franch, y cita una de las propuestas de la exposición, la creación, en vez de una denominación de origen, de una "denominación de destino" para saber en qué países va la fruta que los grandes tenedores cultivan en las Tierras de Lleida y que requiere un consumo de agua exagerado respecto al de los productores locales.
"La denominación de destino es en realidad una propuesta legal que la Generalitat podría aplicar en unos meses. Esta responsabilidad de hacer esto visible ya nos daría la capacidad de hacer un dibujo de dónde van a parar los recursos hídricos del territorio. Esto hoy en día no podemos hacerlo porque no hay transparencia", explica Franch. Para el director del Institut Ramon Llull, Pere Almeda, la exposición es "una reflexión sobre cómo hacemos frente a la escasez del agua en el ámbito global y en el ámbito local desde la arquitectura". "Se trata de intentar aplicar esta inteligencia colectiva que pide el comisario de la Bienal de este año, Carlo Ratti, aplicada a cuestiones concretas que nos afectan como país", dice Almeda.
Entre las leyes, la realidad y la especulación
El recorrido de la muestra Parlamentos de agua está compuesto por siete instalaciones fruto de los "talleres de futuro" que los comisarios hicieron con agentes relacionados con el agua de todo el territorio, empezando por una titulada Aguas del mundo que es una red online que pone en contacto la realidad de los Països Catalans con la global. Algunas podrían aplicarse inmediatamente, como la puesta en valor de los 87 acuíferos de Baleares poniendo en los edificios una placa cerámica con el nombre del acuífero del que se nutren. Asimismo, la técnica de hidrosucción para pasar los sedimentos al otro lado de las presas y pantanos que están asfixiando al Delta del Ebro, y las banderas clavadas en medio de los cultivos para revelar su denominación de origen en las Terres de Lleida. Y las "fuentes de datos" con las que los barceloneses podrían analizar la calidad del agua del grifo y estar más empoderados con los recursos hídricos. En el caso del País Valenciano, es necesario cambiar el código técnico de la edificación para que las puertas puedan abrir hacia adentro y hacia afuera, un gesto que habría podido salvar vidas durante la DANA.
En cambio, la propuesta del Pirineo es la que tiene un carácter más especulativo: el Pyrineucus-Eco-Hydrator es una especie robótica ficticia que estaría en el centro del Plan Forestal Nacional catalán. Su trabajo sería cortar los árboles de especias que consumen más agua y sustituirlos por otros autóctonos. Ésta sería una forma de combatir el desequilibrio que provocó el aumento de la superficie de bosques a raíz del abandono de las tierras agrícolas, porque ha ocasionado una reducción del caudal de los ríos, ha puesto en riesgo la supervivencia de ciertas especies y ha hecho al país más vulnerable ante el cambio climático. "La escasa rentabilidad económica de los bosques ha hecho que los propietarios privados y las administraciones públicas desatiendan su gestión", dicen los comisarios.
Parlamentos de agua también incluye la publicación de un innovador diccionario titulado 100 palabras para el agua: un vocabulario. "El agua forma parte del origen de la vida, forma parte de nuestro cuerpo, estamos hechos de agua", afirma la consejera de Cultura, Sònia Hernández. "Y el agua forma parte también de los retos de la arquitectura, así que desde la arquitectura y el urbanismo podemos encontrar respuestas a cómo queremos ser en el futuro como sociedad y como colectivos. La mirada de Parlamentos de agua es muy interesante porque va desde lo local a lo global. No hay nada más local que el agua, el agua en Barcelona no es lo mismo que el agua en el Amazonas o que en Galicia, pero, en cambio, todos sabemos que agua sólo hay una, como suele decirse", subraya la consellera.
Los arquitectos más responsables más el Estado
Mientras que los comisarios de Parlamentos de agua reivindican la imaginación radical para crear un futuro más esperanzador, los del pabellón español, Manuel Bouzas y Roi Salgueiro, muestran "la punta de lanza" de los arquitectos de todo el Estado que están interesados en reducir el impacto ambiental y los residuos de sus edificios y utilizar materiales regenerativos, como dice Roi Salgueiro. Su proyecto lleva por título un término creado por ellos mismos, Internalidades, es decir, la capacidad de los arquitectos para "articular robustos ecosistemas territoriales de producción, no dependientes del exterior y capaces de equilibrar las relaciones entre ecologías y economías". Esta idea tiene cinco ejes: "materiales, oficios, energías, residuos y emisiones". Juntos, dieron la vuelta a "nuestros anteriores modos de practicar arquitectura y construir".
Los dieciséis edificios escogidos, diez de ellos catalanes y baleares, fueron seleccionados en una convocatoria que recibió unas doscientas propuestas. "La calidad era muy alta —dice el comisario—. Estos edificios representan todavía una fracción relativamente pequeña dentro del panorama de la construcción, pero esperamos que esta actitud sea cada vez más generalizada. Pensamos que la exposición pone de relieve la calidad de la producción arquitectónica española y el trabajo de la gente que está más sensibilizada con el proyecto de descarbonización".
Las obras catalanas y baleares que se pueden ver en el pabellón español sonel bloque de viviendas de madera en Girona 6x6(de Bosch Capdeferro Arquitectura),la rehabilitación de la cooperativa agrícola de Flixpara convertirla en un espacio polivalente y cultural (de Camps Felips Arquitecturia); una vivienda en Gautegiz-Arteaga (de Emiliano López Mónica Rivera Arquitectos); las viviendas sociales 2104 (de Harquitectes); el pabellón Loggia Baseliana en Suiza (de Isla Architects); elParque de Bomberos de Moià(de Josep Ferrando, Pedro García, Mar Puig y Manel Casellas),la casa Ca na Pauen la localidad mallorquina de Binissalem (de Munarq); 43 viviendas sociales de tierra compactada en Eivissa (de Peris+Toral Arquitectes); la casa The Day After (de TAKK), y otra casa, Ca na Catalina y Joan en Llubí, Mallorca (de TEd'A Arquitectes). Estos edificios están expuestos en la sala central del pabellón, y en los que lo rodean existen diferentes ámbitos dedicados a temas como la madera como material de construcción, la producción de energía, el uso de cerámica, representado por empresas como Fetdeterra y el taller Cumella; la gestión de los residuos y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.