La colección de arte del BBVA mira hacia Cataluña

BarcelonaEl pintor Dionís Baixeras (1862-1943) es conocido sobre todo como pintor de paisajes, marinas y escenas costumbristas de pescadores. Es menos habitual encontrarse con algunos de sus magníficos retratos femeninos, como el que el BBVA tiene en su sede central en la plaza Antoni Maura de Barcelona. Concretamente, la mujer del cuadro de Baixeras es su esposa, Maria del Pilar Casanovas Fortuny, y el hecho de que mire hacia el espectador es un reflejo de la "complicidad" que había entre ambos, como afirma la responsable de Patrimonio de BBVA, María Luisa Barrio, durante un reciente viaje a Barcelona. Durante ese viaje también anunció que están trabajando en una gran exposición de obras de su colección desde el siglo XVII al XIX que quieren llevar a Cataluña. "Será una exposición muy potente, con unas noventa obras, pero para este tipo de muestra requiere un museo o sala que cumpla las condiciones de un museo", dice Barrio. "Catalunya nos está costando mucho, queremos llevarla aquí", dice Barrio, socarrona. "Nuestra voluntad es tener vías de colaboración con Catalunya", subraya. Este trabajo conjunto con las instituciones catalanas no se limitaría a las exposiciones, sino que también incluirá una política de depósitos de obras en distintos museos en la que ya están trabajando.

En esta exposición estará el retrato de Baixeras y Julia en Maricel, de Ramon Casas, otra de las 175 obras entre pinturas y esculturas expuestas en los espacios comunes y las salas de reuniones y despachos del edificio. Además, durante la visita al primer piso se pueden ver un Paisaje de Modesto Urgell, Busto de mujer, de Ricard Canals; La laguna, de Segundo Matilla; y otros trabajos de Antoni Clavé, Montserrat Gudiol y Xavier Valls. En el terreno de la escultura están expuestos trabajos de Josep Maria Subirachs y otros artistas como Frederic Marés, Luisa Granero y Marcel Martí. "De muchos de estos artistas el BBVA tiene más de una obra", dice Barrio.

La colección del BBVA es "una colección de colecciones" de unas 9.000 obras, como dice también Barrio, fruto de la reunión de los fondos del propio BBVA, fundado en 1857 en Bilbao, y los de las entidades bancarias que han absorbido a lo largo de los años. En el siglo XIX los bancos solían tener obras de arte para adornar las grandes sedes centrales, una línea que se mantuvo hasta el punto de inflexión, como explica Barrio, que se produjo en la segunda mitad del siglo pasado, cuando los bancos empezaron a apoyar a los artistas contemporáneos.

Pero eso no es todo: en el sótano de la sede hay una pequeña pinacoteca con unas 214 pinturas y esculturas en la antigua caja fuerte del banco, a la que no tienen acceso los reporteros. Sólo en una primera mirada en este otro espacio, comienzan a salir sorpresas: un bodegón de pipas de Feliu Elias, un cuadro de Joan Brotat protagonizado por uno de sus característicos personajes, un mapa con una parte embarrada de Pere Noguera, una pintura de Ester Xargay, y un grabado de Joan Brossa. Como el equipo de trabajo es pequeño, todavía no han terminado de catalogar todos estos fondos: "Nuestra función es inventariar, catalogar y investigar lo que tenemos. Damos mucha importancia a la conservación, y tenemos cuatro talleres de restauración, todos ellos en Madrid", dice Barrio. "La colección del banco cubre siete siglos –añade la experta–, comienza en el siglo XV y llega hasta el XXI. Entre los puntos fuertes se encuentra arte flamenco del siglo XVII y dos obras de Francisco de Goya".

Un edificio muy singular

La sede del BBVA fue la primera sede del Banco de España fuera de Madrid y, posteriormente, la de la Caja de Ahorros Provincial y la de Caja de Cataluña. El BBVA desembarcó en el 2016, cuando absorbieron a Catalunya Caixa. Como testigo de la historia del edificio, en el montante de la escalera se conserva un relevo de Josep Maria Subirachs hecho para conmemorar el 50 aniversario de la Caja de Ahorros Provincial.

Arquitectónicamente, la sede del BBVA es uno de los edificios más singulares de Barcelona y, como siempre ha tenido usos bancarios, está bien conservado, y no se han realizado intervenciones que hayan alterado su fisonomía. El edificio fue construido entre los años 1929 y 1933, es decir, en paralelo a otros dos edificios icónicos de la ciudad en los que los límites del novecentismo y el racionalismo son muy difundidos: la fabrica Myrurgia, deAntoni Puig Gairalt, y el Casal Sant Jordi, de Francesc Folguera. Pero la sede bancaria, que fue construida coincidiendo con la prolongación de la Via Laietana, reúne una combinación de estilos muy curiosa: la fachada es de carácter historicista con columnas clásicas, con cuatro esculturas novecentistas del valenciano Vicenç Navarro, y el coronamiento de la fachada –que mantiene la 'ona' déco. El edificio es obra de los arquitectos José Yarnoz, el arquitecto oficial del Banco de España, y Luis Menéndez Pidal. Ambos eran madrileños, algo que se nota en uno de los detalles del banco: el interiorismo, en el que destacan las lámparas de la entrada, está inspirado en la Secesión vienesa, algo habitual en Madrid en ese momento, pero no en Barcelona. Para poder disfrutar ampliamente, sería una buena iniciativa que el edificio se pudiera visitar en jornadas de puertas abiertas o durante el festival de arquitectura 48H Open House Barcelona.