La pasión solitaria de Andrew Scott y Paul Mescal en 'Desconocidos'
Andrew Haigh plasma la soledad en la ciudad en un drama romántico de tintes fantásticos
- Dirección: Andrew Haigh. Guión: Andrew Haigh y Taichi Yamada
- 105 minutos. Reino Unido y Estados Unidos (2023)
- Con Andrew Scott, Paul Mescal, Claire Foy y Jamee Bell
Como en su segundo largometraje, Weekend (2011), en Desconocidos (All of us strangers) Andrew Haigh explora cómo un encuentro en principio casual y sexual entre dos desconocidos puede desembocar en un vínculo de intimidad profunda. Adam (Andrew Scott) lleva una vida solitaria que le pesa como una noche sin fin, en parte provocada, descubrimos pronto, por la muerte prematura de sus padres cuando tenía 12 años. Hasta que una noche, un vecino, Harry (Paul Mescal), llama a la puerta. Haigh expande el punto de partida en una propuesta que se adentra en una esfera sobrenatural sin abandonar el contexto del drama realista al modo, salvando las distancias, de la Petite maman (2021) de Céline Sciamma. Adam vuelve a encontrarse con sus padres de los años ochenta para repensar todo lo que no vivió con ellos, desde la salida del armario hasta el acompañamiento en su vida adulta, mientras que parece solidifica la relación con Harry. Pero la convivencia entre el mundo real y el fantasmagórico no siempre fluye como en el filme de Sciamma y algunas incongruencias dificultan el compromiso con un filme que lo apuesta todo a la implicación emocional. Andrew Scott (el hot priest de la serie Fleabag) se deja la piel al hacer palpable el desconsuelo feroz que corroe a su personaje, mientras que Mescal clava al joven solitario seductor, tierno y perdido a la vez. El filme culmina con una secuencia tan arriesgada como coherente y sobrecogedora que sabe visualizar, ahora sí, la posibilidad de un amor redentor más allá de la muerte.