'La guerra de las galaxias' de Zack Snyder se parece demasiado al original

La copia –y su hermano honrado, el homenaje– forma parte de la historia del cine desde sus orígenes. Las obras de los pioneros cinematográficos fueron replicadas continuamente por sus competidores, aunque era una práctica tan habitual que casi todos ellos no sólo fueron víctimas, sino también copiadores impenitentes. Zack Snyder, director de estilo solemne e hipermusculado que ha sido imitado hasta el aburrimiento en el cine popular contemporáneo (la influencia de 300 o Sucker punch sobre cierto mainstream hollywoodiense es evidente), parece haber decidido con el díptico Rebel Moon que ha llegado el momento de ser él quien practique el saqueo, colocando George Lucas y La guerra de las galaxias en su punto de mira.

Las similitudes narrativas entre las dos sagas galácticas y la réplica exacta de ciertas escenas –¡si incluso hay una cantina!– así como la apropiación superficial de Los siete samuráis no importarían si el resultado final estuviera más o menos al nivel no ya de la trilogía original de Lucas sino de alguna de sus (irregulares) secuelas, precuelas y spin-offs. La innegable efectividad de las escenas de acción –con el uso de la cámara lenta y los monumentales planes generales que forman parte de las señas de identidad autoral de Snyder– no compensa ni la sensación continua de déjà-vu, ni unos personajes tan poco memorables –¡un androide monárquico y pacifista! ¡El enésimo malvado impregnado de imaginería nazi!– que casi echamos de menos a Jar Jar Binks.